Los libreros, pequeños, medianos y algunos grandes, pidieron la protección del precio del libro para defenderse de los centros comerciales que tiraban los precios de los libros de texto para captar con el dumping compradores de tecnología, material escolar y comida. Si con el Corte Inglés o Carrefour ya no podían competir, pues con Amazon suelto de la correa, los libreros no tendrian ni una oportunidad de supervivencia. Solo quedarían Amazon y las editoriales/productoras, doblegadas a su voluntad, a menos que no distribuyan a Amazon, y cuenten con distribución y puntos de venta propios, vamos, lo que hace ECC, tal vez anticipándose como puede hacia lo que va la cosa.