Sobre el tomo de Spider-Woman, me ha gustado el artículo final de Eduardo Salazar, muy currado para informarnos de cómo la etapa de Gruenwald está repleta de tramas y personajes rarísimos retomados aquí y allá de todo el Universo Marvel (como la de Mr. Doll, sacada de un episodio suelto del primitivo Iron Man a punto de publicarse en la Biblioteca Marvel). También es muy curioso como Michael Fleisher se pasa al extremo contrario, rompiendo cualquier relación con el resto del Universo Marvel y pasando a realizar historias en un tono muy distinto (para mí que es muy probable que Fleisher, proveniendo de DC Cómics, no se había leído ni un solo cómic anterior de la serie y parte totalmente de cero cambiando sin explicación el entorno del personaje).
Detalle también majo que se menciona la efímera serie cartoon de 1979 (16 episodios), donde se recrea totalmente el personaje y su entorno sin utilizar ningún elemento del cómic. Resultaba curioso eso que hacían las productoras de pagar para licenciar una serie/personaje y luego no utilizar absolutamente nada más que el nombre y aspecto del protagonista, desechando todo lo demás (pasó también en las series de imagen real de Hulk o Spiderman, por ejemplo). Se supone que si adquieres una franquicia porque crees que es un éxito lo será por todo el conjunto, no solo por algún elemento suelto como el aspecto del protagonista.
Lo único que he echado en falta es una ligera mención a la catastrófica edición previa de estos cómics en Vértice y luego como complemento en La Masa y el Spiderman de Bruguera, que hacía que te volvieras loco saltando de una colección a otra para poder seguirla mínimamente.