El cliente no decide los formatos, el precio, ni las colecciones que van a sacar, encima está sujeto a un bombardeo continuo de propaganda que lo incita a comprar. Pensar que todo el mundo se va a poner de acuerdo en sabotear a una editorial no tiene visos de realidad. No existe esa conciencia de "clase" por llamarlo de alguna manera. El aficionado lo único que puede hacer es comprar o no, decisión además que hace sobre productos donde no hay alternativas a lo ofrecido. Yo creo que, en esa cadena, el lector es el que tiene menos culpa, lo que no implica que sea inocente ni mucho menos: inocente no hay nadie.
Por otra parte, las editoriales tienen forma de manipular el mercado. ¿Quién ha impuesto que tebeos insulsos salgan en tapa dura? Saben que están jugando con pasiones humanas y estas son fáciles de violentar. Si importara el producto, pues quizás volveríamos a los 80-90, donde había mucho tebeo en grapa y poco en tapa blanda. La tapa dura era una exquisitez para ciertas obras.
Conciencia de clase, sin alternativa... parece que estamos obligados, os recuerdo que los comics no son un producto de primera necesidad, que son un lujo, un capricho, ahora y siempre.
Es como si te da por coleccionar huevos kinder, si mañana me hago yo con los derechos de su venta, los empiezo a vender cuadrados y a 100€. Si tu me los compras ¿de quien es la culpa de que yo haga dinero y de que sean cuadrados? Me imagino que yo que te estoy obligando a comprarles
El cliente es el que ha marcado el mercado y el que lo sustenta, podéis seguir echando la culpa a las fascistas editoriales que nos obligan a comprar sus ediciones de lujo mientras sacáis la cartera
Y respecto a los kioscos, con todo mi respeto a ellos y sin parecer muy crudo, son cosa del pasado, negocios antiguos que van desapareciendo como tantos otros. Tampoco hay serenos o aguadores, queda cuatro castañeras y así muchos negocios que van desapareciendo para dejar paso a otros. Los mercados y necesidades también van evolucionando.
Da pena y nos gusta agarrarnos a la nostalgia y pensar que cualquier tiempo pasado es mejor, pero en realidad no es así, ya quisiéramos el acceso a los cómics, información o variedad de formatos y editoriales que tenemos ahora cuando eramos niños, en esa era del kiosco.