Día 182: Captain America (and The Falcon) vol. 1 #175. Julio de 1974
Banda sonora: Vaya decepción se lleva el Capitán América al ver quién era el Número 1. Nosotros, como en un capítulo de Scooby-Doo, nos preguntamos, con Van Morrison: "Who was that masked man":
https://www.youtube.com/watch?v=i_lMz2Xd5Wo
Créditos: Steve Englehart (guion); Sal Buscema (dibujo); Vince Colletta (entintado); Charlotee Jetter (rotulación); George Roussos (color).
Portada de John Romita y Sal Buscema.
Llegamos al final de todo. Y empezamos el tebeo recopilando el dramático final del capítulo anterior: uno de los secuaces de Imperio Secreto ha usado un aniquilador atómico y ha matado a nuestros héroes. ¡¡Dios mío!! Solo que al final no están muertos. ¡¡Sorpresa!! Pero ¿cómo?
Pues porque en realidad quien disparó el cañón lo había "seteado" en modo no letal. Aunque el modo no letal aturde, está claro. Pero ¿por qué alguien de Imperio Secreto haría eso? Pues porque ese alguien es un infiltrado de SHIELD llamado Gabe Jones. Y le acompaña ¡Peggy Carter!
Aquí nos vais a permitir pasar por alto la historia de cómo Gabe Jones entró en Imperio Secreto, entre otras cosas porque este aspecto se narra con unos flashbacks destinados mayormente a recomponer la continuidad, pero que a nosotros no nos interesa ahora al no haberlos leído.
Vamos a dejar de lado también el turbio asunto relacionado con si el Capi ama en realidad a Sharon Carter y no a Peggy, porque lo importante es que, con el electron-giro ese, Número 1 va a poner en marcha la fase final de su plan: hacer un platillo volante... ¿para qué? Pues... Pues para llevarlo a Washington. A ver, ya sé que todo es raro, pero bastante tenemos con espigar en el funcionamiento del artefacto: el electron-giro servirá de timón, en tanto las energías mentales de los mutantes apresados le proporcionará... pues ... a ver ¿energía?
Sea como sea, el chisme funciona porque en un periquete se ha plantado frente a la Casa Blanca nada menos. Mientras tanto, Quentin reafirma a Piedra Lunar en que ahora él es el héroe de América, tras la caída en desgracia del Capitán América. Este detalle tendrá importancia luego, de ahí que Englehart quiera dejar claro que Piedra Lunar es el nuevo niño bonito de América.
Nº 1 anuncia al mundo que empieza una nueva era de dominación bajo su autoridad. Los militares no tienen nada que hacer contra la amenaza -porque las energías mutantes forman un campo de fuerza- pero entonces llega Piedra Lunar que fingirá luchar contra el mal.
Las esperanzas de los USA recaen en el nuevo héroe de América. La prensa y, con ello, el mundo mundial, están en vilo, esperando que Piedra Lunar pueda derrotar a los malos. Pero entonces, aparece N º2, quien, después de un poco de teatro, derrota al falso héroe, ta y como estaba planeado desde el principio con Quentin y Número 1.
El plan empieza a tomar forma ahora: si el principal héroe de América ha sido derrotado... ¿qué puede hacer el país, sino rendirse? Piedra Lunar aparece ante el público pidiendo la rendición, dado que, según cuenta, está abrumado por el armamento y los planes de Nº 1. Para terminar de convencer a la gente, Nº 1 informa de que sus agentes han puesto bombas atómicas desperdigadas por todo el país, y que la nación tiene solo media horita para capitular o volará todo por los aires.
Sin embargo, nadie en Imperio Secreto cuenta con los héroes que aparentemente quedaron en la base de la organización, ya que fueron dados por muertos. ¡Se han metido en el platillo volante! El Capitán América y sus aliados, entre ellos media Patrulla-X, asaltan la sala de control.
Con el puente de mando de la nave tomada, Cíclope inutiliza el panel de mandos que controlaba las energías cerebrales de los mutantes. La labor de la Patrulla acaba un poco aquí: como le viene a decir Jean: "Capi, el resto del tebeo es tuyo".
Halcón logrará cumplir con la misión que le asignó Rogers: interrogar a los miembros de Imperio Secreto para averiguar dónde han colocado los explosivos atómicos. Pero eso ocurrirá off-camera: nuestra atención es para el símbolo de America: Steve Rogers, ¡el Capitán América! Primero se ocupa de estrellarle el careto contra el suelo al Nº 1 para que deje de amenzzar al personal, y luego se encara con Piedra Lunar. Con el cabreo que tiene, ni que decir tiene que Rogers le da la paliza de su vida al malo.
Con Piedra Lunar derrotado, el taimado Quentin sale de las sombras para intentar salvar la situación a la desesperada, diciendo que Piedra Lunar engañó al Comité para la Recuperación de los Valores de América. Pero de nada le sirve: Piedra Lunar, despechado, confiesa todo todito.
Con las cámaras filmando mientras Piedra Lunar se va de la lengua, todo va quedando claro a los atónitos americanos. La conspiración, la corrupción que pudría a los USA de arriba abajo... y el nombre del Capitán América está limpio otra vez. Todo apunta a un final feliz, solo que el Nº1 aprovecha la confusión y corre a refugiarse en la Casa Blanca, amargándole la fiesta al Capi.
La aterradora verdad espera a Rogers dentro del edificio: al quitarle la máscara, el Capitán reconoce a... ¿a quién? Pues a alguien muy importante, que confiesa que no era suficiente con el poder legalmente adquirido: necesitaba un golpe de estado. Y diciendo esto, se suicida.
¿Quién era este hombre? Nunca se dice. Al parecer, Englehart pensó al principio que se trataría del Presidente de los EE.UU. Frente a la tentación de atribuir este desenlace al desengaño de Englehart con Nixon, hay que decir que la historia estuvo pensada así antes del Watergate. O al menos, eso es lo que dijo Englehart. A saber. Sea como sea, luego se diría que en realidad no se trataba del presidente, sino de un alto funcionario del gobierno americano, algo que chafaba por completo la gracia de este final tan molón.
Yo quiero seguir pensando que se trató del Presidente de los EE.UU. El utilizar el sistema legal para llegar al poder, y luego dinamitarlo desde dentro me recuerda demasiado al penúltimo presidente de ese país. Visto así, el tebeo tiene una lectura de actualidad tremenda. El Capitán, en estado de shock y profundamente decepcionado, abandona la Casa Blanca. Lo que debería haber sido una salida triunfal, acaba siendo un palo tremendo que, de hecho, provocará que Rogers deje de ser el Capitán América para convertirse en Nómada.
Pero eso es una historia que tendré que leer en otra vida. De momento, bastante tenemos con seguir a los mutantes, que aquí están un poco de pasada, pese a revestir cierta importancia. ¡Hasta mañana!