Día 160: Fantastic Four vol. 1 #104. Noviembre de 1970
Banda sonora: terminamos este arco argumental como debía: todo bien. Que suene triunfal "All right now" de Free:
https://www.youtube.com/watch?v=lSdBtoIIYT4
Créditos: Stan Lee (guion); John Romita (dibujo) Sam Rosen (rotulación); John Verpoorten (tinta); ¿? (color).
Portada de John Romita y John Verpoorten.
Recapitulemos un poquito: Magneto se ha hecho con el control de la flota atlante, y ataca NY con ella. Para impedir que Namor y Los 4F se interpongan en sus planes, el nefario Magneto ha capturado a dos damiselas en apuros: Sue Richards y Dorma. El ejército de los USA poco o nada puede hacer contra el poder del Amo del Magnetismo. Con su dominio sobre el metal, el villano hace detonar el armamento del ejército o simplemente que los aviones no puedan despegar o bien caen a tierra atraídos por campos magnéticos invencibles.
Namor es tan impetuoso o más que Ben Grimm. Intenta irse directamente a por Magneto a darle en el hocico, pero Reed le hace ver que un enfrentamiento directo no valdrá para nada, porque además tiene de rehenes a Dorma y a Sue: en su lugar, tiene que fingir haberse unido al malo, lo que el Príncipe de Atlante acepta no sin reservas.
Namor se traga algunos sapos, presentándose ante Magneto y aceptando hacerse cargo del mando del ejército atlante en NY, solo que en nombre del villano y no en el suyo propio, por supuesto.
Entretanto, Los 4F llegan al Edificio Baxter justo a tiempo para recibir las reprimendas de Nixon por el telecomunicador. De nada sirve explicarle al Presidente que el verdadero malo no resulta ser Namor, sino Magneto. Eso de que las calles estén tomadas por los atlantes no inspira mucha confianza para que Nixon cambie de opinión.
Reed pide una nueva oportunidad para resolver las cosas sin derramamiento de sangre innecesario. Aunque ya no tiene la confianza de Nixon, no se rinde. Se encierra en el laboratorio a preparar el clásico deus ex machina mientras manda a Johnny a encontrar a Namor y ver cómo va.
La Antorcha sobrevuela la ciudad, vigilando a vista de pájaro el avance de Magneto. Namor le salva de un misil atlante por un pelo. Ya que está junto a él, aprovecha para decirle que Magneto ya está entrando triunfalmente en NY, donde plantará la capital de su nuevo imperio.
Johnny explica a Namor que emplear las armas del ejército -además de ser neutralizadas fácilmente por Magneto, debemos añadir-, causarían muertes civiles ahora que los atlantes ya se han apropiado de NY. Esa no podría ser la solución. Después de este disimulado parlamento con Namor, regresa al Baxter.
Magneto desembarca en Manhattan, siendo saludo al grito de ¡Hail Magneto! y pone su sillón del trono en mitad de la ciudad. A cada lado, el Amo del Magnetismo luce a Sue y a Dorma, en cápsulas que las aprisionan. Es de ver cómo se regodea Magneto en su aparente victoria.
No es que Sue se deje manejar tan fácilmente. De hecho, en páginas anteriores, engañó a Magneto para que la liberara -de una manera bastante tonta, todo sea dicho- para intentar huir. Sin embargo, volvió a caer en las redes del villano. Omitimos entrar en más detalles sobre el particular porque tampoco añade mucho a la trama que digamos.
La victoria del Mal no estará completa, con todo, hasta que no Magneto no acabe con los 4F. Harto de esperar a que Reed y los suyos les rindan pleitesía, decide mandar a que los capturen a los atlantes. Reed tiene que ganar tiempo como sea para acabar su máquina antes de que los atlantes lleguen al Baxter.
Johnny vuelve a los tejados para alejar algunas naves del Edificio Baxter. La Cosa intenta tapar al contingente de tropas que penetran por el ascensor, pero es neutralizado por una pistola de rayos. Solo Crystal se interpone entre los atlantes y Reed Richards.
Pero Red ya tiene listo su misterioso artilugio. Después de dejar KO a unos atlantes a base de manotazos elásticos, los 4F se reúnen y van al encuentro de su némesis en el Fantastic Car. Aunque el arma de Reed es detectada por los malos, Magneto se cree invencible, así que no hace nada por interceptarla o romperla.
Sin embargo, Magnus no cuenta con la estrategia de los 4F. Crystal entra en acción provocando una tormenta, lo que le da a Reed los segundos suficientes para accionar su pistola especial contra el villano.
El funcionamiento de la peculiar pistola consiste en volver la energía emanada de Magneto contra sí mismo. Erik lo intenta, una y otra vez, pero cuanta más usa sus poderes, más inmovilizado se halla. Las damas son liberadas y la invasión ha sido neutralizada. ¡Éxito total!
Me llama un poco la atención que, como podéis comprobar en la viñeta anterior, Namor dice a sus hombre haber actuado con honor. Pero para mí ha sucedido lo contrario, han sido bastante traidorzuelos al dejarse camelar por Magneto a las primeras de cambio. Digo yo
. Y este es el fin del episodio. Magneto es derrotado, esperando a que los militares se hagan cargo de él y Namor se despide de los 4F diciéndoles que ellos nunca serán amigos pese a la tregua que han mantenido en estos episodios.
O al menos no mientras la humanidad tenga prejuicios contra lo que es diferente. Y en estos términos, se despide de los 4F. ¿Ha terminado todo? Ni mucho menos. Como dice Reed en su alegato final, la labor de los 4F no acabará hasta no lograr que los humanos vivan en paz.
Y aquí lo dejamos, con un episodio que pone la guinda final a este arco argumental, pero que a mi juicio peca de simpleza en el desenlace. Al final, no deja de tratarse de una super máquina que acaba con todos los problemas. Muy habitual en los 4F, por cierto.