Día 148: X-Men: The Hidden Years #12. Noviembre de 2000
Banda sonora: En este capítulo, la Mole y sus secuaces se las arreglan para encerrar a Jean, Scott y Warren. Están completamente "Helpless". Pero pincharemos la versión de Patti Smith que hizo en 2007, no la original de Crosby, Still, Nash & Young del año 70.
https://www.youtube.com/watch?v=Tp-xtt8kBPg
Créditos: John Byrne (guion, dibujo, rotulación); Tom Palmer (tinta); Gregory Wright (color).
Portada de John Byrne.
Número doble, pero que me deja la impresión de haber leído uno sencillo, porque se vuelven a recontar cosas que ya hemos visto antes. O tal vez porque se lee rapidito.
En este tebeo, es claro que Byrne está utilizando una narrativa no lineal, para saltar adelante y atrás en el tiempo. Y no solo eso, sino que, además, añade más o menos detalles de trama cada vez que lo hace en función de cada episodio. El resultado para mí es poco satisfactorio, por razones que diré luego. Aunque en general se puede resumir diciendo que muchas veces más es menos, sobre todo cuando enredas mucho como es el caso.
Pero en fin, empecemos. O sigamos, más bien: Magneto ha encontrado aquello que los nazis intentaron hacer algunos años. Se trata de una red de cables y otros artilugios que se hunden hasta el lecho de lava de la isla. El objetivo era extraer la energía geotérmica de la isla, algo que también Lykos estaba intentando hacer, suponemos que como alternativa a matar gente para absorber su energía.
Sin embargo, es Magneto el que aprovecha este hallazgo primero en su favor, permitiéndole manejar la lava como si estuviera viva. Un arma muy peligrosa en alguien que puede manejar el magnetismo a su antojo, incluso debilitado.
Aunque contado de una manera un tanto caótica, ya habíamos visto en el episodio anterior que Magneto había atacado -off camera- a Lykos, y que este acabaría absorbiendo la energía del propio Bobby, todavía sin memoria. Pues bien, ahora se cuenta con algo más de detalle cómo pasó. Bobby está espiando cómo Lykos atrapa a un pequeño dinosaurio y se inclina para lo que cree que es comérselo, aunque en realidad le está chupando su esencia. Entonces, Magneto aparece y lanza la lava fundida sobre Lykos y Bobby. ¿Por qué? Al parecer no reconoce a Bobby. Aparentemente, para él solo son testigos inoportunos que no puede permitirse el lujo de tener por ahí en la isla. Magneto los cree muertos y se da el piro. Es asombroso lo descuidados que son, a la par, malos y buenos. Siempre dan por muerta a la gente sin encontrar los cadáveres.
En este caso, vemos a Magneto haciendo una pasadita en vuelo raso para luego retirarse. Y es entonces cuando tiene lugar una escena que ya vimos en el #11. Bobby se acerca a Lykos, y este al tocarle, le drena el poder mutante y se transforma en Saurón.
La verdad es que leer esto dos veces se hace inevitablemente repetitivo. Y además da la impresión de cierto desmadre en la estructura narrativa. Hablando de cosas que se repiten, también vemos la enésima escena de Lorna y Alex buscando a Bobby. Pero con dos diferencias. Por la cara, ya no está Ka-Zar a bordo
. Esto es un sindiós. Supondremos que lo han dejado por ahí y se habrán despedido. Lo segundo que cambia es que esta vez al fin aterrizan en la isla, solo que los poderes magnéticos de Magneto interfieren con la nave. Con los mecanismos de navegación idos, y Lorna mareada -sin saber por qué, aunque luego nos enteraremos de que se debe a que Magneto está usando sus poderes- la nave se estrella casualmente cerca de Bobby, quien va a rescatarlos y, al ver a Lorna, recupera la memoria de golpe. Bueno, o casi, porque, al chuparle Saurón su energía vital, ya menciona el malo el nombre de Lykos y a Bobby le empieza a removerse el cerebro.
Hablando de lo cuál, hay que recordar que Saurón dejó seco de energía a Bobby, por lo que esto solo sucede una vez se ha recuperado un poco. Antes, Saurón, repleto de esencia mutante, va a enfrentarse a Magneto. Este desconoce que Saurón existía, así que cae en la trampa de mirarle a los ojos.
Al hacerlo, Magneto cae víctima de visiones implantadas por Saurón, en las que la Patrulla-X le da caza inmisericordemente. Pero eso ocurre en la mente de Magneto. Cuando Bobby, Alex y Lorna hallan a los dos combatientes, están parados en medio de la selva, en duelo singular, en el que Magneto lleva las de perder.
Bobby, con su memoria recién recuperada, hace uso ya de su carácter impetuoso y se mete en medio de la pelea haciendo un bloque de hielo para separar a Saurón de Magneto. Pero la estrategia está bien pensada. El objetivo es que Saurón no acabe robando tanta energía del indefenso Erik que se vuelva imbatible.
Magneto recupera entonces el aliento y, a partir de aquí, empiezo a encontrar algún que otro agujero de guion. Veamos: Saurón se sorprende de encontrar a la Patrulla-X, aunque luego conviene en que al estar Bobby por allí, era cuestión de tiempo que aparecieran más. Hasta aquí ok. Magneto no se dio cuenta de que aquél a quien atacaba-lanzándole lava, en viñetas anteriores- era el Hombre de Hielo, pese a que llevaba unos calzones cortos con una X. Ok también
. Pero es que luego dice que no conoce a Alex y Lorna. Esta última se sorprende tanto como nosotros
.
¿No había dicho Magneto, en episodios anteriores de The X-Men, que Lorna era su hija? Habíamos visto un arco dedicado a esto, y como Bobby, investigando partidas de nacimiento y demás matraca, llegaba a la conclusión de que Lorna no era hija de Magneto y la convencía de ello. ¿Cómo es que Magneto no conoce entonces a Lorna? Byrne nos lo explica con la confianza de quien cree haber hecho bien los deberes: el Magneto que clamaba que Lorna era su hija en realidad era un robot. ¿Lo recordáis?
Sin embargo, veo aquí dos cosas que no me cuadran en absoluto. Primero, Magneto dice, en la viñeta de la derecha -arriba-, que los que ve son los más jóvenes e inexpertos de la Patrulla-X. Sin embargo, en la viñeta de la derecha dice que le son desconocidos. ¿Cómo puede saber si son o no jóvenes, expertos o inexpertos? No se entiende bien, incluso aunque podamos asumir que Magneto considera que, al no haberlos visto antes, deben ser nuevas incorporaciones.
De todas formas, lo que más me escama es que, lo de que Lorna fuera hija de Magneto, fuera el invento de un robot. Es decir, que el verdadero Magneto no supiera, o pensara, o fingiera al menos, que Lorna era su hija, y todo fuera ocurrencia de un robot. Me parece raro como un perro verde, como el pelo de Lorna, vamos. Pero en fin, hay que admitir que, por poder, se puede llegar a estas dos interpretaciones que salven la coherencia. Una coherencia sin embargo, ya mermada. Y por el amor de Dios ¿Dónde está Ka-Zar?
Pero sigamos con este apasionante duelo. Saurón aprovecha la confusión para hipnotizar a Kaos con su mirada, haciendo que ataque a Magneto con sus rayos de plasma solar. Y al contrarrestar Magneto el ataque con sus poderes, Lorna se marea otra vez.
Y una vez más, ocurre algo que para mí no tiene ningún sentido. Como guiada por un presentimiento, Lorna le dice a Bobby que se vayan de la batalla. Entonces, llegan a un lugar donde Anfibio está manejando un aparato que, descubrimos, es lo que potencia realmente a Magneto. Es decir, Magneto no era tan poderoso, ya que, hay que recordar de nuevo, tenía sus poderes debilitados. Hasta aquí bien. Lorna dice que, conforme se van acercando a la dirección de Anfibio, la sensación de mareo crece, y así es como encuentra el secreto de Erik. Era Anfibio. De acuerdo, pero ¿cómo sabía Lorna esto antes de decidir irse de la batalla? Primero se va de la batalla, y Bobby le dice que espera que sepa lo que hace. Solo luego, cuando está caminando, descubre que, a medida que va en cierta dirección, se marea más
.
Pero la misma decisión de irse carece de sentido. Lorna se siente mal cuando Magneto usa sus poderes. Lo lógico habría sido asumir que la fuente de sus males está en Magneto
. Pero en fin, el caso, es que pillan a Anfibio, le rompen el aparato, y entonces Magneto cae desempoderado.
Con la partida perdida, Magneto le dice a Saurón que la lava va a acabar por engullir toda la isla, pero que, si le rescata, pueden trabajar juntos para hacerse amos del mundo. Saurón se lo piensa y le dice que no, mientras se pira volando y Magneto cae a las simas de lava.
El Hombre de Hielo intentará salvar a Magneto lanzándose a las profundidades de la Tierra, pero será en vano. Eso sí, le da tiempo a volver a tiempo de evitar que Saurón controle mentalmente a Lorna y Alex. El lagarto decide borrarles la memoria y largarse.
Matarlos solo atraería a más Hombres-X y estar por allí ya no tiene sentido, porque Magneto ha fundido las instalaciones de los nazis que iban a proporcionarle energía sin tener que matar a nadie. Además, que es Saurón, vamos, ahora no tiene Lykos su cara amable.
Y colorín colorado, los tres agarran la nave y se vuelven a Westchester con solo el leve recuerdo de haber llegado allí al captar la signatura mutante de Bobby. Vamos, lo que se dice un "paná" de manual. Anfibio vuelve a ser humano normal sin la intermediación de Magneto, pero no sé por qué, la verdad. Lo había vuelto a mutar. A mí que me registren. Pero este trozo de trama acabará con un epílogo/prólogo. ¡¡Magneto estaba vivo, sorpresa!!
Sale de la lava así como si tal cosa, pese a que ya no tiene poderes, pero se vuelve a desmayar. Hombre, Byrne al menos disimula algo aquí. Namor, atraído por la tarambana montada, encuentra a Erik y se lo lleva a Atlantis. ¿Por qué haría eso? Creo que llevo demasiadas preguntas
Técnicamente para salvarlo, pero reconoce que tampoco se fía un pelo de él. Lo de las no muertes de Magneto es ya un absoluto cachondeo. De verdad, Byrne, si vas a tirar de retrocontinuidad, no pongas a Magneto en una situación en la que parece que muere. Ya tenemos bastante con la continuidad oficial. En fin, a mí la gran mayoría de este episodio doble me parece un desastre insostenible en cuanto a coherencia. Pero ojo, que tenemos dos tramas más: la de Ashley y la de Krueger. vamos por partes, que es número doble.
Eso sí, a tener en cuenta que, de la misma manera que Byrne no es lineal, esta reseña tampoco lo es, agrupando, como hice en la crónica anterior, la trama por bloques, para no volvernos locos. Vamos con la trama de Krueger. Unos marinos le habían vendido a Krueger al Ángel, quien, a su vez, se lo había vendido a Unus, La Mole y Mente Maestra. En el episodio anterior, Cíclope, Jean y Candy -disfrazada como la Chica Maravillosa- habían caído ante los poderes mutantes de Krueger. Este está listo para entregarle su caza a Mente Maestra y Unus, pero entonces Candy, que solo estaba fingiendo, intenta escapar. En vano. No tiene nada que hacer contra Mente Maestra, aunque me gusta el protagonismo que Byrne le está dando a Candy, para ser humana normal.
En la reseña anterior afirmaba suspicazmente que los poderes de Krueger parecían afectar extrañamente a Candy, cuando se supone que solo ocurría con mutantes. Ahora sabemos que Candy estaba fingiendo más allá de hacerse pasar por la Chica Maravillosa.
Candy juega con la baza de que Krueger piensa que ella es la Chica Maravillosa por el disfraz, pero Mente Maestra reconoce a Jean con el antiguo disfraz, ante la confusión de Krueger, e intercepta a Southern con sus poderes mentales.
Poco más se cuece en este apartado de la trama, salvo que Mente Maestra también se la juega a Krueger, pagándole el precio de los mutantes capturados con dinero que solo existe en la imaginación de este. El trío de mutantes malvados ya tiene a tres X-Men más Candy en su poder
El tercer cacho de aventuras lo encontramos en una especie de epílogo a lo ocurrido en el capítulo anterior con Ashley y el Centinela, a quien la niña había destruido, usando su poder de dominio sobre las máquinas que aquí aprendemos que también se extiende a los juguetes
.
Ashley está fuera de control. Y lo que es más, echa la culpa a Xavier de que el centinela se haya vuelto a malo. Ella asocia la deriva destructiva del robot al momento justo en que apareció Xavier, cuando todo empezó a ir mal.
Así que, ni corta ni perezosa, "domina" la silla de ruedas de Xavier para intentar estrellarle contra algo y matarlo -presumimos-. Menos mal que Hank reacciona a tiempo. El problema se queda planteado de esta forma mientras esperamos el siguiente tebeo.
De las tres tramas que aparecen en el número de hoy, la que más páginas acapara sin duda es la de Saurón contra Magneto. Aunque el resto es salvable, hay demasiados escollos en el planteamiento de todo lo que tiene que ver con Saurón y Magneto. Byrne intenta manejar la continuidad como puede, pero mi sensación es que acaba abrumado por ella. Se ve que se ha leído bien estos números, pero sigue contando cosas que son difícilmente tragables, y otras las resuelve con oportunas pizarras en blanco. Así que, en esta ocasión, veo más sombras que luces en una entrega que debería haber estado mucho mejor.