55ª Etapa: Avengers vol. 1 #281-285
Julio a Noviembre de 1987
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Formación:
-Capitana Marvel (líder)
-Caballero Negro
-Capitán América
-Doctor Druida
-Hulka
-Thor
-Namor (regresa al equipo)
Personajes invitados, aliados y/o secundarios:
-Avispa (reservista)
-Hércules (reservista)
-Prometeo
-Hera
-Afrodita
-Atenea
-Enfermera Richards
-Marrina
-Shem
Enemigos:
-Zeus
-Ares
-Dioniso
-Artemis
-Hermes
-Hefesto
-Poseidón
-Hades
-Apolo
-Cerbero
(algunos van cambiando de bando)
Bienvenidos a una nueva cita con los Héroes más Poderosos de la Tierra. En este caso, los Vengadores hallarán la horma de su zapato, enfrentándose a los dioses del Olimpo, a cuenta de un proverbial malentendido, que consiste en que, básicamente, Zeus piensa que Los Vengadores son los responsables del estado comatoso en que quedó su hijo, Hércules, tras el Asalto a la Mansión. Estamos viendo que aquel mítico arco argumental todavía colea en cuanto a sus consecuencias. Así que abróchense los cinturones y sumerjámonos en esta epopeya.
#281
Abrimos este número con la confusión sobre quién ha asaltado el hospital donde yacía Hércules, llevándose cautivo al semidiós. La enfermera Richards tiene claro que ha sido Thor. Su silueta, especialmente su casco alado, le delatan. Thor intenta explicarle a la mujer que no es él el villano, pero ella no parece muy convencida por el Dios del trueno. Este marcha por los aires a buscar a los que cree verdaderos responsables, dejándonos con el enigma de en quién estará pensando. Mónica no puede convencerle de que suelte prenda, y Thor se desvanece, dejando patidifusos a sus camaradas en armas.
Mientras Los vengadores discuten el asunto indiscretamente, en plena calle, Hulka le compra un helado a un vendedor callejero para hacer la espera más amena. El vendedor resulta ser Dioniso de incógnito. El helado está aderezado con una especie de encantamiento que vuelve a Hulka en furiosa berserker, machacando todo lo que encuentra a su paso en NY, lo que incluye, si la dejan, a los propios Vengadores, quienes intentan detenerla como pueden.
Mientras tanto, Thor ha llegado al Olimpo, donde halla a Hermes, cuyo casco alado le señala como el verdadero raptor de Hércules. Contiende con él, pero es reducido con la ayuda de Hefesto. En la Tierra, las cosas no van mejor para los superhéroes. La argucia de Dioniso es descubierta y Hulka vuelve a ser ella misma, pero un combinado de olímpicos, formado por el propio Dioniso, Artemis y Hermes, derrotan a Los Vengadores, que son luego llevados al Olimpo, para afrontar un juicio por las heridas de Hércules
#282.
Este tebeo nos cuenta en paralelo la captura de Namor a manos de Poseidón, el dios griego del mar. No es del agrado de la deidad el capturar al que entendía más o menos como su protegido, pero Zeus manda, y resulta que, como Vengador, aunque sea reservista, el dios griego del trueno también le hace responsable de lo que le ha pasado a Hércules. El ataque de Poseidón, que provoca enormes temblores submarinos de tierra, dejará sin fe a los pocos fieles que acompañaron al príncipe de Atlantis a fundar un nuevo reino (tras la victoria sobre Atlantis del usurpador, Attuma). El pueblo de Namor huye, mientras su gobernante es capturado por fuerzas a las que sencillamente no puede oponerse.
Namor es llevado al Hades, para reunirse con los demás Vengadores, que han sido llevados a la Fortaleza del Tártaro, para padecer una muerte lenta y con tortura, pena a la que han sido sentenciados por Zeus. Sin embargo, Namor se libera de Cerbero, su captor, y se sumerge en la laguna Estigia, sin saber el guardián del infierno que el elemento fuerte de Namor es el agua, por lo que lo da por muerto. una vez sale a la superficie, Namor se encuentra a Prometeo, quien le ayudará a liberar a sus camaradas, gracias a un designio de Hera, que se irá desvelando con cuentagotas, pero que todavía no sabemos las trazas que lleva.
Namor, camuflado como soldado de Hades, se introduce en la prisión y libera a Los Vengadores. Solo queda Thor, que está sufriendo personalmente las "cortesías" de Hades. También es liberado y, a porrazo limpio, los héroes más poderosos de la Tierra se abren paso hacia el puente que conecta el Hades con el Olimpo. Sin embargo, Hades les sale al paso con su ejército.
#283
Los Vengadores logran huir hacia el puente al Olimpo, donde Hades ya pierde su jurisdicción. Ahora se encaminan al Olimpo, para aclarar el asuntillo que les trae inquietos, por aquello de ser acusados en falso de ser los villanos del cuento, cuando fue Hércules el que, por su propia indiscreción, se metió de lleno en la Mansión cuando estaba tomada por los Amos del Mal. En el camino, se les une Prometeo, sin aún revelar su nombre, por cierto, quien les pone al día de que Ares es el que está azuzando a Zeus contra los héroes, llevado de su natural inclinación belicosa. Y Zeus, que es un padre vengativo, es de los que mata primero y pregunta después. Solo hay una posibilidad para sacar a Zeus de su rabia turbadora: hacer que los dioses del Olimpo se unan a la causa de Los vengadores. La primera que lo hace es Afrodita, quien tiene un cariñoso recuerdo de Namor. A Hefesto, su pareja, cuesta un tanto más (y una batalla contra sus autómatas) convencerle, pero finalmente pasará a formar parte de las filas de Hera, donde ya estaba Afrodita, con armas y bagajes.
En los suntuosos palacios del Olimpo, Apolo hace lo que puede por Hércules con sus artes curativas, pero nada, que Hércules no despierta. Entretanto, los Vengadores acabaran llegando de incógnito y acompañados por los dioses aliados, al mismo trono de Zeus. Allí, a sus pies, descubrimos a la pobre Jan, quien no ha estado ni unos días de vacaciones en su retiro vengadil, cuando ha sido asimismo capturada por Artemis y llevada al Olimpo para compartir el destino de los demás Vengadores. Este incidente se verá en realidad en el número posterior, utilizando flashbacks.
Los Vengadores son descubiertos por Ares cuando llegan a palacio. El Dr. Druida convence a los olímpicos para hacer un intento de curar a Hércules, pero Zeus, caliente su oreja por los malos consejos de Ares, decide acabar con tanta tontería, atacando a humanos y dioses por igual con una fenomenal descarga, que deja al pobre Capitán América con las piernas rotas.
En una roca, mirando al firmamento, Prometeo reflexiona sobre el momento que afrontan: ¡¡la batalla definitiva entre Humanos y Dioses!!
#284
En el penúltimo número de este arco argumental es cuando se revela el cerebro de la trama urdida por Hera. Cuando Janet escapa de su prisión, reduciéndose de tamaño, se topa con Hera, quien le dice que ella está moviendo los hilos para enfrentar a su marido. Zeus está fuera de sí por el destino de Hércules, y culpa injustamente a Los vengadores por ello, como ya sabemos.
Mientras, en los salones del Olimpo, la batalla entre Zeus y Los vengadores arrecia, destacando especialmente la heroica actitud del Capitán América quien, con sus piernas rotas, todavía ayuda, aunque no pueda ponerse de pie. Dejándose sin protección, le lanza su escudo a Namor, para que le sirva de ayuda contra Ares. Hay que querer a Steve Rogers, espejo, flor y nata de la superheroicidad toda
Con la contienda cada vez poniéndose más fea para los Vengadores, Hermes finalmente entra en razón y se pone a los pies de Hera, llevando con presteza a los Vengadores heridos a una gruta, así como al propio Hércules, todavía más inconsciente que la Bella Durmiente. Pero Prometeo, otro gallardo varón, cura a Hércules, donándole parte de su fuerza vital para que este despierte. Y entonces pasa que Hércules, efectivamente, se levanta cual Lázaro, solo que algo cambiado. Recordemos que había sufrido daños cerebrales durante la contienda con los Amos del Mal, así que despierta desmemoriado y tomando a sus aliados por enemigos y emprendiéndola contra ellos de muy mala manera. Al menos Hércules ya vive, despierto, pero ahora tienen un problema no mucho menor. El semidiós está fuera de sí, y ni el mismo Namor puede con él, pese a la solvencia con la que se desempeñó, no ha mucho, contra nada menos que Ares.
De este número, también merece mucho la pena destacar el épico enfrentamiento entre Thor y Zeus, ambos dioses del trueno cada uno en su casa. Aunque claro, con la diferencia de que Zeus es como el Odín griego, y acaba imponiéndose a su homólogo asgardiano. Pero el choque es tan potente como prometería un versus de este calibre. La Capitana Marvel intenta asestar el golpe definitivo, descargando sobre Zeus tal cantidad de energía que pareciera que le ha echado encima una bomba atómica más grande que las de Hiroshima y Nagasaki. Pero ni por esas, ya que el Olímpico supremo sigue en pie. Con todo, que una humana haya hecho gritar al mismo Zeus, habla del poder desmesurado que algunos Vengadores tienen.
#285
Llegamos al desenlace: al Crepúsculo de los Dioses. La batalla se desenvuelve en dos frentes: por un lado, Hércules, como loco, ataca a Los vengadores con la misma intención de matarlos, al considerarlos sus mortales enemigos. Por otro, crece el fragor del combate entre algunos de los Vengadores y Zeus. Pero las dos tramas están destinadas a confluir. Primero, el Dr. Druida se lanza sobre Hércules y, agarrando su cabeza con las manos, al estilo rubialesco, le hace recordar que sus heridas fueron fruto del ataque que sufrió por parte de los Amos del Mal. Off-Camera, se deduce que Hércules ha recuperado la razón, cuando aparece en medio de la contienda que Zeus mantiene con Thor, Hulka, Namor, el Caballero Negro y la Capitana Marvel (pues ni con esos cinco pueden derrotar al padre de todos los dioses, o de casi todos), para decirle que debe parar esta locura.
Pero hete aquí que Zeus le da de puñadas con muy mala saña, al confundirlo con otro Vengador, sin saber que se trataba de su propio hijo, por el que montó toda esta zapatiesta: ¡ha aporreado casi hasta la muerte al mismo Hércules! ¡Zeus mío! Zeus se da cuenta de su error, y aquí acaba la guerra.
Con todos los malos entendidos deshechos, Zeus atiende ahora a Los Vengadores como invitados de lujo, en sus suntuosos aposentos.
¡Oh, y qué sería de una escena de dioses griegos (o latinos, que tanto hayan), sin cuencos de fruta y triclinios! Pues que no sería una buena escena, no señor. Allí están, solazándose muy a su gusto, Los Vengadores, cuando son llamados al salón de la justicia, porque el padre Zeus está ya presto a dictar su Sentencia. Y esta es, ni más ni menos, que, en lo sucesivo, ningún Olímpico baje a Tierra, y ningún terrestre suba al Olimpo. Con esto, evita que más males de caprichosos dioses como él mismo provoquen afrenta alguna entre los humanos.
Ni que decir tiene que Poseidón protesta enérgicamente contra la sentencia, pues los atlantes son sus protegidos, y ahora no podría protegerlos más. No menos contrariado está Ares, a quien la imposibilidad de influir en las guerras de los hombres le privarán de su divertimento. Pero Zeus es mucho Zeus y manda que callen esas voces, so pena de encontrar su ira desmedida.
Todos quedan conformes (qué remedio) y Los Vengadores vuelven a su hogar, con la asistencia de Prometeo, mas no con Hércules, quien, según lo dispone la sentencia, habrá de permanecer en las elevadas cumbres olímpicas.
¿Y qué será de Namor? A punto estaba de fundar un reino alternativo, cuando lo ha perdido todo. Marrina y él se resignan a vivir entre los moradores de la superficie, y a otra cosa, que la vida es corta.
Vuelta a la vida cotidiana de los Héroes más Poderosos de la Tierra. Pero no salimos de una cuando entramos en otra, y ahora hallamos que el Capitán América (que sus piernas fueron curadas, por cierto, en el Olimpo, por artificio divino), no aparece. Y ello ocurre justo cuando la capitana Marvel, en un ejercicio de prevención, examinaba la ficha del Arreglador en la base de datos de la Mansión. Algo huele mal aquí y eso que no es Dinamarca. Pero para saber de esto, habremos de seguir leyendo. Vale, de momento.
Impresiones: Voy a ser sincero: a mí, cuando en cómics de supers aparecen los dioses del Olimpo, me da un no sé qué de pereza ponerme al lío. Es como cuando los mutantes se ponen demasiado espaciales. Tiene un punto que está guay, pero prefieres verlos en otro registro. Sin embargo, a medida que iba leyendo, le iba viendo el punto entretenido a cómo Stern y Buscema iban recreando al panteón griego. Hay momentos muy épicos y la potencia del choque entre Vengadores y deidades está muy bien reflejada. Difícilmente podíamos pedir una batalla más espectacular. Es, en suma, un arco repleto de acción con mucha épica, donde vamos a encontrar tortas en buena parte de las viñetas.
No diría que vaya a ser un arco especialmente memorable para mí, pero sí que da lo que cabía esperar en una contienda cataclísmica como esta. Zeus resulta ser más tonto de lo que ya de por sí narran que era en las historias originales, así que bueno, se acuesta siendo un poco más tonto, que ya se podría haber deshecho el enredo mucho antes, sin tanta cólera
A ver qué pensáis vosotros.