Día 120: The X-Men #56. Mayo de 1969
Banda sonora: damos las gracias a Neal Adams por haber dibujado estas páginas inmortales. Hace poco todavía que nos dejó, pero su arte perdura en nuestra memoria y en nuestros ojos. Así que simplemente digamos, con Led Zeppelin: "Thank You".
https://www.youtube.com/watch?v=12KbOAc8vmk
Créditos: Roy Thomas (guionista); Neal Adams, Werner Roth (dibujo); Sam Grainger (tinta, rotulación); Tom Palmer (tinta); ¿? (color); Herb Cooper (rotulación).
Portada de Neal Adams y Sam Rosen.
Inauguramos una de las etapas más renombradas de los mutantes, especialmente por el sensacional arte de Adams, quien marcó de verdad una diferencia. El Monolito Viviente apretando el logo de X-Men entre sus manos, en la portada, ya causa sensación, pero mirad la primera página. No soy precisamente experto en dibujo, pero los planos de Adams me parecen bestiales, y la atención al detalle aún mejor.
Recordemos de dónde veníamos: Alex Summers se había revelado como un mutante con poderes, lo que debilitó al Faraón Viviente, villano de este arco. Al final del episodio anterior, mandaba huir a sus hombres. En esta relectura, pensaba que realmente el Faraón también había huido, pero aquí le vemos atrapado por la Patrulla-X. Tras un reconocimiento poco fructífero de los alrededores, Scott intenta tranquilizar a su hermano diciéndole que encontrarán el secreto de sus poderes, pero el Faraón no está muy cooperativo que digamos.
El cautiverio del malvado faraón no dura mucho, ya que sus hombres vuelven para emboscar a la Patrulla-X. Jean Grey apenas si tiene tiempo de avisar de la trampa a sus camaradas, antes de caer junto a Warren por un traicionero rayo de energía.
Esta vez es la Patrulla-X la que queda fuera de combate. El Faraón no está interesado en matarlos (en el episodio anterior, sí quería eliminar a Cíclope y eso, ahora ya no
), y se lleva a Alex, que es la clave. Los intentos de los hombres X de impedir la huida del Farón son vanos. En uno de esos intentos, Warren persigue a la aeronave del Faraón, pero cae en pleno vuelo abatido por disparos incapacitantes. Cíclope está muy preocupado por Jean, pero por fortuna solo estaba temporalmente KO. Cuando despierta, hace un esfuerzo para encontrar a Warren.
Finalmente, logra establecer contacto con Ángel, de la manera tan chula que se muestra en la viñeta de abajo. Al final, parece que Ángel ha hecho de explorador de vanguardia y ha detectado al faraón en otro templo egipcio. Se cuela para espiar y corta conexiones con Jean.
El templo por dentro es más sofisticado de lo que parece. El Faraón Viviente le explica a Alex su obsesión con él: los poderes de ambos provienen de los rayos cósmicos, pero en una curiosa forma de juego de suma cero: cuando los poderes de Alex crecen, se debilitan los del Faraón. Aunque parece que no viceversa... Más tarde sabremos que la energía de Alex se absorbe del sol, más que, estrictamente, de los rayos cósmicos. Aunque a lo mejor un físico me explica que no hay tanta diferencia, no sé.
Dada la explicación del poder de Álex y su relación con el del malo, este ha preparado para Alex una cámara especial que bloquea los rayos cósmicos. Además, matará al Summers Junior por falta de oxígeno. En X-Men #54 bastaba con un acuchillamiento ritual, en el #55, se lo llevaba a Egipto para darles muerte digna. Este faraón qué veleta es.
Tampoco entiendo por qué se molestaría en hacer una cámara especial, con la inversión en I+D, en lugar de pegarle un tiro o algo así.
Pero en fin, al inhibirse la absorción de rayos cósmicos en Alex, el Faraón absorbe todo el poder para él solo. Todo esto lo ve Warren a hurtadillas y sale a advertir a la Patrulla, que llega justo en el momento en el que el Faraón se convierte en ¡¡el Monolito Viviente!!
En la lucha que sigue, los héroes no son rival para tan formidable adversario que, además, tiene la piel dura como la roca. En consecuencia, reciben una buena paliza. Solo Alex puede salvar el día. Aislado en su cámara, recuerda que solo fue cuando estaba estresado que sus poderes se liberaron. Así que ahí está la solución.
Bienvenido a la enfermedad del siglo XXI, peque Summers. Esperamos que sobrevivas a la experiencia. Fuera, en el campo de batalla, el Monolito Viviente empieza a debilitarse y a menguar de tamaño, hasta que cae inconsciente. A la vez, el templo donde estaba preso Alex se derrumba. Cuando los X-Men dan por perdido al joven Summers, este aparece entre los escombros, muy ansioso, porque tiene un enorme poder que no es capaz de controlar, con el peligro que eso supone. Se ha cargado un templo él solo y encima el capítulo que se avecina se llama "¡Desastre!". Pintan bastos, ya que, aparentemente, se ha cargado un templo egipcio él solito. Los daños al patrimonio histórico-artístico son incalculables. Pero nadie piensa en esto ¿verdad?
Valoración muy breve del capítulo: pese a alguna inconsistencia, la historia no está mal. Pero es el dibujo el que realmente marca la diferencia, teniendo la impresión de que podríamos leer cualquier cosa y nos gustaría igualmente. Grande Adams. Atentos/as al capítulo de mañana.
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En el interín, leeremos la segunda historia del tebeo, con la tercera y última parte de los orígenes del Ángel. Lo habíamos dejado con Cíclope y Hombre de Hielo intentando convencer, sin éxito, al Ángel, para que se uniera a la Patrulla-X. Warren está montando una buena escena en su apartamento, que levanta a los vecinos.
La única manera de hacerle entrar en razón es un mensaje telepático de Charles Xavier, quien le informa a Warren de que el vial que los ladrones querían robar del Instituto Atómico en el capítulo anterior, y que ahora tiene el solitario enmascarado, es una bomba nuclear. Atentos a la explicación: la bomba se activa al tocarla un mutante. Este Instituto Atómico debe de estar a las órdenes de Bolivar Trask Jr. y no nos habíamos enterado...
Solo el frío puede neutralizar la bomba, por lo que el Ángel emprende un vuelo hacia la estratosfera (o la mesosfera, o la esfera que sea) hasta que está tan congelado que no puede resistir más. Allí, el profesor le dice que si rompe el vial, se desactiva. Y así lo hace Warren. Desde luego que ya sabíamos que el profesor tiene poderes mentales para detectar los aparatos y su fucnionamiento, pero esto ya es de traca.
Además, cuando el Ángel cae de vuelta a la Tierra, exhausto, Charles Xavier le ayuda a enderezar vuelo. Todo esto ha demostrado a Warren que puede confiar en el Profesor y sus chicos, por lo que se une a la Patrulla-X.
Como ya he comentado en otras ocasiones, Warren parecía el intento más sólido de hacer un vigilante enmascarado en plan tipo duro con un mutante. Aunque seguirá teniendo ego, como dice la viñeta de despedida, su carácter se ablanda bastante luego, siendo uno más. Y hasta aquí la entrega de hoy. mañana volveremos con más, como siempre. ¡O casi siempre!