Día 116: The X-Men #52. Enero de 1969
Banda sonora: Nos estamos pegando un viaje alucinante ¿no creéis? veamos, sintamos y toquemos este tebeo, como decían los Who en "We're not gonna take it":
https://www.youtube.com/watch?v=xRCrmuALDEE
Créditos: Arnold Drake (guionista); Don Heck, Werner Roth (dibujo); John Tartaglione, John Verpoorten (tinta); ¿? (color); Sam Rosen (rotulación).
Portada de Marie Severin y Joe Sinott.
Acompáñame en la lectura de The X-Men #52, donde se revela el secreto de Erik el Rojo, y otras sorpresitas más. El episodio anterior había concluido con un tal Erik el Rojo presentándose en la Ciudad de los Mutantes, desafiando a los semi hombres. La entrega de hoy abre directamente donde lo dejó el anterior tebeo, con Erik el Rojo arremetiendo contra Mesmero y sus hombres.
Tras una ardua batalla, Erik el Rojo derrumba el techo sobre sus oponentes, dejándolos atrapados, mientras él se dirige tranquilamente a los aposentos de Lorna. Esta cree que quiere derrocar a Magneto y convertirse en gobernante de los mutantes. La verdad es que creo que tengo deja vu con Arnold Drake. En el cómic anterior, Cíclope vencía a Magneto precisamente haciendo caer el techo sobre él. ¿Casualidad? No lo creo
Sin embargo, cuando llega junto a Lorna, Erik el Rojo declara que es un adorador de Magneto y solo quiere tomar el poder temporalmente, apartando a Mesmero del mando. Cuando Magneto esté otra vez recuperado (recordad que había sido herido por unas rocas), entonces cederá el mando.
El Amo del Magnetismo no tiene muchas opciones y acepta, para infortunio de Mesmero, que siente que se ve relegado por el primer advenedizo que llega a la Ciudad de los Mutantes con poderes y armadura vistosos.
Pero en la página anterior, observamos a Jean entablar conversación telepática con Ángel y bestia, diciéndoles que empieza una misteriosa Operación Crepúsculo ¿Qué será? Cíclope parece coordinar la misión desde la distancia. Sin embargo, Bobby, en el capítulo anterior, había sido apartado de las operaciones por no ser neutral y pensar que no sería neutral llegado el caso de enfrentar a Lorna. En este episodio veremos que no pierde el tiempo el benjamín patrulloso.
Los tres mutantes llegan a la Ciudad de los Mutantes y acechan escondidos. En estas tres viñetas que siguen advertimos dos cosas peculiares: primero, Lorna no percibe ningún aura de maldad en Erik el Rojo. Y segundo, Magneto parece tener el poder de leer los pensamientos de Lorna.
No sé si recordaréis que, en los primeros números de la Patrulla-X, personas malvadas como Magneto eran capaces de desprender auras diabólicas capaz de helar la sangre en las venas a gente que simplemente estuviese cerca, aunque no tuviese poderes especiales. Ese concepto se recupera aquí. Además de que viene a ponernos sobre la pista de que Erik el Rojo no es malo. Por otra parte, si Magneto puede leer los pensamientos, me pregunto por qué lo hace solo con Lorna y no sondea un poco al nuevo amigo Erik el Rojo. ¡Qué despistado estaba!
Es poco después cuando se revela todo el pastel: Erik el Rojo no es otro que ¡¡Cíclope!! ¡¡Se había infiltrado en la base de Magneto!! Ese abrazote que se da Scott con Jean es lo más cerca que hemos visto de contacto físico entre estos dos en 52 números. Ya iba siendo hora, digo yo.
Vale, Cíclope es Erik el Rojo. Pero hemos visto a Erik el Rojo lanzar rayos de energía por los guantes en más de una ocasión. Como Cíclope no tiene ese poder mutante, supondremos que se trata de un artefacto del traje. ¿haciendo horas extras en el laboratorio de Xavier? Podría ser.
Además, con este descubrimiento tenemos que volver nuestras miradas a la portada del número anterior, donde veíamos a un Erik el Rojo con la cara descubierta y todo el parecido a un vikingo barbudo. Claramente Jim Steranko nos engañó con esa portada, o alguien cambió de planes
Hablando de planes, volvamos al de la trama central. El plan de "Erik el Summers", pues me resulta un poco raro, pero bueno, él sabrá: se trata de cubrir la estancia en la que están con hilo de cobre, que haga de conductor eléctrico. Cuando alguien lo toque, recibirá una descarga de 1000 voltios. Imagino que querría atraer allí a sus enemigos, pero el primero en estrenar la trampa eléctrica es el mismísimo Hombre de Hielo, que pasaba por allí. Pero ¡¡estaba apartado de la misión!! ¿Qué hace ahí? Para colmo de males, aparecen los malos, valga la redundancia, y destruyen el generador eléctrico. Adiós al plan.
La batalla campal que se desencadena estaba fuera de toda duda y nos muestra la habitual dosis de tortas y rayos. Pero nos quedaremos con este épico duelo de poder mental entre dos poderosos mutantes: la Chica Maravillosa y Mesmero. Este capítulo, Mesmero lanza una especie de rayos de poder que no está muy determinado en qué consisten, pero que atribuiremos sin más a su prodigiosa mente para no complicarnos la vida.
Aunque el salseo del día está lejos del campo de batalla: Bobby Drake logra hablar con Lorna y decirle a qué se ha dedicado estos días, que no es otra cosa que investigar sobre su pasado, y le revela una pasmosa verdad: ¡¡Lorna no es hija de Magneto!!
Al principio -se explica- Lorna no sabía que era hija adoptiva. Ni tampoco que sus padres adoptivos en realidad eran sus tíos. Sus padres biológicos perecieron en un accidente de avión. Me suena esto, oye...
Bueno, sigamos. Sus tíos pensaban que Lorna se tomaría a mal saber que era adoptiva. Así que no le dijeron nada. De algún modo, Magneto sabía esta historia y, al descubrir que Lorna era mutante, la aprovechó en su beneficio, como vimos hace un par de episodios.
Esto nos permite ser testigos de que los vaivenes con la paternidad no son cosa de ahora. Ya desde el comienzo estaban con "Ahora soy tu hija, ahora no, ahora soy tu hija otra vez, pero en verdad no
" El célebre "Yo soy tu padre" se sustituye por el "Hoy soy tu padre". En cuanto Lorna se entera de todo esto, pues claro, deja de estar ligada a Magneto por su falso vínculo de sangre. Algo, que, por cierto, nunca he entendido mucho. Lorna está siempre desmedidamente atada en sus acciones a su herencia genética. Entiendo que por ser tu padre no lo mates o algo así, pero tampoco es para hacer todo lo que te manda ciegamente, digo yo.
En otro orden de cosas, descubrimos también que Lorna ha averiguado la identidad secreta del Hombre de Hielo: ¡es Bobby Drake! Menos mal que no es Arnold Drake o esto sería pulverizar la cuarta pared, y hasta la tercera.
Pero no nos despistemos y volvamos a Lorna. Liberada de compromisos familiares, se alía con la Patrulla-X y su intervención desequilibra la balanza a favor de las fuerzas del bien, dejando secas a las tropas de Mesmero y encarándose con su (aparente) falso padre. Pero Magneto sabe cómo despedirse con estilo y ha dejado una bomba en el complejo mutante tras hacer mutis en medio de un socorrido despiste.
Una vez más, la partida quedará en tablas. La Patrulla se va por un lado, y Magneto por otro. Pero ¿y la gente que estaba inconsciente en la Ciudad de los Mutantes, empezando por el propio Mesmero? ¡¡Ah, se siente!!
Por cierto, en estas viñetas, en las que el complejo mutante vuela por los aires, vemos que Jean Grey es capaz de detectar que la amenaza de bomba de Magneto es cierta gracias a que detecta trazas residuales de memoria en el lugar. Un poder que desarrollará luego Rachel Summers.
La aventura termina con todos bastante felices. Especialmente por lo que respecta a Bobby, que está recibiendo muchos cuidados de Lorna. Como curiosidad, al pie de la última viñeta se anuncia una historia de "se busca a Cíclope vivo o muerto" que en realidad no saldría en el #53, sino en el #54. Se metió por medio un número de relleno, como atestiguaremos mañana mismo
-------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------
Por ahora, vamos a dedicarnos a la segunda historia, penúltima en los orígenes de la Bestia, cautiva del Conquistador. Vamos con ello
En las primeras páginas, se repite lo que ya habíamos visto antes. El Conquistador electrocuta a la Bestia, y secuestra a sus padres para someterla a sus designios bajo amenaza de matarles. Aquí se explica mejor qué quiere el malo: que Hank se infiltre en un complejo militar y robe un artefacto nuclear, que alimentará las invenciones que ha decidido utilizar para dominar el mundo, desde su base de operaciones, naturalmente desde una estación de energía abandonada. No es moco de pavo colarse en un complejo gubernamental fuertemente vigilado, y los poderes de la Bestia son la razón de por qué le escogió a él para dicha misión.
Hank se niega al principio, pero al final debe obedecer por el bien de sus padres. Mientras tanto, Xavier detecta la señal mutante de la Bestia con sus poderes mentales. Pero al ser esta muy débil, necesita usar a Cerebro para ubicarle más precisamente. Así que se mete en sus estancias secretas que contienen el artilugio y logra localizar a Hank. Con ello, Arnold Drake intenta deshacer la metedura de pata del número anterior, donde se mostraba a Bobby como alguien que sabe de la existencia de Cerebro. ¡¡Se supone que no lo sabían!!
Con sus hábiles pies y manos, Hank se cuela en el complejo gubernamental para robar el artefacto de energía nuclear, pero es detectado por sus alarmas y se tiene que abrir paso a salto limpio.
Una vez que le trae su botín al Conquistador, le pide que cumpla su parte del trato, que es liberar a sus padres. Pero Hank aprende por las malas que no se puede confiar en la palabra de un villano, quien no suelta a sus padres, sino que lo que le suelta es un guantazo con la mano abierta al pobre héroe en ciernes ¡La conclusión, en el próximo número!