Día 107: The X-Men #46. Julio de 1968
Banda sonora: La Patrulla-X se disuelve, todo se desmorona, y con ello se lleva también un pedacito de nuestro corazón mutante. Escuchemos "Piece of My Heart" de Big Brother and The Holding Company
https://www.youtube.com/watch?v=SCngPse1iiI
Créditos: Gary Friedrich (guionista); Werner Roth, Don Heck (bocetos), George Tuska (dibujo); John Tartaglione (tinta); ¿? (color); Artie Simek (rotulación).
Portada de Don Heck, John Tarataglione y Sam Rosen.
Volvemos con The X-Men #45, obra de Gray Friedrich, Werner Roth, Don Heck y George Tuska. ¿Será el fin de la Patrulla-X, como amenaza el título?
Nos movemos en un tebeo bastante extraño, claramente de transición entre las historias corales de la Patrulla que habíamos visto hasta ahora y el nuevo experimento de Arnold Drake, futuro guionista de la cabecera, de separar a los mutantes en team-ups reducidos. En mi opinión, este tebeo es un síntoma llamativo de que se trata de una franquicia a la búsqueda de un gancho para la audiencia, lo que la hace reinventarse constantemente: historias de los orígenes, cambios de guionista, muerte del Profesor-X... todo para intentar subir ventas en la colección. Y todo ello llevaría a demostrar que, si se quiere, siempre se puede empeorar algo que ya era bastante malo
En este número, los personajes no tendrán ni un respiro para penar la muerte de su amado mentor, Charles Xavier, gracias a la visita de tres tipos muy distintos: el agente Duncan, del FBI, Foggy Nelson, y, por supuesto, Juggernaut. Vamos por orden. En un primer momento, será el Agente Duncan el que visite a los mutantes en pleno cementerio, diciendo a los estudiantes de Xavier que tiene una proposición urgente que anunciarles. Scott le dice que le acompañe a la Mansión-X, pero allí se encuentran con otra inesperada visita.
¡Es Foggy Nelson! Está allí para leerles el testamento de Xavier, que básicamente consiste en dejar sus bienes a fondos de caridad administrados por Scott Summers. La Escuela y sus pertenencias las deja Xavier para sus discípulos, bajo la administración de Scott como líder.
Tras este cameo de Foggy, y un emplazamiento de Stan Lee a leer la colección de Daredevil, la Patrulla está lista para escuchar lo que tenga que decir el Agente Duncan. Una vez más, Duncan tendrá que esperar, porque un sospechoso ruido en el laboratorio del sótano les alerta. ¿De quién se trata? Pues de Juggernaut, claro. Estaba en el cosmos carmesí, pero es teleportado por la máquina de Xavier al laboratorio del sótano. La Patrulla corre a ponerse los uniformes y enfrentar una vez más a uno de sus más recurrentes adversarios.
Para ser sinceros, en esto consiste la mayor parte del tebeo. En una batalla en la que Juggernaut hace papilla a los mutantes. Sin embargo, tan pronto como aparece, se vuelve a ir preso al cosmos carmesí, en uno de los finales de batalla más anticlimáticos de Marvel.
¿Cómo se explica esto en el tebeo? De una manera que pone a prueba nuestra credulidad, desde luego. Xavier, con la expectativa de que su hermanastro se rehabilitase, dispuso que su máquina liberase a Juggernaut mediante una especie de activación automática en diferido. Sin embargo, ese trato solo funcionaría si Juggernaut se portaba bien. No habiéndolo hecho, pues lo único que quiere es bronca y venganza, el trato queda disuelto y Juggy vuelve al cosmos carmesí.
Pero ¿cómo podía saber Xavier -o la máquina- si Juggernaut era malo o bueno? Lo que es más ¿cómo podría funcionar la máquina mandando a Juggernaut al cosmos carmesí si lo primero que hace este al volver al laboratorio de Xavier es romperla? Yo desde luego no entiendo nada.
De Juggernaut, hay dos cosas que merecen mi atención en este número: lo primero, es que desarrolla nuevos poderes, en forma de unos glóbulos destructores que eyecta desde su cuerpo, con enorme poder destructivo. Se supone que ha adquirido estas nuevas habilidades en el cosmos carmesí, pero no creo que nos las encontremos mucho más en el futuro, por no decir que no me suena que hayan vuelto a aparecer estas pelotas antidisturbios de Juggy
Lo segundo que me llama la atención es lo incrédulo que es Juggernaut al no creer que Xavier ha muerto. Por un lado, me resulta absurdo, pero, pensándolo bien, lo puedo comprar, ya que su hermanastro Charles es experto en tretas mentales.
Que al principio no crea a la Patrulla-X es obvio, pero, si cuando te encuentras con un tipo que no habías visto nunca, te dice que Xavier está muerto, igual habría que sospechar algo ¿no?
Cuando ve la tumba de Xavier sí que cree momentáneamente que su hermanastro ha pasado a mejor vida, tumba que por cierto machaca para arrojarle los restos al Ángel. Aquí no se respeta nada.
Pero una vez más vuelve a pensar que todo es un montaje, cuando la Chica Maravillosa le ataca con rayos mentales que solo Xavier poseía. Juggernaut no ha leído los números anteriores de The X-Men, me temo.
Sea como sea, una vez de vuelta Juggernaut a la dimensión del cosmos carmesí, es el turno de Duncan, al fin. Ya se le han metido dos espabilados en la cola de espera... lo que quiere es ¡que la Patrulla-X se disuelva! Separados, podrán cubrir más terreno.
De esta forma, los miembros de la Patrulla pasan a ser héroes individuales o pequeños equipos por parejas, que serán activados por el FBI cuando haga falta. Me parece una mala idea desde casi cualquier punto de vista, pero el cómic no debía vender mucho.
Me llama la atención ver a Jean haciendo las maletas, cuando se supone que ya se había ido al Metro College. Qué poquito partido se le ha sacado a esta veta de tramas universitarias. Aunque sé que más adelante veremos algo al respecto. En fin, se habría dejado algo en la Escuela.
Creo que este momento de "final" está narrado con bastante acierto desde el punto de vista emocional, solo que desmerece al estar inserto en un tebeo copado por la absurda aparición y desaparición de Juggernaut, un despropósito mayúsculo. Finalmente, también es curioso que Duncan se presente como "Amos Duncan", cuando en otros números se le ha conocido simplemente como Fred Duncan. En el futuro, se retconearía el nombre para hacerlo llamar "Fred Amos Duncan".
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En este tebeo se contiene también una segunda historia, que en este caso, termina la aventura de los orígenes de Bobby Drake con su unión a la Patrulla-X. Son cinco páginas que me parecen muy interesantes por algunos temas que se muestran. Especialmente por el tropo del Sheriff como garante de la ley, que se erige en barrera frente a los abusos del populacho. En estas cinco páginas de nada, una turba se enfrenta a ese símbolo de la ley para intentar colgar a los mutantes de un árbol
Los fanáticos logran reducir al sheriff, y preparan ya las sogas, en una imagen bastante espeluznante por cuanto tiene de recordatorio de los linchamientos de negros en el sur estadounidense entre finales del siglo XIX y los años 50 del mierdoso siglo XX.
¿Cómo logran reducir a los mutantes? Ya se intuía en el número anterior. De tanto usar sus poderes por la lucha que mantuvieron entre ellos, se agotaron. Pero todo quedará convenientemente arreglado gracias a la intervención del Profesor-X, que borra la memoria a todo el mundo. Cíclope intenta hacer tiempo para que sus poderes vuelvan a recargarse, y así al menos romper una de las sogas y huir con Bobby a la casa de los Drake. Un Drake, por cierto, que ya ha perdido su fe en la justicia.
Así que solo queda unirse a la Patrulla-X. Se da la circunstancia de que el Profesor también decide borrar la mente a los padres de Bobby, de manera que no sepan que es un mutante, pero eso sí, previa aceptación de los Drake de que su hijo se mude a la Escuela Xavier.
En resumen, y como venía siendo habitual, bastante mejor la mini historia que el plato principal. Hay algo que comentar sobre esto en relación con la retrocontinuidad. En X-Men First Class vol. 1 #1, vimos que Bobby le escribía a su madre, hablándole abiertamente de sus poderes. s decir, se parte de que su madre conoce que Bobby es un mutante y cómo le aconsejaba comportarse con sus poderes, etc. Esto no resulta muy coherente con lo que se muestra en esta segunda historia, porque los padres de Bobby ya no saben que es un mutante. in embargo, y antes de declarar tal número apócrifo, conviene recordar que, en el último momento, Bobby decide no enviar la carta. Así que, después de todo, podría entenderse que Bobby se planteaba revelar la verdad a sus padres, que tenían la mente borrada. O bien que, en el fondo, escribía para sí mismo una carta fingiendo que la enviaría a su madre.
Y con esto, lo dejamos por hoy, que mañana habrá que seguir leyendo mutantes ¿no?
PD: Olvidé comentar otras dos cosas de forma más que de fondo: 1) es la primera vez que no aparece la expresión de "los superhéroes más extraños" en la página de portadilla. Y 2) La cabecera pasa a denominarse "X-Men Featuring, algo que ya vimos desde dos números más atras. Esto último seguramente para recalcar el desmembramiento coral del grupo, algo que se vería como positivo de cara a aumentar ventas, y apostar por historias de corte más individual, lo que a la postre fue añadir otro clavo más al ataúd de la colección