Día 46: The X-Men #21. Junio de 1966
Banda sonora: dicen que en el amor y en la guerra todo vale. Al igual que Lucifer permanecía en las sombras para hacer la guerra, The Four Tops hacían lo propio con el amor: "Standing in The Shadows of Love":
https://www.youtube.com/watch?v=dJ-AXJ3zM0w
Créditos: Roy Thomas (guionista); Werner Roth (lápiz); Dick Ayers (tinta); ¿? (color); Artie Simek (rotulación).
Algunas ediciones de España:
Biblioteca Marvel: La Patrulla-X nº 3Marvel Gold. La Patrulla-X Original nº 1Ficha USA:
https://fichas.universomarvel.com/usa/uxm21.html#Roy Thomas y Werner Roth nos traen el final del arco argumental de Lucifer, con el misterio de Dominus resuelto. Lucifer es derrotado, pero tal vez no como esperabas.
Recordemos de donde venimos brevemente: La Mole y Unus han desprestigiado a la Patrulla-X haciéndose pasar por ellos y Charles Xavier ha descubierto la ubicación de la base de Lucifer, en un desierto al sudoeste de EE.UU. La Patrulla sale al encuentro de su enemigo en avión. Como suele ocurrir en los arcos de dos números de los 60, el primero suele tener el planteamiento, más o menos interesante, y el segundo lleva todo el mazmorreo: trampas, palancas, pasadizos, escaramuzas... vamos, el set, completo. Ya os digo que The X-Men #21 no es una excepción. Así que la reseña de este número será más breve que la del anterior. Yendo a lo principal, diremos que La Patrulla llega a la base de Lucifer y, tras sortear remolinos artificiales, prisiones de cristal, robots y hasta a un ranchero con muy malas pulgas, descubren qué es Dominus: no es otra cosa que una máquina gigantesca que, operada por unos robots ultracomplejos, permitirá controlar mentalmente a toda la población de la Tierra. Ahí es nada. Mirad que armatoste:
Pero ¿cómo ha llegado eso ahí? Pues tanto la máquina como los robots han sido teleportados desde un anterior planeta del sistema de Sirio, que ya ha sido esclavizado, a la Tierra, mediante rayos de luz iónica. La Patrulla presencia este suceso, pero no sabe aún de qué se trata.
La base, una especie de cráter en el desierto, estaba oculta por una niebla de "gases opalescentes" en su abertura, para que no pudiera verse lo que hay dentro. Con el canteo que dan estos fuegos artificiales, poco lugar queda ya a la discreción, pero bueno, hay que reconocer que para cuando tiene lugar el transporte, ya se habían puesto las cartas sobre la mesa.
Pero la Patrulla no entrará por ahí. Utilizarán el subterfugio, penetrando en la base por el curso de un río. Para eso, Bobby hace una balsa de hielo. Xavier quedará fuera de la base, dirigiendo la misión desde la barrera, pero será capturado por los robots de Lucifer.
El desarrollo de este episodio es realmente muy simple. Después de sortear diferentes obstáculos, la Patrulla al fin sabe lo que tiene que hacer: destruir a los robots que manejan Dominus. Lo obvio habría sido destruir la máquina principal, pero esta resulta ser irrompible. A lo largo del tebeo, se ha insistido varias veces en lo "complejos" que son los robots, así como en que son imprescindibles para manejar Dominus. Es decir, no son reemplazables por otros si se rompen. Una vez destruidos, no hay más robots que estos.
Cuando la Patrulla acaba con los robots, Dominus ya solo es chatarra inservible. Una conveniente parábola, queridos lectores: la trampa cuando compras algo, está en los recambios. Cuidado. A mi robot de cocina no le pasa esto, menos mal porque hace poco rompí una pieza
Y claro, cuando el jefe de Lucifer, el Supremo, se entera del tema, se pone de muy mal humor y, utilizando el mismo medio de transporte por luz iónica, exilia a Lucifer a una dimensión de castigo donde no existe el tiempo ni el espacio
Alguien muy tiquismiquis con los guiones podría preguntarse por qué, si los robots son tan importantes para el funcionamiento de Dominus, Lucifer los pone a pelear. La respuesta la da Xavier: Mientras estaba cautivo de Lucifer, se las arregló para sugestionarle mentalmente y que mandara a los robots a enfrentarse a la Patrulla de forma descuidada. Aunque hay que admitir que, sin influencias mentales de por medio, Lucifer ya mandó a los robots a capturar a Xavier.
Vamos, que algo chapuzas sí que era Lucifer. Xavier solo potenció lo que ya estaba ahí
Al margen de este tema, lo cierto es que hay alguna idea interesante más en la historia: por ejemplo, que siempre hay que seguir al líder, que por algo manda. Hay un momento en que la Patrulla se ve ante un dilema. Lo cuento: Mientras intentan encontrar a Lucifer, una vez dentro de la base, reciben un aparente mensaje mental del Profesor Xavier, diciéndoles que no intenten destruir a Dominus. Cíclope le da credibilidad al mensaje, pero el resto de la Patrulla no, y decide atacar a la máquina. Es decir, la Patrulla se rebela contra Cíclope. Hay que decir que no le faltan razones: el mandato mental del Profesor Xavier es extraño, ya que les ordena no destruir la fuente de poder enemiga. Además, luego encuentran a Xavier con pinta de estar controlado por Lucifer. Todo muy sospechoso. ¿Y si fue Lucifer el que se hizo pasar por Xavier?
Pero al final, Cíclope was right. Pasaba que, como ya hemos dicho, la máquina era inmune a los ataques, y el profesor estaba tan zombie porque estaba concentrado en sugestionar a Lucifer. Solo Jean se pone de parte de Scott en el último momento.
Valoración: el tebeo me ha hecho arquear la ceja en más de una ocasión. Eso de que el talón de Aquiles de tu plan de dominación mundial sean unos robots de los que has perdido la receta, porque se crearon hace eones, me parece muy chapú, y poco creíble
Además, se ve que Thomas y Roth se quedaron sin ideas, y decidieron endilgarnos dos páginas de vaqueros. Antes de que la Patrulla alcance la base, es acechada por un ranchero y sus compinches. Pero los mutantes les dan para el pelo y su jefe es enviado de vuelta envuelto en un cubito gigante de hielo
En definitiva, un número muy flojito en mi opinión. Lo que me resulta curioso es que al final la Patrulla no logra recuperar su reputación, ya mermada de por sí. El tema de Unus, Mole y sus atracos haciéndose pasar por la Patrulla-X queda sin resolver, por lo que, aparentemente, esta mancha en la hoja de servicio patrullosa quedará en su expediente, por injusto que sea.
En el capítulo del amor, ya habíamos visto en el número anterior que Cíclope se ponía un poco borde con Jean y ella pensaba que Scott no sentía nada por ella. Aquí se siente directamente ignorada por él.
Y esto es todo. No abusaremos más de su paciencia. A partir de mañana, haremos un alto en el camino de estos cómics, y nos dedicaremos a desentrañar las historias de X-Men: Primera Clase, insertadas mediante retrocontinuidad tras The X-Men #21. Después, seguiremos con el #22.