Artículo sobre la nueva edición de El eternauta:
https://www.lavoz.com.ar/numero-cero/reeditan-el-el-eternauta-la-historia-de-los-originales-y-de-su-particular-restauracion/
Sobre la polémica de la restauración, copio:
Hasta el año 2010, las numerosas reediciones de El Eternauta en libros o en fascículos se realizaron sin contar con los originales de la obra, partiendo de reproducciones tomadas de las viejas revistas Hora Cero. “La calidad gráfica de ese material es muy limitada”, advierte Marina López, hija de Solano, parte de los herederos de los autores que autorizaron y revisaron este relanzamiento. Y agrega: “Tiene un trazo más grueso, porque eran impresiones realizadas en un papel de mala calidad de aquella época y con tecnologías de impresión muy diferentes a las actuales”.
Ampliemos: los originales de Solano López incluyen sutilezas como aguadas y pinceladas grises que fueron invisibilizadas por las viejas impresiones a pura tinta negra y que sí pueden revelarse plenamente en la actual impresión a escala de grises. [...]
Hasta que en 2002 Martín, nieto de Héctor, encontró “un alto porcentaje” de esos originales “en poder de un coleccionista y editor de Turín” que los estaba exponiendo. Y en 2007, otros dos editores italianos consiguieron escanearlos, lo que confirió a las siguientes ediciones una calidad gráfica superior.
Sin embargo, en esos relanzamientos hubo un nuevo problema: los originales hallados no superaban el 75% del total, y “el trazo del dibujo, la impresión tan nítida directa del original se interrumpía con las páginas que seguían viniendo de remiendos y de capturas levantadas de edición en edición”, explica Martín Oesterheld, cineasta y artista plástico. “A pesar de que se le hizo limpieza –suma Marina–, en ese material hay un salto visual importante”.
“En esto puso el foco Planeta –continúa Martín–. Llamaron a Pablo Sapia, especialista en estos temas de restauración gráfica, para mejorar la continuidad entre una definición y otra”. “Pablo tiene un buen manejo del lenguaje digital –agrega Marina–. Lo primero que hizo, con nuestro seguimiento, es suavizar las páginas escaneadas de revistas”.
El propio Sapia –dibujante con tres décadas de trayectoria, curador e investigador, también responsable de la restauración digital en compilaciones de Patoruzú y del Pi-Pío, de García Ferré– cuenta que limpió “lo que se había empastado en la impresión para acercarse, en las páginas cuyos originales todavía no aparecen, a la estética que tenía el trabajo de Solano”. Pero no es lo único que hizo.
Para explicar su segundo aporte, Pablo repasa que las entregas semanales de pocas páginas en las que El Eternauta se publicó originalmente tenían “cuadros con el título, resúmenes y cuadritos similares al último de la entrega anterior: mucho material redundante”.
En la primera adaptación a formato libro, durante la década de 1960, esas zonas de redundancia se descartaron rearmando las páginas, agregando dibujos de otros artistas o clonando viñetas de otras páginas, lo que según Sapia generó “disrupciones narrativas visuales muy importantes”.
“Lo que hice –prosigue el restaurador– fue verificar cuáles eran esos añadidos, eliminarlos y agregar un poquito de dibujo para rellenar esos espacios de una manera más criteriosa, teniendo en cuenta que la narrativa original no sufriera alteraciones. Por un lado, trabajé a mano, con papel y tinta. Y en otros lados, hice retoques digitales clonando dibujos de Solano, texturas y otras cosas, para completar fondos”.
Eso fue “una iniciativa y un estudio muy concienzudo” que Pablo hizo luego de concretar el encargo que le habían realizado inicialmente, acredita Marina López.
O sea, que tenemos la opción de tener la obra en alguna edición anterior, cuyo trazo es un poco basto y sin aguadas, grises, etc.) o bien una obra restaurada en un 25% (el 75% restante supongo que son los escaneos de los originales aunque con algo de retoque) y donde se quitan muchos textos redundantes.
Yo tengo la decisión algo más difícil, porque ya tengo la versión roja de Norma y dudo bastante en cambiar. De hecho no recuerdo si tenía esas aguadas. Pero creo que si tuviera que comprar de primeras, me inclinaría ahora por la segunda opción.
Ains... A veces es mejor no saber y disfrutar de las cosas. Menos mal que la leí en su tiempo y la disfruté muchísimo, pero ahora ya tengo el pequeño resquemor de que no está perfecta. Hay que ver cómo somos las personas...