Esta semana no me ha dado tiempo a llegar para publicar el martes, pero bueno, más vale tarde que nunca, que llevaba sin escribir una reseña nueva ni se sabe... menos mal que tenía reservas por si acaso, y de puertas para afuera parece que he estado súper activo
En la web:
Material, de Ales Kot y Will TempestMaterial, de Ales Kot y Will Tempest
«¿Es tan ruidoso como suena en mi cabeza?»
Material es una miniserie de 4 números (
Material #1-4) publicada originalmente por
Image Comics entre mayo y septiembre de 2015. Sus creadores son
Ales Kot (guionista) y
Will Tempest (artista).
Un filósofo que será contactado por un misterioso programa informático que le hará replantearse su existencia. Una actriz consumida por su propia decadencia que recibe una oferta simplemente increíble para una película. Un adolescente negro que, tras ser arrestado en una manifestación, debe ser el insider de un despreciable policía. Un hombre que vuelve de su cautiverio en la Bahía de Guantánamo para darse cuenta de que ya nada es lo mismo. Cuatro vidas. Un cómic. Material.
Puede que este primer párrafo parezca un poco inconexo o superficialmente profundo, si es que puede hacerse esa asociación de palabras, pero es que para plantear un poco de qué va este cómic, es la única manera que he hallado. El motivo es sencillo; Material es un tanto experimental o atípico en cuanto a su estructura, desarrollo y carga emocional, y no podemos hablar de él como una sola historia con una única sinopsis. Me explico:
Material nació como un proyecto del prolífico Aleš Kot (me tomaré la licencia de escribir su nombre sin carácteres especiales a partir de ya) en el que pretendía lanzar miniseries de cuatro números completamente independientes las unas de las otras, y el material (valga la redundancia) que hoy reseño fue la primera (y lamentablemente la última) de ellas. Sí, la serie no pudo prolongarse más allá del comienzo, ya que el propio autor comentaba que, desde antes de comenzar, ya había elegido este formato de miniseries cerradas porque anticipaba que el mercado no recibiría con demasiado entuasiasmo un cómic experimental de este tipo.
Por suerte, la previsión de Kot hace que los cuatro números publicados sean un todo y no necesitemos nada más, tenemos el comienzo y el fin. Evidentemente, nos hemos perdido las historias que estaban por venir, con otros personajes, otras vidas y otros contextos, de hecho los números hasta el #7 estuvieron anunciados y solicitados (se pueden ver incluso las portadas y sinopsis), pero por lo menos podemos disfrutar de un ciclo completo.
El cómic en sí se nos presenta con una estructura y un formato un tanto distinto. Ya sorprende un poco de entrada que las portadas sean puro diseño gráfico con fotografías y recursos digitales y sin nada de dibujo. En el interior, la historia está dispuesta de la siguiente forma: siempre tenemos dos páginas al mismo tiempo (izquierda y derecha) que pertenecen a la vida de un personaje, nunca hay páginas sueltas. Así, el orden siempre es el mismo: dos páginas del filósofo, acto seguido dos páginas de la actriz, dos páginas del adolescente, y dos páginas del exprisionero. El ciclo se repite tres veces en cada número.e repite tres veces en cada número.
De esta forma, la narración salta de una historia a otra cada dos páginas, y las historias no tienen absolutamente nada que ver, ni guardan ninguna relación las unas con las otras. El único nexo en común es que son vidas de distintas personas, y vemos cómo lidian con sus problemas y su estado mental. Nada más. Si quisieran, los autores podrían haber dispuesto la serie como números autoconclusivos; uno del filósofo, uno de la actriz, uno del adolescente y otro del exprisionero. Pero no quisieron, y creo que es una decisión que afecta positivamente a la experiencia de lectura, porque nos da, al mismo tiempo, distintos ángulos sobre distintas cotidianeidades (aunque son todas bastante poco usuales y están marcadas por algo de angustia existencial) y el interés por las mismas está muy balanceado, por lo que no supone un esfuerzo cambiar de línea argumental, y que favorece al ritmo de la obra y a generar algo de esa sensación de buscar un rumbo que se percibe de los personajes. Además, también demuestra algo que yo creo que es, en parte, el propósito de Material; hacernos ver que convivimos con otros y que cada uno tenemos nuestros conflictos.
Poniéndome crítico, no creo que sea tan experimental como el autor la percibe. Es cierto que quizá la atmósfera, el ritmo, y los contextos no sean muy típicos, y que la presentación y el apartado gráfico contribuyan a hacer de esta serie algo con un caracter más «independiente», pero no es una lectura que cueste, ni que se haga bola, ni que rompa con el género, ni que peque de vanagloriarse de sí misma. Material no deja de ser un conjunto de cuatro historias de corte costumbrista, cuatro slice of lifes, al menos en el continente, porque luego el contenido y en el tratamiento del mismo es donde se aleja de la tónica general.
Se tratan multitud de temas como la filosofía, la propia existencia, el dualismo, el sentido de la vida, la creación, el arte y su contraposición con los negocios, la desesperación, los derechos civiles y sociales, la represión, el racismo, el feminismo, la religión… en pequeñas píldoras y de manera orgánica, pero dotando a la lectura de cierta carga intelectual que la eleva y diferencia de otras obras planas y vacías. Puede ser que, que casi todas las páginas lleven notas a pie con referencias, recomendaciones o música se le antoje a alguno algo pedante o intelectualoide, así como los artículos del tomo recopilatorio, pero no dejan de ser un recurso que puede aportar contenido de interes para cierto público, y el que no esté interesado, tiene la posibilidad de simplemente ignorarlas.
No pretendo engañar a nadie, compré este cómic hace ya dos años porque lo vi por menos de 4€ en Amazon y siempre me había atraído el estilo que percibía desde fuera de Ales Kot y todavía no había leído nada suyo. Pero desde que llegó, siempre me ha dado pereza ponerme con él, esperaba algo pesado, demasiado intelectual y aburrido. Por fortuna, estaba terriblemente equivocado, y la lectura del tomo ha sido fascinante, un disfrute total por mi parte, me lo he leído con calma en dos días, y me ha dado no sólo entretenimiento, sino también espacio para la reflexión, pero de una manera que se asimila con facilidad y gusto.
Creo que Material es un buen ejemplo de los ejercicios diferentes que permite hacer el cómic «independiente», es una lástima que no podamos disfrutar de otro ciclo de la serie, pero tenemos aquí un trabajo contenido que recomendaría a aquellos lectores de cómic americano a los que les apetezca una lectura un pelín sofisticada, diferente, fresca y con una ligera densidad. Reconozco que puede que no sea para todos los públicos (diría que hay que acercarse a ella con precaución y controlando las expectativas), sin embargo, el que entre en la propuesta aquí planteada, recibirá cuatro historias, o cuatro vidas que podrá compartir en el transcurso de la lectura, y eso no es poca cosa.
Personalmente, más allá de que me ha parecido una obra de notable, me ha permitido conocer a un autor que, pese a que me atraía, al mismo tiempo me asustaba que no cuadrase con mis gustos. Este ha sido mi primer acercamiento a Ales Kot, pero tened por seguro de que muy pronto volverá a aparecer por aquí, ya que tengo muchas ganas de leer otros trabajos suyos.
Apartado GráficoEl apartado gráfico de Material está protagonizado por Will Tempest, que dibuja, entinta y colorea los cuatro números del cómic. Su estilo de primeras no es muy llamativo ni atractivo; un trazo tosco con figuras un tanto feas y que cambian ligeramente de proporciones. Pero más allá de la impresión inicial, que puede no ser de todos los gustos, poco a poco Tempest se muestra muy habilidoso y haciendo uso de esta estética desaliñada completamente a propósito, y dejando incluso algún elemento a medio perfilar simplemente para llegar al resultado final que aquí nos presenta. Ya digo, no le va a gustar a todo el mundo, de hecho, a mí al principio me parecía que no me iba a gustar, pero al final me ha acabado convenciendo y creo que sabe elegir bien los planos para narrar una historia introspectiva como esta. Además, para las cuatro historias distintas elige cuatro paletas de colores planos muy sencillas totalmente y diferenciadas, basadas en el contraste de colores complementarios, algo muy sencillo, pero que tiene una gran efectividad estética y a la hora de situar al lector en la línea de narración pertinente.
También merece una mención el trabajo de Tom Muller, autor de todas las portadas, empleando no dibujo, sino puro diseño gráfico con unos acabados visualmente atractivos y con carga conceptual. El diseño de la edición americana en TPB también es obra suya, y es una completa delicia lo bien maquetado y presentado que está, para quitarse el sombrero.
EdicionesLamentablemente, con la poca repercusión de la obra, sólo podemos recurrir a las ediciones americanas; las grapas originales y el tomo recopilatorio en TPB. Y no creo que ni siquiera en Estados Unidos se vayan a sacar otras ediciones.
Personalmente, yo tengo la edición en TPB, y es simplemente perfecta: típico tomo en rústica de Image Comics, muy cómodo de leer y resistente, con un buen acabado y que incluye, aparte de los 4 números de la miniserie, las portadas originales, un prólogo, diversos artículos al final del cómic (si están relacionados o no con el mismo lo decidirá el lector), unas breves biografías de los autores, referencias e incluso una especie de publicidad a una banda de música.