Siento interrumpir en medio de la conversación sobre Something is killing the children, pero es que acabo de terminar de leer
Invisible Republic, de Gabriel Hardman (guionista y dibujante), Corinna Bechko (guionista) y Jordan Boyd (colorista), y no quiero dejar pasar la oportunidad de comentar algo.
Simplemente es hablar un poquito de la obra, sin formato ni nada, esto no pretende ser una reseña, porque creo que es una serie tremendamente interesante pero que ha pasado un poquito de puntillas. Está publicada por Image Comics, y aunque pudiera parecer que está finalizada (han salido 15 números recogidos en tres TPBs), ya que desde 2017 no sale nada nuevo, en realidad está justo en el ecuador, Gabriel Hardman comentaba en el número #15 que iban a hacer otro proyecto (supongo que Green Lantern Earth One) y que en unos meses volverían (han pasado ya años, pero bueno, no específico número de meses
).
Invisible Republic nos traslada a una luna del planeta Asan, concretamente Avalon, donde el régimen dictatorial, fruto de una revolución, que llevaba gobernando años, acaba de caer. Ahora el gobierno del satélite recae en una infraestructura ajena al mismo, que no podrían tener menos interés en lo que pasa con las gentes de Asan.
Allí, un periodista fracasado, encontrará un diario en el que Maia Reveron, la prima del antiguo dictador, cuenta los secretos familiares y cómo se fraguó la revolución y el posterior régimen. Así comienza un thriller político, que se cuece lentamente, sin darle al lector toda la información, sino que este tiene que leer atentamente e ir avanzando para comprender muchas de las referencias que se van haciendo, y en el que encontraremos una gran crítica social y política con la intención de hacernos darnos cuenta de cómo somos utilizados y engañados vilmente. Por poner un ejemplo, la guerra de Vietnam no queda en muy buen lugar, o también se muestra cómo las revoluciones no suelen ser tan románticas y nobles como quieren creernos hacer los que las llevan a cabo.
Propaganda política que oculta a las personas que hay detrás y que no dejan de ser humanos. Con sus problemas, sus venazos, y con un montón de interesados que pueden utilizarte o utilizarlos tú. Me gusta especialmente cómo uno acaba no sabiendo a quién apoyar, y cómo todo se enrevesa para que no haya nadie plenamente inocente. También he disfrutado mucho de la ambientación de ciencia ficción, pero una ciencia ficción muy realista, fruto del estudio por parte de los autores del estado del arte y de la ciencia, como demuestran los interesantísimos aertículos de Corinna Bechko al final de cada tomo, que van desde la apicultura o la domesticación de los animales, a la influencia de la gravedad o la forma más plausible de grandes viajes espaciales: las naves generacionales y sus implicaciones.
Precisamente esta ambientación, permite jugar con conceptos como una sociedad "tradicionalista" que funciona al contrario que las pasadas sociedades terrestres: a través del matriarcado, fruto de esas naves generacionales. Con ello consiguen poner de manifiesto las actitudes sexistas desde un enfoque completamente diferente: dándole la vuelta a la tortilla.
La historia funciona con dos niveles de narración (presente y pasado a través del diario de Maia) e incluso tres, consiguiendo que no haya una línea con mayor interés que las otras y manejando muy bien el peso de cada una. Los personajes tienen una construcción cuidada y se muestran realistas.
El dibujo de Hardman, junto con el impecable color de Boyd, me han gustado mucho. Recuerda al arte de Lazarus pero más suelto, sin tanta perfección. Estéticamente y en cuanto a espíritu y diseños, creo que Lazarus e Invisible Republic están en la misma onda.
La serie tiene muy buena crítica, de hecho, quedó finalista en el premio Hugo en la categoría de mejor novela gráfica. Ahora bien, las ventas no han sido nada del otro mundo, por lo menos en cuanto a la venta de grapas se refiere, pero ya sabemos que en Image se tira mucho de las ventas del TPB, y yo creo (creo) que ahí han ido mejor. Como decía, Gabriel y Corinna (que son pareja tanto creativa como romántica), tienen planeada la serie como una colección de 30 números y se nota que es SU proyecto. Sinceramente, creo que lo continuarán tarde o temprano, cuando acaben con Green Lantern Earth One, que está debiendo de funcionar muy bien y ya han sacado segunda parte. Pero esto es una mezcla de lo que yo creo y lo que yo quiero, así que puede que todo se quede en estos 15 números.
Así que nada, simplemente quería hablaros un poco de esta serie, que creo que merece un reconocimiento ya que si en E.E.U.U. ha pasado desapercibida, aquí en España ya no quiero ni imaginarlo. Crucemos los dedos porque podamos verla terminada y que se acabe publicando en nuestro país.