He leído
Batman Nº 125/12.
Por fin llegamos al cambio de ciclo tan esperado, pero que a mí no me ha despertado demasiado interés, aunque ha resultado una lectura entretenida, al menos. Llega a la cabecera el escritor Joshua Williamson que cuenta con el dibujo de Jorge Molina y Mikel Janín. Yo, desde luego, me quedo mejor con el segundo, cuyo trabajo me parece mucho más sólido a nivel narrativo, además de que sabe crear una mejor atmósfera en el entorno del personaje. Williamson, por su parte, emplea gran parte del cómic para explorar un poco las consecuencias de lo ocurrido al final de la etapa anterior, con una Gotham de fiesta y la marcha de Ghostmaker de la ciudad, con la intención de entrenar a Clowhunter.
Williamson parece querer centrarse de nuevo en un Batman solitario, apoyado un poco en Oráculo, pero poco más. A pesar de la felicidad de la ciudad, el crimen en Gotham no descansa, como veremos en una fiesta de disfraces de villanos organizada por los millonarios de la ciudad, en la que un grupo de imitadores intentará sacar provecho de la situación. Nuestro protagonista se colará para resolver el conato de crimen. La verdad es que aquí podemos ver como se foguea el nuevo equipo creativo en una escena de acción, que no está mal coreografiada y tiene un enfoque más o menos acertado con un punto que nos acerca al Batman más cercano al pie de calle y alejado de las grandes sagas, que tanto echamos en falta en ocasiones.
No obstante, tras este paréntesis que permite unir las dos etapas, Williamson planta las semillas de la historia que se desarrollará en los siguientes números, trasladando al murciélago a Badhnisia, un país ficticio de DC ubicado en Indonesia. Se marcha allí para investigar el asesinato de Abismo a manos de los miembros de Batman Inc., grupo que ahora financia
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Como carta de presentación no está mal. Tampoco se puede juzgar demasiado con este número, y habrá que estar atentos a cómo evoluciona en los próximos números. Sinceramente, uno ya empieza a estar quemado de inicios prometedores que se acaban diluyendo y no llegan a nada, o directamente se convierten en algo soso y aburrido. Me siento algo escéptico al respecto, pero de entrada reconozco que a la serie parece haberle sentado bien un cambio de aires. El futuro dirá si es algo real o un simple espejismo.