Luke Cage: Marvel Limited Edition 1: Del Infierno… ¡Un Héroe! (1972-1973) Reseña en la web de Universo Marvel:https://www.universomarvel.com/resenas-luke-cage-marvel-limited-edition-1-del-infierno-un-heroe-1972-1973/Luke Cage no fue el primer superhéroe negro de la historia de Marvel, ese honor corresponde a Pantera Negra. Pero sí fue el primero en obtener colección propia.
De hecho, sus creadores lo debieron tener tan claro que ni siquiera fue necesario pasar por un banco de pruebas del tipo Marvel Spotlight, Marvel Premiere o Marvel Feature. Luke Cage Hero for Hire fue de las pocas colecciones de esa época que hicieron irrupción bajo su propio título.
Luke Cage es hijo de la Blaxploitation de los setenta. Probablemente, el personaje que mejor encarna esa corriente cultural y social dentro del Universo Marvel. Pelos afro, suburbios de Harlem marginados y afroamericanos orgullosos destacando por encima de los blancos.
Además, otro rasgo destaca significativamente en nuestro nuevo héroe respecto a los demás. Se trata del primer superhéroe que cobra por sus servicios.
Archie Goodwin a los guiones y George Tuska al arte gráfico, son los encargados de poner la maquinaria en marcha.
Carl Lucas es un convicto, en realidad por algo que no hizo, al que usan para un experimento. Como resultado, obtiene una piel dura como el acero además de superfuerza.
Habiendo huido de la prisión de Seagate, nos encontramos ante un hombre sin opciones en una sociedad con tal desequilibrio de clases como la americana que, además, debe ocultar su identidad, de ahí el cambio de nombre. Su única salida es facturar sus servicios aprovechando sus recién adquiridos poderes.
Su chica acaba siendo asesinada por el que fue su mejor amigo desde la adolescencia, así que el primer instinto que manifiesta nuestro protagonista es el de la venganza.
Pronto empiezan las contradicciones en este hombre formado en los bajos fondos. Además de la paradoja de designarse héroe y al mismo tiempo cobrar por ello, se deja llevar por instintos básicos, como la venganza. Extremo que tampoco concuerda con lo que debería entenderse por un héroe.
De esta forma, la personalidad del protagonista queda perfilada de manera brillante, en lo que creo que es un magnífico inicio de colección.
Tras una divertida escena en la que elige el atuendo que usará en su nuevo trabajo, Luke encuentra local en los interiores de un decadente cine en el que se proyectan westerns.
Si sumamos los inevitables y certeros secundarios, ya tenemos el pastel completo. Estamos hablando del Doctor Burstein, responsable del experimento que transformó su cuerpo, de D.W. Griffith, empleado del cine que le acoge y de Claire Temple, una médico con la que acaba liado.
En la parte gráfica, George Tuska no es precisamente el dibujante más vistoso, pero creo que cumple lo suficiente, también gracias a la ayuda del entintado de Billy Graham. Aunque extrañamente irregulares, merced a algunos números que parecen hechos con desgana.
Lo mismo para los números en los que Billy Graham se encarga por completo del dibujo. En general bien realizados quitando uno con pobres resultados.
La etapa guionizada por Archie Goodwin llega a su fin con dos historias más. Una bastante buena sobre un excombatiente de Vietnam que tiene una maza en lugar de una de sus manos, y una más flojita historia de misterio y fantasmas un poco fuera de lugar.
Steve Englehart coge las riendas.Englehart no se anda con chiquitas y empieza exhibiendo todo su arsenal, pero multiplicado.
Negra Mariah es una descomunal, por su tamaño, a lo ancho, mujer que lidera una organización criminal de lo más irracional. La idea consiste en robar cadáveres justo tras morir, apoderarse del cuerpo de turno, aun con las llaves de sus propiedades en el bolsillo, y limpiar sus casas u oficinas.
La idea parece atractiva, pero a poco que le demos al coco hay muchas preguntas sin resolver. Por ejemplo, como se lo hacen para tener colaboradores repartidos por toda la ciudad con un ojo permanentemente abierto ante cualquier asesinato; o que siempre lleguen antes que la poli a cualquier punto de la ciudad, tanto a robar el cadáver como a saquear sus propiedades.
Una de las clásicas ideas de bombero inconcebibles del bueno de Englehart. Sólo superada por la imagen de Luke Cage peleando con una ballena de 300 kilos, Negra Mariah, que salta y corre como una gacela. Steve se tenía que estar descojonando a gusto cuando se le ocurrieron semejante cúmulo de absurdidades. No hay otra.
Tras un número muy chapucero en que Luke debe proteger a un viejo moribundo, nos encontramos con un relato navideño de lo más surrealista. Se enfrenta a un chiflado vestido de verdugo, que ama el pasado y odia el presente y el futuro, así que se lo quiere cargar todo. Por lo menos lo del tío que cae de la chimenea es muy gracioso.
El festival Englehart, lejos de terminar, todavía nos tiene preparados buenos momentos. Quizás, en unos de los números mejor dibujados, el Doctor Muerte hace su aparición en el arco argumentalmente más infantiloide. Resulta que parte de la unidad de robots al servicio del villano se rebelan contra él de forma organizada, como si se tratara de ciudadanos inteligentes hartos de su tiranía. El propio Muerte contrata a Cage para hacer frente a los robots y luego se larga a Latveria sin pagarle. Vamos, que el buen Doctor se marca un “sinpa”.
Así que Luke no se lo piensa dos veces y sale rumbo a Latveria con el único objetivo de cobrarle la factura al moroso de Muerte.
Ante tamaña motivación difícilmente podemos tomarnos en serio lo que queda de arco. Ni falta que hace, porque lo que resta de argumento casi logra superar lo vivido.
Resulta que Luke, no sabe cómo, acaba envuelto en la revuelta robótica al topar con un alienígena llamado el Sin Rostro. El personaje de esférica cabeza, que ya tuvo su minuto de gloria en la breve serie del Doctor Muerte en Astonishing Tales, resulta que ha sido elegido democráticamente por los rebeldes robots como su líder. Los androides no se están de nada. Dado que su deseo es el de ser libres, qué menos que ejercer su derecho a voto como todo robot respetable. Mientras, Luke sigue en su empeño de cobrarle la factura a Muerte. Cada uno a lo suyo.
El episodio, de tan chapucero, resulta hasta divertido. Hay una escena en que el diálogo a tres bandas entre Cage, Muerte y el Sin Rostro es de lo más delirante. Tiene que ser un relato humorístico, no hay otra forma de que funcione.
Por suerte (o por desgracia), a partir de aquí el trabajo argumental empieza a tomar otros derroteros más maduros y apreciables.
Los autores apuestan por el tono que mejor le sienta a la serie. Las correrías de un investigador privado en los suburbios de Nueva York.
De esta forma nos encontramos con el primer villano notable de la serie, Señor Muerte/Señor Suerte, en uno de los mejores relatos del tomo.
También hace su aparición un carroñero columnista del Bugle, Phil Fox, que va en busca del secreto mejor guardado de Cage, su realidad como exconvicto fugado.
Dos nuevas historias marcan la despedida de Englehart como guionista.
Por un lado, el flojo episodio en que se enfrenta a Quimistro, señor de la alquimia. Y por el otro, una nueva ida de olla de nuestro querido escritor. El antagonista esta vez es Colmillo de León, un individuo capaz de transmitir conocimientos humanos a los grandes felinos, hasta el punto de que consiguen hablar y tomar decisiones inteligentes. Por lo menos el final de la historia tiene mayor profundidad y da para que Cage reflexione.
Justo aquí Billy Graham pasa a ser dibujante al completo, además de coargumentista, acompañando a Steve Englegart primero y Tony Isabella después. Y no sé si será casualidad, pero el extenso arco que concluye el tomo creo que es el más destacado de la colección.
La coctelera contiene lo siguiente: Phil Fox en su búsqueda de la verdad sobre Cage; un desecho humano llamado Rackam, antiguo guardia de cuando estaba en prisión; sus dos antiguos compañeros convictos, recién fugados y dispuestos a comerse el mundo; su novia Claire Temple; una antigua cliente de fuerte carácter; un soplón; y un tipo enorme llamado Big Ben Donovan, que pasa de adversario a abogado del propio Luke.
El resultado es una auténtica locura de trama en la que se concentran innumerables incidentes. Una sucia historia de venganzas, chantajes, asesinatos, egos, psicópatas y falsos culpables. A mí me parece excitante. Además, con un Billy Graham a los lápices que no lo hace nada mal.
Quizás lo único que puede estar de más es la aparición del supervillano Estilete, hacia el final de la historia. Pero por lo demás, el arco es notable.
Conclusión.El inicio de la colección por parte de Archie Goodwin, muy acertado. El arco final, emocionante. El arco del Señor Muerte/Suerte, bastante bueno.
Hasta aquí lo que puedo recomendar con firmeza del tomo.
El resto, básicamente Englehart, difícilmente descriptible. No diré que la experiencia no haya sido divertida, no. Otra cosa es que me pueda tomar en serio tanto desvarío.