Los Defensores: Marvel Limited Edition 1: Origen (1971-1973)
Reseña en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-los-defensores-marvel-limited-edition-1-origen-1971-1973/
Desde el lejano 1963 que dio origen a los Vengadores y la Patrulla-X, que el Universo Marvel no había experimentado el nacimiento de un nuevo grupo de superhéroes con serie propia.
Este primer tomo recoge las primeras aventuras del llamado no grupo. Pero antes de éstas, el volumen se inicia con un par de sagas con protagonismo de los posteriores integrantes del grupo.
Tanto el crossover del Sin Nombre como el arco de los tres titanes, por mucho que sean objeto de referencia en algunas tramas posteriores, son historias que poco o nada tienen que ver con el origen del grupo, más allá de la coincidencia en sus protagonistas. Así que me remito a los comentarios ya expuestos en las correspondientes reseñas de los tomos del Doctor Extraño y Namor, respectivamente, en los que se incluyen los dos arcos.
Las aventuras de este nuevo grupo inauguraron una nueva colección genérica llamada Marvel Feature. Los Defensores ocuparon tan sólo los tres primeros números, para a continuación estrenar título propio.
Recordemos que el Hechicero Supremo estaba retirado desde el precipitado final de su serie propia. Así que la solución de emergencia fue añadir una historia corta en el primer número de Marvel Feature, donde se explicaba su regreso al mundo de los superhéroes. Funcional, sin más.
Entrando ya en las aventuras del grupo, sus fundadores son el Doctor Extraño, Namor y Hulk. De los tres números de Marvel Feature, el primero es bastante flojo, mientras que los otros dos son más interesantes. En el tercero, una locura de historia, Thomas decide recuperar uno de los monstruos de la era Atlas creados por Jack Kirby. Se trata de Xemnu, el titán, al que en aquellos relatos iniciales se le puso el nombre de Hulk, ni más ni menos. El cambio de nombre se hacía inevitable en un monstruo que, si no estoy equivocado, es el primero de aquella era pre-Marvel en ser integrado en el universo superheroico.
El dibujo corre a cargo de Ross Andru, con resultado gris y desigual según el entintador.
La variante que marca la diferencia respecto al resto de grupos de superhéroes, está en el hecho de que los Defensores no se sienten un grupo en ningún momento. Cuando termina el percance, cada uno se va a su casa, sin ningún deseo de volver a ver las caras de sus compañeros. Lógico también, teniendo en cuenta el carácter insociable de sus miembros, por lo menos de Hulk y Namor.
Título propio y el grupo alcanza la edad adulta.
Tras el banco de pruebas de Marvel Feature, la serie regular es el siguiente paso. Steve Englehart y Sal Buscema son los elegidos para darle forma.
Que algo ha cambiado para bien lo constatamos ya en la saga inicial, la de los Inmortales. Algo así como tres historias enlazadas o bien un largo arco desarrollado en tres escenarios.
Tras la presentación de un nuevo villano místico, Necrodamus, la trama lleva al grupo al Himalaya en búsqueda de Estela Plateada, para finalmente acabar todos en la dimensión del Sin Nombre. Este extraño ídolo viviente fue el centro de atención en el mencionado crossover que se incluye al inicio del tomo.
Pese a la englehartada de turno, la imagen de Estela Plateada, como buen samaritano, prestando ayuda intelectual a unos supuestos simios de las nieves, el arco es de lo más entretenido. Una mezcla de intriga, misticismo y aventura que hará las delicias de todo buen fan marveliano.
Además, Sal Buscema está magnífico en todos los aspectos. Para mi gusto, su Hulk es la imagen del piel verde que ha quedado para la posterioridad como la más representativa.
La siguiente aventura, igualmente entretenida, esta vez ambientada en un mundo en el que deambulan personajes propios de las leyendas artúricas.
El evento trae consigo un hecho trascendental para la colección. Un nuevo defensor entra en escena, la Valkiria. Se trata de una imagen de guerrera tras la que ocasionalmente se oculta la Encantadora, como ya habíamos visto en el sí de otras colecciones. La diferencia está en que esta vez la Encantadora transfiere su creación de forma permanente al cuerpo de una mujer.
No contenta, la Encantadora también convierte al Caballero Negro, que había estado ayudando al grupo, en piedra. La estatua del legendario personaje pasa a formar parte del mobiliario del Santuario del Doctor Extraño, cual pieza decorativa, mientras que la Valkiria no pierde ocasión para quedarse con el caballo alado y la espada del vengador.
Por mucho que la Valkiria insista en considerarse miembro de los Defensores, la idiosincrasia del grupo no ha variado. Cada protagonista aparece y desaparece del grupo a lo largo de todo el tomo, con Estela Plateada como el más destacado ejemplo.
El propio Namor se pasa todo el volumen recordando que los Defensores no tiene miembros.
En el caso de Hulk, lo que no para de repetir es cómo le disgusta que el “mago tonto” le dé órdenes. Es una constante y realmente resulta gracioso. Me gusta pensar que Hulk es la estrella en la sombra. Cada vez que abre la boca se come la pantalla.
Más decepcionante, para lo que se esperaba, me parece el enfrentamiento a Omegatron, la máquina que amenazaba al planeta entero en el Marvel Feature 1.
Las siguientes líneas argumentales están mejor. Primero tenemos como oponente Cyrus Black, un mago fracasado al que se le toma cierto cariño. Y a continuación tenemos una extraña alianza entre Attuma y el Fantasma Rojo. De lo mejorcito del volumen, entretenimiento a raudales que supone la entrada en el grupo de un nuevo no miembro, ni más ni menos que Ojo de Halcón. Tratándose de un grupo de inadaptados, no existe mejor lugar que los Defensores para el bueno de Clint.
A Steve Englehart se le pueden achacar muchas cosas. Que los personajes sacan conclusiones sin apenas fundamento, que algunos giros son inverosímiles, que sus diálogos tienen poco contenido, que se nutre de ideas recicladas… Pero oye, pocos autores de la época eran capaces de hacer cómics tan entretenidos.
Vengadores Vs. Defensores.
Llegamos al momento del gran acontecimiento de la colección. Aprovechando que Englehart también era el guionista de los Vengadores en ese momento, se le ocurrió realizar un crossover entre ambos grupos que se alargaría durante seis números y dos prólogos, a partes iguales entre ambas series.
La premisa es muy buena. Tiene que ver con la recuperación del alma y el cuerpo del Caballero Negro, mientras que una alianza entre Dormammu y Loki es el detonante. Englehart vuelve a echar mano de una de sus prácticas favoritas: la recuperación de objetos, ideas o personajes del pasado lejano de Marvel, de los que ya nadie se acuerda. El premio esta vez corresponde al Ojo del Mal, que tuvo sus quince segundos de gloria en la serie de los 4 Fantásticos allá a mediados de los 60.
La idea da para toneladas de entretenimiento. El Ojo del Mal fue dividido en seis partes escondidas en seis emplazamientos a los que se deben desplazar los seis Defensores. Allí, cada uno de ellos se enfrentará a uno o dos del total de ocho Vengadores.
Lástima que el desarrollo del arco no está a la altura de las expectativas iniciales. Milagrosa localización de los objetos nada más llegar y sarta de mamporros entre los impulsivos oponentes de ambos grupos. De hecho, hasta el penúltimo combate, entre Namor y el Capitán América, nadie es capaz de preguntar ni dar explicaciones. Ni antes ni después de empezar a repartir.
La empresa termina en un todos contra Dormammu en su propio reino. Un buen final para la epopeya.
El desenlace trae la aparición del Vigilante, que francamente no aporta nada. Parece evidente que su uso es funcional con el objeto de satisfacer otra de las aficiones de Englehart, los textos explicativos finales. Por aquello de los posibles cabos sueltos o incomprensiones varias.
En lo que respecta a la parte gráfica, de cada colección se encarga el dibujante titular en ese momento. Bob Brown para los Vengadores y Sal Buscema para los Defensores. Buscema se merienda a Brown tres veces.
El último número hace las veces de epílogo. No es otro que el esperado desenlace en el caso Caballero Negro. En una aventura que traslada a los Defensores a la era de las Cruzadas. El Caballero decide quedarse en la época que supuestamente le corresponde, mientras el grupo regresa al presente.
Un poco ida de olla, pero ciertamente se trata de una aventura de lo más divertida.
En la última página, desbandada general. Todos los no miembros abandonan el barco con la excepción de Extraño y la Valkiria.
Conclusión.
La palabra entretenimiento creo que pocas veces había sido tan descriptiva para una etapa de cómics Marvel.
Se le pueden poner muchos peros al trabajo de Englehart, pero no se puede negar que tiene mano para contar historias con las que pasar un rato divertido. En base a argumentos donde reina la simpleza y cierta ingenuidad propia del pasado, pero al fin y al cabo puro Marvel.
También es cierto que el excelente trabajo de Sal Buscema ayuda lo suyo.
Así que mi valoración general de la parte correspondiente al título propio es positiva.
Los tres números de Marvel Feature me parecen tan sólo un esbozo de lo que vendrá, pero me valen como aperitivo.
He de decir que en esta etapa Englehart de los Defensores se encuentran posiblemente algunos de los episodios en que mejor han entintado a Sal Buscema otros autores durante los 70. Sal Buscema tenía un dibujo de linea sintética al que lo que le venía bien era un entintado mayoritariamente de plumilla, no el de pincel que se estilaba principalmente en Marvel ( y del que Sinnot podría ser el mayor epítome). Fijaros que aunque pueda parecer extraño creo que el dibujo de Sal tiene más en común con dibujantes como Carlos Giménez o Jaime Hernández que con Colan o su propio hermano. Es por esto que cuando mejor lucía era cuando se entintaba a sí mismo, y muchos entintadores lo desnaturalizaban. Creo que por tener un estilo de línea más orgánico y menos sintético el dibujo de su hermano John se resentía menos cuando le ponían entintadores de estilo contrapuesto al suyo. Pero como decía al principio creo que en esta parte de su etapa en Defensores Sal tuvo algunos entintadores que le entendían bien, como John Verpoorten o Frank Bolle.
Por otra parte nunca entendí que los Defensores nunca contaran con su Biblioteca Marvel, cuando hasta Motorista fantasma y Caballero luna tuvieran su oportunidad. Esto hace que no sepa si animarme con esta cole o no. Lo de Englehart no sé qué tal está salvo el crossover con Vengadores. Da la sensación de que entretenidillo pero un Englehart un poco menor comparado con Vengadrores, Dr Extraño y Capitán América de la época. A lo de Wein y Clarmont le tengo cariño pero cariño nostálgico. Y lo de Gerber todo el mundo habla bien pero es que no he leído nada, no sé si será mi rollo.
Por cierto, y cambiando de tema, el segundo omnigold de Las historias jamás contadas de La Patrulla X ¿sale finalmente en octubre? Porque en algunos sitios lo he visto programado para mediados de septiembre y en otros sitios para mediados de octubre.