Los X-men de Claremont son esa obra que a todo el mundo le encanta pero a la que personalmente le tengo miedo. ¿Cuánto puede gustarle a alguien una obra de hace tantos años sin que la nostalgia ayude? ¿No va a resultar que a la hora de leerla todo lo que aparece ya ni parezca novedoso ni sorprendente? Que en su día sería la leche, pero ahora con tanto bagaje detrás, igual hasta parece poca cosa. ¿Las expectativas jugarán en contra de la serie?
Eso es lo que hace que no me atreva a meterme en la etapa.