V de Vendetta #5. Capítulo 4: Un punto de vista vocacional.- Capítulo dedicado a la emisión del vídeo que V obliga a proyectar a los miembros de La Boca en los televisores de todo el país. En él, vemos a V declamando un largo discurso, de tono satírico, que invita a la reflexión sobre el papel que el hombre ha jugado a lo largo de la historia en relación a la elección de sus gobernantes, a la toma de decisiones y a la forja de su propio destino. Lejos de ser una soflama propagandística y machacona, resulta una alegoría de largo alcance que obliga a todos los individuos a cuestionarse hasta qué punto son responsables de los grandes males de la historia de la humanidad, desde la precariedad laboral hasta el uso de la bomba atómica, pasando por el auge de los totalitarismos.
- Moore nos hace reflexionar sobre el poder del individuo: ¿en qué medida puede cambiar el curso de los acontecimientos? Es posible que un solo hombre no pueda luchar sin apoyos contra todo un sistema, pero ¿qué hay de la suma de todas las individualidades? Para lograr el éxito de un movimiento o de una lucha, es necesario que cada uno de los integrantes crea en el poder de transformación de la acción conjunta. Si todos pensamos «yo no puedo cambiar nada», al final dejamos que sean otros los que piensen y decidan por nosotros. Por eso, este vídeo es una clara invitación a la acción, y este capítulo, una perfecta síntesis del mensaje revolucionario de este cómic.
- Moore y Lloyd recurren a lo que en cine se llama un "montaje paralelo" para contar este capítulo: dos líneas narrativas que se van alternando (por un lado, el contenido del vídeo; por otro, el acceso de las fuerzas del orden a la Torre Jordan para detener la emisión) y que, eventualmente, se cruzan al final del capítulo. El vídeo acaba con un mensaje de V a los espectadores: aunque está a punto de perder la fe en ellos —después de siglos, milenios más bien, de pasividad— les dará una última oportunidad; tendrán dos años para «demostrar alguna mejora en su trabajo», o, lo que es lo mismo, para rebelarse contra el sistema opresor en el que viven. La incursión de los policías a la sala de control culmina con el encontronazo con (quien parece ser) V, al que tirotean sin mediar palabra, hasta que cae a plomo por la ventana.
De las 4 imágenes de los dictadores. Hitler, Stalin y Mussolini están claros. Pero, el que sale medio tapado por los bocadillos… podría ser Nixon???
Pues, por más que lo intento, creo que es imposible adivinar el personaje viendo solo la mitad de su rostro. Si alguien se atreve a especular...
V de Vendetta #5. Capítulo 5: Vacaciones.- La viñeta inicial de la gaviota sobrevolando la playa también me recordó, como apunta Grapa, a
From Hell. Moore ya apuntaba maneras
- Eric Finch ha sido forzado por el Líder a tomarse un descanso en la investigación. A través de sus recuerdos, vemos cómo se resolvió el episodio de la incursión en la Torre Jordan: como era de suponer, el hombre que cayó por la ventana ataviado con la máscara y ropajes de V no era él, sino Roger Dascombe, a quien V había disfrazado y colocado en lugar estratégico para recibir las balas de los policías al entrar en la sala de control. Por tanto, Dascombe ha muerto y V se encuentra en paradero desconocido. Esta situación lleva a Finch a perder los nervios con Peter Creedy –el sustituto de Derek Almond en el Dedo–, quien, tras ponerlo en evidencia al decir que no está en condiciones de trabajar desde la muerte de Delia Surridge (revelando así el romance entre ambos), recibe un puñetazo del enfurecido director de La Nariz.
- En las dos últimas páginas se nos presenta a un nuevo personaje, Gordon, quien resulta ser el nuevo protector de Evey, a la que ha acogido en su piso. Gordon es un hombre de mediana edad y aspecto convencional, que, pese a sus sospechosas conexiones con el crimen organizado, parece albergar buenas intenciones con la joven. El capítulo termina con Evey afirmando que ya no piensa nunca en V (aunque todos intuimos que no es así).
V de Vendetta #5. Capítulo 6: Variedades.- Retrato de la vida nocturna en un cabaret, con sus números de variedades sobre el escenario y sus parroquianos de mala vida ante el mismo. Entre los asistentes encontramos a:
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Gordon y
Evey, siendo esta última quien aporta el punto de vista (o focalización, en términos narratológicos). Nos enteramos por uno de sus pensamientos de que conoció a Gordon mientras rebuscaba en su basura (lo que nos da una idea de lo desamparada que quedó tras el abandono de V), y éste, en lugar de reaccionar agresivamente, la acogió en su casa.
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Rose Almond, que tras haber padecido la muerte de sus dos últimas parejas (Derek Almond y Roger Dascombe), ha quedado estigmatizada y no hay ningún hombre que se le acerque. La mala baba de Moore nos regala una viñeta en la que Evey, que la contempla a cierta distancia, ve cómo se le acerca un hombre, y Evey se alegra de que por fin haya encontrado compañía (cuando, en realidad, se trata de un responsable del cabaret, que la está echando del local tras comprobar que no le queda saldo en su tarjeta de crédito).
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Peter Creedy (nuevo jefe de El Dedo, recién presentado en el capítulo anterior) y un tal
Robert, quien le suplica al gran jefe que mantenga las consideraciones hacia su madre que Derek Almond le garantizaba. Pero Creedy le recuerda que las cosas han cambiado, le sugiere que meta a su madre en un asilo (poco menos que mataderos, según entendemos) y le espeta que se largue de su vista.
- A la mesa de Gordon y Evey llega Ally Harper, un gánster escocés de rudos modales. Quiere la mala suerte que, justo después, se entrometa también Robert, quien, desesperado tras la conversación con Creedy, sabe que a su madre le quedan dos telediarios, y que él será el próximo. Moore nos hace entender que, en este mundo, cuando dejas de ser útil para el régimen eres desechado como un trasto viejo sin ningún valor; no hay concesiones, no hay piedad para los débiles. Ya vimos anteriormente cómo el sistema dejaba desasistida a Rose Almond, y el patrón parece repetirse en el caso de Robert.
- Cuando Robert grita, borracho y frustrado, que ojalá la bomba que puso V hubiera reventado Londres entera, el bar se le echa encima y todo explota en una pelea sin cuartel.
- Evey y Gordon consiguen escapar del local. Evey le espeta a Gordon: «Tenía razón, ¿no? No deberíamos vivir así», a lo que Gordon contesta: «No, niña, no deberíamos. Qué le vamos a hacer…».
- Un plano aéreo nos muestra a V observándolo todo desde un tejado. En secreto, sigue pendiente de Evey. La última viñeta muestra a V recorriendo las calles nocturnas de la ciudad, con la capa al viento, en una imagen de gran belleza plástica que nos recuerda a las representaciones de los superhéroes clásicos encapuchados, como Batman.
V de Vendetta #5. Capítulo 7: Visitantes.- Este capítulo alterna dos líneas temporales:
* La primera transcurre en la línea temporal actual (11 de junio de 1998), y comienza con una página muda en la que Gordon huye de dos mafiosos, siendo uno de ellos Ally Harper, el gánster escocés que conocimos en el capítulo anterior. Gordon consigue llegar a su casa y se refugia tras la puerta.
* La segunda es un
flashback que transcurre un par de meses antes (15 de abril de 1998), y en él vemos cómo Gordon invitó a Evey a que dejara de dormir en un dormitorio aparte y se trasladara al suyo (lo que conlleva compartir cama, claro). Mientras tienen esa conversación, se suceden viñetas en las que se acuestan juntos (que pueden interpretarse de dos maneras: bien como la fantasía de Gordon de lo que ocurrirá si Evey acepta su invitación, bien como un
flashforward de lo que ocurrió realmente una vez Evey se mudó de habitación). Aunque Evey no es forzada en ningún momento a tener sexo, se entiende que por su situación de vulnerabilidad (no tiene a dónde ir) se pudo sentir presionada a aceptar la propuesta de Gordon.
- Volvemos al presente. Gordon grita a Evey que se encierre en el baño; no hay tiempo para explicaciones. Gordon mantiene una conversación con los mafiosos, situándose detrás de la puerta de entrada de su domicilio. Están discutiendo por ver qué parte se lleva cada uno de un negocio lucrativo relacionado con el alcohol. En un momento en que Gordon baja la guardia, el compañero de Harper blande una espada y la incrusta en la puerta, clavándosela a Gordon y acabando con su vida.
- Evey, que esperaba asustada en el baño, exclama: «¿Gordon? Gordon, ¿puedo salir ya?». En la edición completa del cómic este número termina con cuatro ilustraciones a página completa de una fuerza expresiva extraordinaria. Iba a intentar describirlo, pero mejor cedo el testigo al experto en
V de Vendetta que tenemos por estos lares, que es Miguelito:
Lo mismo sirve para el resto de imágenes, pero esta en concreto es quiza mi favorita, con ese zoom sobre Evey (cuando está con la toalla de baño en la cabeza para ponernos en situación) mientras nosotros, los lectores, nos entrometemos en su privacidad a través del ventanuco del baño y ella se gira, como advirtiendo nuestra presencia. Y mientras vemos su figura mirándonos, tan indefensa, tan desprotegida... deducimos que ella ya sabe, aunque no lo haya visto aún, lo que nosotros acabamos de ver: que Gordon está muerto.
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Otro número más realmente excelente, en el que queda planteado sin ambages el mensaje político del cómic (un llamamiento a la acción, a la lucha contra la opresión) y una invitación a que cada hombre tome las riendas de su propio destino, si no quiere que otros decidan por él. A la vez, los personajes siguen evolucionando y la trama se desarrolla de forma vibrante y sin tregua. Con este número 5 hemos pasado el ecuador del cómic, y Moore y Lloyd aún tienen mucho que ofrecer.