No mires arriba (2021)
Diría que es una sátira sociopolítica de nuestra cínica sociedad, pero roza el género de terror por su verosimilitud aunque la mayor parte del tiempo te estés tronchando de risa. Creo que hubiese sido más divertida hace años, cuando la estupidez humana en un grado exagerado pertenecía a la ficción, pero una pandemia nos demostró lo contrario.
The Matrix Resurrections (2021)
Menudo bodrio. Tiene un inicio muy prometedor con todo ese metalenguaje, pero con el paso de los minutos va descarrilando. Tiene una desgana y un tono casi autoparódico que yo, particularmente, no puedo comprar.
Hay dos cosas en concreto que me han horrorizado:
1 Puedo llegar a entender la crítica implícita que hace de la industria cinematográfica, de su falta de visión y de su empeño de resucitar títulos exitosos del pasado apelando únicamente a la nostalgia, pero tío, si miras por encima del hombro a los demás para luego caer sistemáticamente en todos y cada uno de los fallos que estás criticando, estás ejerciendo un ejercicio de hipocresía. Y si se hace a propósito, entonces me estás ofreciendo conscientemente algo malo. No se que es peor.
2 No puedo ni concebir ni perdonar que en el apartado visual y en las escenas de acción una película de Matrix sea tan pobre, tan plana, tan genérica y tan aburrida. No se diferencia en nada de tantísimos blockbuster mediocres que imperan en las salas. Eso me remató del todo.
Y sí, me gustan mucho Reloaded y Revolutions.
West Side History (2021)
Steven Spielberg no ha hecho un remake. Ha hecho una gran película. Sólo él podía hacer un clásico de un clásico. Desprende ritmo, energía, vida y mucho cine por los cuatro costados. La historia es tan atemporal que se siente actual (desgraciadamente).
Silent Night (2021)
Si estáis en un momento anímico complicado o directamente de bajón, huid de esta película.
Me ha dejado roto, molido y con una tristeza enorme en el cuerpo. Muy aconsejable no saber nada de su argumento para que sorprenda más.