Día de lluvia en Nueva York.
Desde Vicky, Cristina, Barcelona, creo que no veía una película de Allen que me resultara tan irritante. Especialmente por sus protagonistas, veinteañeros pijos en el Upper East Side, con familias ricas podridas de pasta y estilos de vida al alcance de muy pocos. Veinteañeros que se comportan como afectados, pretenciosos, vacuos, cansados y sin embargo increíblemente infantiles personas de 50 años.
No sé por qué Allen hace una película sobre jóvenes universitarios. Es como verle tratar una película de marcianos. El mismo conocimiento y cercanía. Me han irritado sobremanera los personajes de él y sobre todo ella durante toda la película. Selena Gómez, ya por ser Selena Gómez, también, siendo lo más tolerable de los tres.
Cero ingenio, cero diálogos con la chispa de Allen. Hay 2-3 que me parezcan de verdad brillantes. Todas las manías y clichés de Woody sin nada de su ingenio, en una película menor, cuando no, enervante. Falsa en sus imposturas, en sus personajes, y en esa Nueva York conservada en ámbar de un Allen que te crees cuando defienden actores de 50 con tablas y acordes a sus papeles habituales, pero que en estos críos, estando más deslucida que nunca la magia, no hay quien empatice.