Bueno, pues voy a comentar un poco esta primera etapa de ocho números. La verdad es que pasan tantas cosas que es difícil hablar de ella como si fuera un arco argumental o algo así. Realmente son ocho historias, muchas de ellas autoconclusivas, que merecerían comentarlas una por una. Pero bueno, intentaré decir cosas comunes que he visto de estas primeras ocho historias.
Resulta que al final me había leído todas ellas, con excepción del número 8.
Lo primero que destacaría es la impresión de universo cohesionado. Esto ya se ha dicho sobradamente en el hilo de "La Era Marvel de los Cómics", pero nunca está de más traerlo al frente: a partir de Vengadores #3 ya puedes ver a Iron Man con un traje nuevo y, si no estás atento a su colección mensual, no sabrías por qué. Lo mismo pasa con la mayoría de los enemigos que van desfilando por estos primeros cómics: muchos de ellos ya habían aparecido en las colecciones individuales de Thor, Iron Man o El Hombre Hormiga. No es que sea necesario leer esas colecciones para enterarte, pero está claro que hacerlo daba más cohesión a la lectura. Esto es, el invento del universo cohesionado está claro que funcionaba como gancho para atraer a los lectores a comprar todas las colecciones posibles de Marvel y no solo una. Lo mismo ocurre con la pelea contra Hulk de los 4F, que continúa directamente en la colección de Vengadores.
Lo segundo, como ha dicho Job, la importancia de Hulk. Es el verdadero antagonista hasta que llega el Barón Zemo. Incluso aunque aparezcan el Fantasma del Espacio o Loki como villanos principales, al final Hulk es el centro de los enfrentamientos: tanto el uno como el otro intentan manipular a los héroes para que desconfíen de Hulk. Él mismo hace méritos para ello aliándose con Namor. Peculiar también que una de las primeras aventuras de Los Vengadores se desarrolle en la Península Ibérica. No me consta que Gibraltar tuviera tanto peso en la Segunda Guerra Mundial, con búnkers abandonados y armas de guerra por ahí almacenadas, pero quizá es mi ignorancia, y sí fue más importante de lo que yo pensaba.
El caso es que hasta que no aparece Zemo, todo parece girar en torno a Hulk. Zemo y Kang serán por tanto dos revulsivos importantes para la colección de Los Vengadores.
Coincido con algunos comentarios que dicen que se hace pesado este arranque. A mí las historias me resultan bastante tediosas por el ritmo de lectura, porque el argumento es demasiado infantil tal vez. Las escenas de lucha son muy graciosas cuando las lees la primera vez... a la segunda resultan un tanto ridículas
El ataque de palmera del Capi a los secuaces de Zemo me sigue encantando, eso sí. Diría que hay demasiado argumento gratuito: muchas tramas tienen su desenlace simplemente por arte de magia: el martillo de Thor parece una Thermomix de las cosas que hace
Lo mismo te manda a tomar polculo a otra dimensión que te magnetiza los huevos
Como comienzo... diría que prefiero con mucho los inicios de 4F y de Spiderman. Luego pondría por delante (al menos si tenemos en cuenta solo los ocho primeros números) a la propia Patrulla-X. Quizá sea forofismo mutante, pero es que veo las tramas de los Vengadores extremadamente débiles.
Rick Jones me cae mal no, lo siguiente. Vaya palizas por favor, vaya pena de tío. Que se vaya a la mierda ya, hombre
Todo lo relativo a la Teen Brigade esa de la radio me parece un castañazo de mil pares de cojones. Pero lo peor de todo es cuando se pone encima el uniforme de Bucky... por el amor de Dios, ni Emma Frost "vistiéndose" mentalmente de Jean Grey fue tan miserable. Menos mal que el Capi le dice que se lo quite al momento. Es el típico tío que conoces un día casualmente y al día siguiente se te mete hasta en la cocina y no sabes cómo echarlo. Desde sus primeros números en Hulk ya me daba vergüenza ajena, pero es que ahora directamente lo electrocutaría
Dejando de lado esto, está curiosa esta relectura de las andanzas primigenias de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra. Mi villano preferido de momento ahora es La Encantadora... no sé qué hace con Zemo o el Ejecutor. Lo de Zemo es que me hace reírme, vaya paquete de tío: la cara pegada a la máscara con super-pegamento. EL ataque del Caballero Negro, el Hombre Radioactivo y del Fundidor pegando a la gente al suelo, resulta un tanto ridículo
Pero bueno, no podemos juzgar estas historias con estándares actuales, eso está claro. Ese número resulta particularmente dinámico y divertido. Ahora, después de la llamada de la Avispa a Pete Pote de Pasta para que le diga dónde encontrar un superdisolvente para el pegamento y sacar de su atrapamiento a Hank y al Capi me parece ya de escándalo. Juro que en ese momento sentía que había entrado en una tienda de bricolaje
El punto alto de estas primeras historias sin duda es la llegada del Capitán América. La imagen que ha colgado Job es mítica como pocas. Un momento histórico que realmente te da la sensación de estar leyendo algo verdaderamente importante en la historia del Universo Marvel. Me pasa como a Job, al no haber leído las historias del Capitán América, no sé si lo que cuentan de Bucky pasó realmente en su periplo durante la Edad de Oro del cómic o por el contrario se inventaron lo de Zemo y Bucky para esta ocasión.
Tema aparte son las féminas: La Encantadora y la Avispa: no es ya solo el claro síndrome de Pitufina de la época, es también la caracterización. Janet es frecuentemente apartada de las escenas de batalla dejando la lucha a los cuatro vengadores. Es cierto que su intervención es con mucha frecuencia clave para salvar el día y que, de hecho, es ella la que pone nombre a Los Vengadores, que no es poco ¿eh?. Pero, pese a todo, aparece mayormente como una tipa frívola que solo parece estar pensando en tirarle los tejos a todo lo que se menea: Hank Pym, Thor... lo mismo le sucede a La Encantadora respecto al propio Thor (en realidad, pasa lo mismo con el Ejecutor, aquí todo el mundo necesita amor). La Encantadora es un personaje de extrañas habilidades. A veces le hacen parecer casi omnipotente, y no pocas partes de trama se resuelven por algo que hace ella sin más, sin que se explique mucho.
En fin, solo puedo decir que me encanta ir leyendo estas historias, y espero que podamos seguir haciéndolo en común
Sí que diría que estas historias, pese a su simpleza, tienen mucha carga de diálogo, marca de la casa de la época, por lo que leer ocho números supone invertir un tiempo importante. No sé si deberíamos hacerlo de cuatro en cuatro números en lugar de de ocho en ocho, pero eso lo que diga Job, que para eso es el organizeitor.