He leído
Orcos y Goblins #3: Cenizo / Ayraak.
Este integral contiene los #5 y #6 de la edición francesa.
Historia 1. Cenizo (Peru / Martino / Dellac).
A este semiorco de nombre
Cenizo ya lo conocíamos por sus andanzas con
Alyana en la serie de
Elfos, concretamente en el integral #9 de
Yermo, y aquí nos lo encontramos como personaje principal de la historia. Su mala fortuna no ha variado. Marcado por una maldición de mala suerte que "heredan" los primogénitos de la familia, se ve siempre acompañado de un mal fario (de ahí su nombre,
Cenizo) que le pone las cosas muy difíciles para sobrevivir en
las tierras de Arrán.
La historia que nos cuenta el guionista francés
Olivier Peru trata sobre este semiorco que despierta con dos cuchillos clavados en la espalda y viendo que todos sus compañeros han muerto en la batalla, decide vengarse de sus atacantes. Un, en mi opinión, buen punto de partida para una historia bien narrada, tampoco nada del otro mundo, pero que entre ese humor socarrón que están dando a la serie y los giros de guion, la convierten en una agradable lectura. Los toques gore de algunos monstruitos y los espectros que van apareciendo animan el cotarro y amenizan el relato, con un especial destacado en el abuelo de
Cenizo, que por supuesto también está maldecido por la mala suerte.
Historia 2. Ayraak (Jarry / Hervás Millán).
En este número coge las riendas de los guiones
Nicolas Jarry y ¡vaya si se nota! Si
Cenizo era un buen album, este lo supera con creces, dando a la narración una profundidad y empaque sobresaliente.
La historia gira en torno a un orco, capitán mercenario de
La Compañía del Colmillo de Hierro al que le encomendarán una peligrosa misión: Rescatar a un Goblin prisionero de los
Elfos Silvanos en la
isla de las Celiandas.
Ayraak elegirá para ello a 6 componentes de la compañia, la élite de la élite, para acompañarle en la misión.
Jarry, para mí el mejor guionista entre las filas de los escritores que pueblan las distintas series de las
Tierras de Arrán, sólo necesitará de las primeras páginas del relato, para que con la excusa del reclutamiento de estos "orcos de élite", nos presente a los 6 camaradas de armas que acompañarán a
Ayraak y veamos tanto las habilidades de cada uno en el combate, como su caracter y personalidad, dando cuerpo y profundidad a cada orco y que haga con ello que les cojamos cariño, e incluso que nos preocupe si saldrán vivios o no de tan peligrosa misión. Se les coje cariño tan rápido que no quieres que la palmen, y ese mérito es por supuesto, del magnífico guion que se casca
Jarry.
Todo el album tiene un toque amable de camaradería, de fraternidad, de grupo compenetrado que ha vivido mil batallas (el guión viaja del presente al pasado varias veces para contarnos algunas y profundizar aún mas en los protas) y que ahora se enfrentan a la más peligrosa de las misiones.
Todo el albúm está plagado de ese humor socarrón y burlón propio de los orcos, con "ingeniosas" réplicas de
hombretones orcos duros y muy machotes que no temen a la muerte y que se ríen hasta de su propia sombra, o mejor dicho, de la sombra de los demás. Da igual lo peligroso del momento, lo "al límite" que se encuentren o que tengan "muerte en los talones", siempre consiguen arrancar una sonrisa al lector con sus apuestas de si vivirá o las palmará tal compañero, o quién matará más enemigos (al más puro estilo
Légolas y Gimli -el enano- en "El Señor de los Anillos".
Por poner un ejemplo, a mi me hizo mucha gracias, cuando, camino del campamento elfo, se debaten entre continuar el camino, o coger un atajo que les ahorrará mucho tiempo, saltando a un río, del que lamentablemente no saben si será lo suficientemente profundo apra que no mueran estampados contra el fondo en la caída. Uno de los Orcos, tozudo como el solo, decidirá saltar para comprobarlo ante la estupefacción del resto, que claro, cómo no, se lo tomarán a broma, con unos comentarios de lo más hilarantes.
Vamos, que te ríes mucho, pero a la hora de la verdad, como si fueran los mercenarios de Stallone y compañia, cada uno de los siete que conforman el destacamento demostrará su valentía en el combate y su compañerismo con los camaradas.
El dibujo de
Hervás Millán es muy bueno, con unos personajes fácilmente reconocibles (a pesar de ser muchos, y encima orcos) y fondos de viñeta bien trabajados. El dibujante madrileño brilla por igual en las escenas más violentas de las batallas, así como en las más tranquiás (pocas por cierto, que estos mercenarios siempre se están metiendo en líos).
Un tomo muy chulo, la verdad, con un final inesperado y que me resultó muy gracioso, y que me ha hecho pasar un rato muy agradable.