Colan conocía perfectamente la anatomía, pero elegía deformarla para acentuar lo que pretendía destacar.
Un ejemplo exagerado de esto mismo es Bill Sienkiewicz, maestro defornador cuando le interesa, anatómicamente perfecto cuando quiere.
De hecho, solo sabe deformar bien quien sabe lo que deforma, se llame Gene Colan o se llame Salvador Dalí.