Los Cuatro Fantásticos: Omnigold tomo 4: A Través del Universo (1967-1968) Tras un tomo que recoge una etapa tan esencial de la historia de Marvel como la que se incluye en el tercero de los 4 Fantásticos, el cuarto no lo tiene fácil para estar a la misma altura.
Y, efectivamente, no lo está, aunque por lo menos una parte no se queda muy lejos.
Vamos a ello.
Precisamente es en el primer tercio del volumen donde apenas notamos pérdida respecto a los arcos que copaban el anterior.
La creatividad de los autores sigue intacta. Se nos presentan otras creaciones de vital importancia en el Universo Marvel, los Kree y Warlock.
La raza extraterrestre de los Kree nace de la mano de dos números consecutivos en que el cuarteto se enfrenta a un centinela gigante y a Ronan el Acusador, respectivamente. Sin olvidarnos de la introducción de otra de las entidades infaltables de los Kree, la Inteligencia Suprema.
Más importante, si cabe, es el siguiente arco, en que sucede el nacimiento de Él, una creación artificial humanoide, que años más tarde sería rebautizado como Warlock.
Me parece una magnífica historia, donde Kirby se luce en los diseños de la espectacular Ciudadela de la Ciencia.
Aunque no es perfecta. Los científicos secuestran a Alicia tan sólo para que haga un molde de la cara de Él, una operación que yo tildaría de desproporcionada. Y también la personalidad de esos siniestros personajes es un tanto oscilante.
Otro de los componentes más interesantes de estos primeros números es el desarrollo interno de la Cosa. Ya en la saga de la Ciudadela de la Ciencia las inquietudes del anaranjado héroe adquieren un especial protagonismo, un buen aperitivo para lo que vendría en la siguiente línea argumental y en otra que veremos más adelante dentro del presente tomo.
Se nos muestra a una cosa aparentemente fuerte y bromista, pero se pone de manifiesto que no es más que un mecanismo de defensa ante una mentalidad frágil e insegura, por su aspecto y en relación a su nexo con Alicia. En el interior de ese cuerpo rocoso habita una persona con un gran corazón, a la que le cuesta expresar sus sentimientos. Capaz de derrumbarse y echarlo todo al traste, incluso enfrentándose a su amigo de toda la vida.
Resulta difícil no adorar a esa masa de piedras.
Una de las imágenes más gráficas y enternecedoras, es esa de la Cosa paseando por la calle Yancy sumido en sus pensamientos, después de haber sido injusto con Reed, con Johnny, sintiéndose afortunado por ser amado por Alicia, que ni se da cuenta cuando sus adorables detractores de la calle le lanzan piedras con tirachinas.
En esta estupenda historia, el Pensador logra alterar el cerebro de la Cosa, que se vuelve contra Richards con intención de matarle. Es un arco que deambula por el filo de la tragedia, creo que muy emotivo, aunque visualmente no sea de los más espectaculares.
Lamentablemente el resto del volumen no mantiene el mismo nivel.
No hay anual de la segunda mitad de los 60 que se precie en el que no nos encontremos con una sobresaturación de invitados y dudosa relevancia o, en su defecto, ocurra un acontecimiento feliz. En el Annual 5 contamos con la participación de Pantera Negra y los Inhumanos, a la vez que se anuncia el embarazo de Sue.
Pero lo peor del mismo es el villano de turno, Psicoman. ¿Es necesario que el tipo tenga que cargar con un mando a distancia descomunal, cual gruista en una obra, con tan sólo tres botones? Resulta que el tal Psicoman, procedente de un micromundo con intenciones maléficas, tiene el poder de infundir tres estados anímicos a la víctima de turno, miedo, duda y odio. Y para ello necesita un mamotreto con tres botones y tres inmensas inscripciones con las palabras miedo, duda y odio en cada botón. Por si se le olvida al hombre para que sirve cada uno.
En fin. Por lo menos el número vuelve a introducir la idea de los micromundos, universos infinitesimales que ya fueron presentados en el número 16.
Tras un número flojillo en que se enfrentan a estela Plateada, le toca el turno al crossover con Daredevil en que se enfrenta al Dr. Muerte, que ya comenté en la reseña del correspondiente tomo del cuernecitos.
Decir que lo mejor es el dibujo de Gene Colan en los dos números de Daredevil, y que lo peor es precisamente el número de la colección del cuarteto. Un desfile de mamporros, con Spiderman y Thor que pasaban por allí, y con el final sonrojante en que el cuarteto, después de haber estado zurrando al personaje equivocado, se enteran por las noticias de la TV de que Muerte está en realidad en un congreso de ministros de su país.
Era necesario un golpe de efecto para que la colección volviera a ofrecernos algo interesante, así que en el próximo arco Lee y Kirby traen de regreso a Galactus que vuelve a la tierra con intención de recuperar a su heraldo plateado.
Con Sue retirada por baja de maternidad, el grupo se queda en tres miembros momentáneamente.
Construido un poco a trompicones, estamos ante un buen arco en el que el dúo creativo desempeña algunas buenas ideas. En especial la lucha de los tres fantásticos contra sus dobles aberrantes creados por Galactus, así como también el protagonismo del universo subatómico como escenario, aquí ya rebautizado indistintamente como Subatómica o Microverso.
De todas formas, la idea del micromundo creo que daba para un mejor desarrollo argumental.
El recurso argumental centrado en la Cosa y su deseo de volver a ser humano exteriormente, vuelve a tomar protagonismo en el siguiente arco. Y esta vez Reed logra dar con la fórmula que vuelve a otorgar a Ben Grimm su aspecto original.
La historia es ciertamente interesante. Se pone de manifiesto que el deseo de Ben de volver a ser humano externamente resulta más complejo que un simple anhelo para consigo. De alguna forma la Cosa ha pasado a ser una realidad de la que no puede desprenderse, un compromiso no escrito por el que no puede dejar a sus compañeros sin su esencial ayuda.
Kirby está aquí especialmente cuidadoso, tras unos números en que el aspecto anatómico había perdido enteros.
A partir de aquí, los números restantes completan el tomo de forma aceptable.
Lo más destacable de los mismos estaria en la presentación de uno de los villanos potentes, Annihilus, que hace su primera aparición en el Annual 6, que está bastante bien, y de la incorporación al grupo de Crystal en sustitución de una Sue en baja materna, siendo la primera vez que la formación original cambia. También cabe mencionar el acontecimiento feliz del mencionado anual, el nacimiento del hijo de Sue y Reed.
El número del gigantesco Totem Viviente que echa rayos por los ojos, que resulta ser una creación de una compañía petrolífera para echar a una tribu de sus tierras, lo calificaría de disparatado. Mientras que el último número, en que se enfrentan al Mago, no es más que un escaparate para las habilidades de Crystal.
En resumen, desde luego el volumen está bastante por debajo del anterior, pero aún así medio tomo, más o menos la primera mitad, creo que no se queda muy lejos.
Algo irregular, pero sigue siendo muy recomendable.