Thor: Omnigold tomo 3: Campo de Batalla: la Tierra (1967-1968) El segundo tomo recopilatorio de las aventuras del Dios del Trueno concluía con una sorpresa inesperada. Jane Foster era fulminada de la colección.
Pese a la importante novedad de Lady Sif como interés amoroso del Dios del trueno en detrimento de Jane Foster, paradójicamente, en este tercer tomo Thor vuelve a viajar a la Tierra regularmente y vuelve a hacer uso de su identidad como Don Blake.
El tomo empieza como un vendaval con la invasión del reino de los trolls a Asgard, encabezados por el terrible Ulik. Una batalla épica a la antigua, con la lucha cuerpo a cuerpo como principal ingrediente. Escenario ideal para la espectacular narrativa de Kirby, y para que los guerreros asgardianos alardeen de su legendaria gallardía.
Rápidamente percibimos que el cambio de fémina protagonista no es un simple lavado de cara. De la frágil y complaciente Jane Foster hemos pasado a una valiente guerrera que no rehúye ninguna batalla. Desde luego, el cambio es a mejor, se agradece una mujer con mucha más personalidad.
Tras el arco inicial, Thor viaja a la tierra en dos números unitarios menores. En el primero se enfrenta al Hombre Creciente, creación de Kang, y un segundo más interesante en que se enfrenta a otro androide indestructible llamado Réplicus. Al morir su creador, al que sólo conocíamos los lectores, el androide se desactiva sólo ante la sorpresa de todos los protagonistas. Y aquí termina todo, aunque el mensaje moralista de las últimas viñetas lo veo un tanto forzado.
El turno es ahora del Annual 2, una de esas historias autoconclusivas, que bien podrían formar parte de los Relatos de Asgard, que presentan un acontecimiento festivo del reino. Se trata de una especie de juegos, de torneo de campeones, en que los vencedores reciben como premio las Armaduras Doradas. El Destructor, con la mano de Loki tras él, está a punto de aguar la fiesta. Un número muy entretenido donde Kirby vuelve a salirse.
Pero lo mejor está por llegar.
Los siguientes números combinan con gran acierto las aventuras en los reinos de los cielos y el espacio, junto a batallas cuerpo a cuerpo en la tierra. Son números de puro entretenimiento made in Lee-Kirby, con su encantadora sencillez, el lenguaje altivo de los dioses y la grandilocuencia de las imágenes.
Aquí es donde se nos presenta una de las grandes sagas de la larga etapa creada por los dos genios, el enfrentamiento ante los Encantadores. Una batalla épica en dos frentes, en que vemos a Thor acompañado de Sif y Balder, cuyo protagonismo irá en aumento, enfrentados a dos de los Encantadores en la Tierra, al mismo tiempo que Odín se enfrenta al restante Encantador en los aledaños de su reino.
No hace falta decir que Kirby está inconmensurable, casi siempre acompañado de las tintas de Vince Colleta, que aquí hace un trabajo bastante correcto.
El siguiente paso es un clásico de la colección. Thor desata la ira de un inflexible Odín, que le desposee de sus poderes y lo abandona en la Tierra, imposibilitándole que se transforme en Don Blake.
Se trata de unos números, con el Circo del Crimen como antagonistas, donde bien podríamos sustituir a Thor por el Capitán América sin notar apenas diferencia.
A estas alturas, considero que las aventuras en Asgard y demás mundos desconocidos le sientan mejor al Dios del Trueno que no las peleas en nuestro humilde planeta. O por lo menos apetecen más, vistas las posibilidades que presentan uno y otro escenario.
Stan Lee y Jack Kirby desatados.Más interesante es el siguiente paso, justo después de que Odín extienda su ira a otros asgardianos. Loki, Balder y Sif acaban también sin poderes y confinados en la tierra por desobediencia.
El caso es que, en uno de los sucesos más chocantes de la época, resulta que Loki pide ayuda a Karnilla, la reina de los Norns en deuda con el príncipe del mal, para que le devuelva sus poderes. Pero justo antes de que aparezca Karnilla, otro individuo que pasaba por allí se interpone y acaba poniéndose el casco de Loki. Tal hecho pasa desapercibido para Karnilla, que lo único que ve es a un tipo con el casco de Loki, a quien, sin saberlo, le acaba transfiriendo el poder asgardiano.
El personaje que acaba recibiendo semejante poder es uno de los villanos más bastos creados en los 60, un ratero enmascarado armado con una palanqueta al que aquí tradujeron como (seguro que os suena) Destructor.
Para no confundirlo con el otro Destructor, la máquina humanoide de la que he hablado más arriba, intentaré llamar al nuevo villano, Wrecker.
La cuestión es que una situación, que a priori resulta cómica, acaba vestida de épica por parte del tándem Lee-Kirby. Me seduce la idea de un paleto como el Wrecker bañado en poderes divinos, así que a mí me gusta la historia.
El largo arco que empieza aquí me parece excelente, uno de los mejores de la etapa Lee-Kirby.
De nuevo estamos ante una aventura que transcurre en dos escenarios distintos, uno de los mayores aciertos de Stan Lee para esta colección.
Por un lado, la Tierra, donde Thor se enfrenta al Wrecker, y por otro el bosque de las Norn, al que han viajado Balder y Sif.
Desde la situación dramática de Thor en su forma espectral tras casi haber perecido frente al Wrecker, hasta la no menos sobrecogedora imagen de Lady Sif atrapada en el cuerpo del Destructor (el otro, el metálico) teniendo que hacer frente a Thor sin éste saberlo, estamos ante una montaña rusa de apasionante acción. Dinámica aventura en la que también intervienen Hela, Karnilla, el maquinador Loki, Ulik y Odín, que finalmente devuelve sus poderes a Thor.
Hay un momento, caprichos del traductor original, en el que se enfrentan los dos personajes llamados Destructor, el Wrecker y el Destroyer. Pero el momentazo lo tenemos cuando Karnilla se refiere a los dos personajes en un par de viñetas consecutivas, con el consecuente lío del lector para adivinar a cuál de los dos se está refiriendo en cada momento.
¡Ragnarok!Uno de los aspectos que hacen grande esta etapa es la absoluta continuidad de las líneas argumentales. Historias que enlazan directamente de las anteriores, otras que nacen en paralelo para luego fusionarse… En realidad deberíamos decir que todo son episodios que forman parte de una extensa crónica.
Así, la posterior lucha titánica de Thor contra Loki es consecuencia del arco vivido anteriormente, de la misma forma que la grandiosa trama que se va fraguando al mismo tiempo.
Estamos ante la primera vez que aparece la amenaza del Ragnarok, el fin del universo. Y creo que estamos ante la gran saga de la colección hasta el momento.
Ya desde el inicio, cuando los asgardianos presienten la amenaza y sienten la llamada de Asgard, sentimos que estamos ante una aventura apasionante.
No faltan conceptos nuevos tan interesantes como el Sueño de Odín, en el que el Dios de dioses necesariamente debe caer para renovar energías, y del que no puede ser despertado. Ocasión que aprovecha Loki para hacerse con el mando del reino.
La amenaza no es otra que Mangog, un monstruoso personaje más poderoso que cualquiera de los villanos aparecidos hasta el momento, al que un inconsciente Ulik libera de la prisión a la que lo había condenado el propio Odín.
La intención de Mangog es desenvainar la descomunal espada de Odín y así provocar el fin del universo, y casi lo consigue antes de que Odín despierte y la amenaza llegue a su fin. Un final monumental como toda la saga, con resolución inesperada.
Los dos últimos números del tomo no son menores. Don Blake busca respuestas a las mismas preguntas que nos hemos estado haciendo los lectores desde el inicio de la colección. ¿Quién es el Doctor Blake? ¿Dónde estaba Thor antes de que encontrar el martillo en la cueva? ¿Dónde estaba Blake antes?
La respuesta la obtiene de Odín y es tan simple y convincente como que Don Blake y Thor siempre han sido la misma persona. Nunca ha existido un Don Blake joven, era el propio Thor desterrado a la Tierra por Odín hasta que encontró se encontró con su propio destino.
Para mí, la mejor explicación posible a seis años de preguntas.
Me atrevo a calificar este tomo de imprescindible. Si bien la primera mitad es un poco irregular, la segunda resulta implacable y confirma a Thor como la tercera mejor colección de Marvel de los 60.