El de Drácula no, desde luego. Todos los matices de luces y sombras que había ya estaban aportados por Colan y Palmer.
No está mal recordar que el color de buena parte de la serie es del mismo Palmer...
Con una paleta de colores y un tipo de papel que le permitían aportar entre poco y nada.
Por otro lado, uno puede ser un entintador cojonudo y un colorista deplorable. Que no digo que sea el caso, pero que alguien domine una faceta no significa que las domine todas al mismo nivel.
El de Drácula no, desde luego. Todos los matices de luces y sombras que había ya estaban aportados por Colan y Palmer.
No es verdad. Hay mucho matiz aportado por el color.
Dime cuáles. Ponme ejemplos. Demuéstramelo, vaya.
Yo miro las mismas páginas en blanco y negro y en color y no veo que el color aporte absolutamente nada más allá de “no estropear demasiado” lo que ya había.
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Yo aquí veo coloreado haciendo efectos de iluminación.
No se puede afirmar que el coloreado no aporta ningún matiz.
Yo lo que veo es al colorista haciendo lo que puede por no estropear lo que le ha llegado a las manos. Todo el trabajo de iluminación y volumen ya está hecho por Colan y Palmer.
En la segunda página que aportas, de hecho, se ve un par de veces como pone un manchurrón de gris sobre trama o sombra ya dibujada, lo cual vuelve a entroncar con lo que comentaba al principio: ningún dibujante de la época hace su trabajo pensando en el coloreado posterior: dibujan pensando en blanco y negro y rezando porque el colorista no estropee lo que hacen.
No porque los coloristas fueran malos, ojo, sino porque con las herramientas que había para trabajar en los comic-books de la época (y no sólo en los comic-books) el color la mayoría de las veces aportaba entre poco y nada.
De hecho, yo creo que hasta que no leí el Daredevil de Miller no recuerdo un comic-book en el que el color me aportara algo más que facilidad para distinguir personajes de una viñeta a otra por el color de la ropa o del pelo.
Hace unos años, Ponent Mon sacó unos integrales de Jerry Spring, probablemente la obra cumbre del gran Jijé y directo antecedente del Teniente Blueberry. Pues bien, lo editó en blanco y negro y muchísima gente se quejó amargamente diciendo que era una agresión directa al original, que esos comics fueron pensados en color y patatín y patatán. Y era justo lo contrario: el propio Jijé había pedido que se editaran en blanco y negro porque el color de la época era una puta mierda.