He leído El misterio religioso.
Se trata de una novela gráfica, creo que la podemos calificar así a esta obra, publicada originalmente en el sello Vertigo de DC Comics en el año 1995. La obra está escrita por Grant Morrison y dibujada por Jon J. Muth, cuyo estilo realista encaja muy bien con la atmósfera que pretende transmitir el escritor. En 2022 la ha rescatado ECC Comics dentro de su línea de tomos DC Black Label, en un volumen en tapa dura. Formato y precio se me antojan un poco exagerados, teniendo en cuenta que son 88 páginas, 77 de ellas solo son las del cómic. pero, bueno, creo que es una batalla perdida esto, algo que comienza a ser, por desgracia, un debate estéril.
La historia no está nada mal, con diversos aspectos interesantes, aunque en mi opinión desluce un poco el desenlace final, olvidando el motor principal de la trama, que no es otro que la resolución de un caso de asesinato. Es cierto que parece evidente que la premisa no deja de ser una excusa para explorar otros planteamientos, muchos de ellos de corte metafísico o religioso, pero la ausencia real de un final cerrado a mí me ha dejado la sensación de que falta algo, aunque no tiene porque ser cierto, si la idea del autor era otra bien distinta.
El argumento gira en torno a una representación del misterio religioso en un pequeño pueblo británico, donde se produce el asesinato de uno de los autores, precisamente el que tiene el papel de Dios. Un subinspector llegará a la localidad para intentar descifrar el enigma, pero acaba siendo interrumpido por una ambiciosa periodista que descubre algo muy importante de su pasado, lo que favorece a un interesante giro final para sorpresa del lector. La historia centra su atención en algunos aspectos religiosos, aunque destaca principalmente como nos dirige a una reflexión que bien podríamos considerar una crisis de fe, ya que intenta hacernos ver que Dios ya está muerto. También planea sobre el pecado original o el papel de Lucifer como ángel caído. De ese modo se nos muestran ciertos paralelismos entre los protagonistas de la investigación y los propios pasajes bíblicos. Una interesante propuesta que parece estar pensada para hacernos reflexionar sobre algunos aspectos teológicos y la base de la religión cristiana. Como suele ser habitual en las obras de Morrison no parece apostillar nada, sino más bien deja que el lector llegue a sus propias conclusiones y que cada uno interprete las diversas alegorías del cómics según su propia percepción.
Además de la evidente conexión con la religión y la fe cristiana, la obra toca otros temas como la corrupción política, el abuso sexual, la ética del periodismo y el existencialismo. Una obra de cierta complejidad, con diversas capas de lectura, pero creo que bastante accesible al público en general, sin que sea una de las obras más complejas de Morrison. No es ni mejor ni peor que otras, quizá solo es una simple curiosidad, pero a mí me ha parecido una lectura interesante y bastante rápida, todo hay que decirlo. Destacar sin duda el trabajo de Muth, un artista de corte pictórico y muy propio de las acuarelas, que ayuda muy bien a sumergirnos en la propuesta del escritor escocés. Yo no me arrepiento de haber pillado el tomo, sobre todo gracias a una oferta gatuna, pero tal y como está el patio, supongo que haya muchos aficionados con dudas a la hora de acercarse un volumen de estas características, principalmente por el precio y ese formato en tapa dura, con casi más tapas que páginas. Sea como sea a mí me ha gustado, con sus pequeños matices.