He leído Los guerrilleros.
Se trata de una obra recuperada por ECC Comics, publicada originalmente como serial en la revista Spirou. El gran aliciente es que estamos ante una de las obras del artista español Jesús Blasco, acompañado de sus dos hermanos, por no mencionar que no había sido recuperada al completo y en el orden original hasta ahora. Curiosamente, aunque solo una de las historias está escrita por Blasco, en el lomo y la portada vemos que se edit como "Los guerrilleros de Jesús Blasco", algo que quizá se ha hecho como reclamo, ya que en los distintos prólogos del recopilatorio se explica detalladamente los orígenes de las historias y la aportación de los diferentes artistas implicados, sin por ello quitar en ningún momento el valor de los lápices de Blasco y sus hermanos. A mí esto me ha llamado mucho la atención, ya que realmente me esperaba más una obra del autor que lo que me he encontrado, pese a que es cierto que Blasco tuvo un importante papel en la creación del concepto además de la parte ilustrativa.
Los guerrilleros es una serial que contó con cuatros historias y que se podría enmarcar en el western, aunque también lo podría hacer en el género de las aventuras. Es un western atípico para el género, lo cual me ha parecido interesante, y me ha recordado un poco a lo que ofrece Blueberry en los primeros años. Es decir, aventuras que se centran en los personajes y sus personalidades, sobre las cuales van surgiendo las propias tramas. Es quizá el valor añadido de esta obra, cuyos protagonistas cobran rápidamente un perfil concreto y resultan sumamente atractivos para el lector. Tenemos al típico héroe de cualquier western, Ray Walker, a su fiel compañero indio, Yuma, y a Pedro de Alvarado, un mejicano que se perfila como un antihéroe, sobre todo en la primera historia, convirtiéndose en el personaje más interesante y de mayor protagonismo a lo largo de todo el serial. De hecho, uno de los capítulos se profundizará en sus orígenes de un noble conquistador español, momento en el que la serie se convierte en una combinación de mitología y fantasía medieval. Por no mencionar el último relato, en el que suplanta a un conocido pistolero para cobrar una recompensa mientras ejerce de sheriff en un pueblo asolado por un bandido y sus hombres.
A mí el tomo me ha gustado mucho. Quizá destacaría por encima de todo la primera y última historia, ambas escritas por Miguel Cussó, un escritor con bastante experiencia en le género y el medio, algo que se nota bastante. No solo consigue construir historias entretenidas con los aspectos más o menos esperables de un western, sino que también añade dosis de humor, buenos diálogos y unos personajes bien definidos. Sin que ninguna historia sea de una calidad baja, en mi opinión estas dos son las mejores y donde más partido se le saca al concepto de esta agrupación un poco variopinta que se acaba convirtiendo en tres héroes allá por donde pasan, ya sea de forma voluntaria o involuntaria. Por otra parte, la serie bebe mucho del cine, tanto del western norteamericano como del spaghetti western, muy influenciado por los filmes de Sergio Leone, por ejemplo. Aunque es evidente que las fuentes de inspiración son muy variadas, a mi me ha parecido más próxima a este tipo de cintas que se producían en Italia durante la efervescencia del género.
A su vez, la parte gráfica es una auténtica maravilla, ya que estamos en un momento de madures de los hermanos Blasco, lo que se traduce en una narrativa sobresaliente y un cuidado por el detalle increíble. Además, son artistas que dominan muy bien el género, saben dibujar caballos, algo más complicado de lo que parece, y son unos verdaderos artistas d el estilo realista inspirados en los grandes como Foster o Raymond. Quizá los materiales a veces, y debido al blanco y negro sin aguadas, no tiene toda la calidad deseada, aunque no hay malas reproducciones, que conste, no nos permiten ver todo el detalle de los fondos o de ciertas viñetas. Pero a pesar de pequeñas irregularidades, minúsculas en mi opinión, podemos disfrutar del magnífico arte de los Blasco en un pequeña joya del cómic europeo que no es muy conocida, pero que merece mucho la pena acercarse a ella.