He leído Mort Cinder.
Se trata de una interesante obra que se publicó de forma serializada en la revista argentina Misterix durante principios de los años sesenta, con guiones de Héctor G. Oesterheld y dibujos de Alberto Breccia, recuperada en un solo volumen por la editorial Astiberri. La edición recupera las tiras originales en blanco y negro con una calidad bastante buena, aunque hay que decir que en ocasiones el arte de Breccia no se aprecia del todo bien, no sé si por su estilo particular para esta historieta, o por las dificultades que implica la restauración del blanco y negro. Sea como sea, es una edición bastante cuidada, en la que se respeta incluso el cambio de formato de la revista, que fue apaisado durante un tiempo, añadiendo además un guion de Oesterhed que no llegó a ser dibujado, la sinopsis de un anunciado relanzamiento de la tira que no se llegó a producir. Desde luego, una recopilación muy completa de una obra por la que apenas pasa el tiempo, y después de varias década sigue tan fresca como el primer día. Un clásico del cómic que merece mucho la pena y que quizá no es muy conocido por el público en general.
Mort Cinder es una serie de aventuras que aglutina distintos géneros como la ciencia ficción, pero que hunde sus raíces en la propia historia de la Humanidad bajo los ojos del protagonista que da nombre a la tira. Un personaje al que acompaña un aura de misterio irresoluble y magnético, ya que casi se nos presenta como una suerte de hombre inmoral que ha vivido durante siglos, siendo testigo de todo tipo de momentos importantes para la Historia. Ezra Winston, un viejo anticuario, será su compañero de aventuras. Una asociación que surge durante la primera saga en la que se vislumbra una invasión alienígena al estilo de la invasión de los ultracuerpos, o algo muy similar. A partir de ahí, Mort cimenta su amistad con Ezra convirtiéndose en su ayudante en la tienda de antigüedades. esto permitirá al protagonista narrar todo tipo de experiencias pasadas que van desde el levantamiento y caída de la Torre de Babel, la famosa batalla espartana en las Termópilas, secretos del Antiguo Egipto, la cultura Inca o escenas de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de tener como trasfondo el viaje en el tiempo, Oesterheld deja a un lado cualquier explicación posible sobre este hecho, así como las capacidades inmortales que parecen estar asociadas al protagonista, y centra cada historia en pequeños análisis sobre la condición humana, en lo que casi podríamos definir como un intento por hacer ver al lector que hay que aprender de nuestro pasado. De ese modo, tras la saga inicial plagada de tintes seudocientíficos tan propia de la ciencia ficción clásica de la época, el escritor centra su atención en el dolor de una madre que espera la llegada de su hijo de la Gran Guerra. Una historia que resuma sentimentalismo y que nos pone de manifiesto que el amor de una madre supera con creces cualquier cosa que podamos imaginar. También tendremos en auténtico drama carcelario en el que poder analizar el lado más oscuro del ser humano, un galeón de esclavos o la propia batalla de las Termópilas, donde en mitad de la guerra surgen todo tipo de sentimientos. Intensas y entretenidas historias aderezadas por la pluma de Oesterheld, un escritor con mucho talento cuya prosa nos evoca al estilo propio de una novela. Me ha gustado mucho la forma de escribir de este autor, que no me extraña que esté considerado como uno de los grandes de la historieta argentina, habiendo trascendido su trabajo al resto del mundo.
Por último, resaltar el trabajo de Alberto Breccia, que me parece maravilloso en todo los sentidos. Es increíble ver como este artista juego con el blanco y negro, sobre todo con el blanco, para construir su narrativa. También es asombroso ver las distintas técnicas que emplea, como si cada viñeta fuese un lienzo en el que experimentar todo tipo de artes plásticas. Si el texto tiene una lírica hipnótica, el dibujo no se queda atrás, formando una simbiosis prácticamente perfecta. Una pequeña joya este tomo, que merece mucho la pena y que yo he disfrutado bastante. Sin duda,una buena recomendación para aquellos interesados en oxigenar sus lecturas con productos menos comerciales y conocidos.