Como decía antes, este producto es más viejo que el mear de pie en las narrativas pop orientales, sobre todo en Japón. Es un tema recurrente en mangas y animes.
En todo caso, hay que tener el hocico curtido para disfrutarlas. No es algo para la masa, suelen ser obras de culto para espectadores y lectores de anime y manga bastante exigentes. Ahora, claro, te tiene que gustar el género del survival. Que suele caracterizarse por:
-Gore, mucho gore.
-Exponer lo más feo y sucio de las relaciones humanas, traiciones, mentiras, etc. También puro altruismo y bondad en las excepciones.
-Algún elemento fantástico o colorido, puede ser de intriga, sobrenatural...
Los arquetipos también suelen ser muy específicos: el prota bueno para nada que no destaca y que se ha echado a perder (Kurono de Gantz es muy así, el juego saca sus mejores virtudes, siendo un líder de niño, y un paria de adulto. De hecho la pareja protagonista del Juego del Calamar se parece mucho Kurono y Kato, con esa admiración infantil de "este tío era la leche", solo que del coprotagonista al protagonista), la chica dura y rebelde a la que todo se la pela, el matón cruel (siempre hay un yakuza o equivalente), la aprovechada que hace lo que sea para sobrevivir zumbándose al líder (en Gantz hay otra) y muchas veces un personaje fuera de lugar, con alguna "incapacidad", muy mayor, alguna minusvalía, etc.
Total, habas contadas, metes todas esas personalidades en la coctelera en un entorno hostil, y te salen cosas muy chulas. La narrativa japonesa hace maravillas con estas cosas, a mí siempre me han gustado.
Ahora, en esta serie lo que se podría criticar es la forma, no el fondo. Está claro que Netflix ha adaptado este tipo de historia a los productos que le están dando éxito en un público poco exigente y que no acostumbra a ver series. La influencia de La casa de papel está más que clara, y el rollo de secretismo, subtramas poco verosímiles y bastante masticadas, están metidas precisamente para ese público. Sobre todo por la estética. Solo así tiene lógica que hayan conseguido colarle una serie como esta a gente que no pasa de Los hombres de Paco y La casa de papel (hablo de casos específicos que conozco). Gente que no habría visto en la vida japonesadas como Battle Royale.
Es más, la mayoría de elementos que destacaba antes están superdiluidos para ayudar a ese público mayoritario. El gore es muy suave (estos animes suelen ser bestias pero bestias), muy poco imaginativo, todo son tiros (en los demás, como Gantz, las muertes son a cada cual más rocambolescas e imprevisibles), las idas de olla están muy controladas y a un nivel muy bajo (muy poca imaginación en las pruebas y la forma de realizarlas, sin elementos que realmente te dejen con el culo torcido y pienses "qué mierda es esto"), y las subtramas son todas muy sencillitas.
Si a la gente le gustara de verdad este rollo, verían sin problemas Sweet Home o Alice in Borderland, y no va a ser el caso. Se ha intentado casapapelizar un producto minoritario del que el gran público huía como de la peste por ser cosa de "frikis otakus" y han conseguido que esos espectadores de Aida aplaudan con las orejas.
Tiene su mérito.