De todas formas, en los buenos tebeos el efecto sorpresa es lo de menos.
Yo me estoy leyendo, por ejemplo, el Spiderman de los 60 por enésima vez y lo estoy disfrutando igual que las primeras.
Da un poco igual que sepas como acaban, es más la narrativa visual, los diálogos... El como te lo están contando.
Pasa como con el cine. Lo más auténtico es la narrativa visual. Cuando el interés se centra en un giro argumental o un desenlace sorprendente, malo.
De esto Hitchcock sabía mucho, y desde el principio de desvelaba quien era el malo.