Bueno, aquí llega el coche escoba con un par de semanas de retraso
He terminado el primer arco,
El incal negro, y me ha gustado mucho.
Mi experiencia previa con Jodorowsky se limita al cine, donde ha hecho películas realmente excéntricas y alucinadas, siendo mi preferida suya
Santa sangre, una suerte de film experimental rayano en el terror. Al margen, lo que conozco de Jodo como personaje público es para darle de comer aparte, pero eso ya lo comentó por aquí Murry. En cuanto a Moebius, además de conocerlo por sus puntuales participacioens en el mundo del séptimo arte, es autor de uno de mis cómics preferidos de siempre, el brevísimo pero deslumbrante
The long tomorrow, que, con guion de Dan O'Bannon (sí, el guionista de
Alien), supuso una importantísima influencia visual en la ciencia ficción cinematográfica; sin ir más lejos, el aspecto visual de
Blade Runner, tan extremadamente icónico e influyente, le debe muchísimo al arte de Moebius.
Leyendo "El incal negro" no he podido dejar de pensar en
The long tomorrow, y en cómo se parecen los mundos que recrean (imposible no pensar en la famosa segunda página de
El incal al ver viñetas como la de
abajo a la derecha). Esos escenarios futuristas de carácter distópico, donde la gente vive hacinada en las calles, malviviendo, y donde convive un espectacular progreso tecnológico con la falta de recursos y los ambientes empobrecidos, son comunes a ambas obras. Pero mientras
The long tomorrow es una historia detectivesca al más puro estilo
noir, donde la ciencia ficción se vislumbra más en el contexto que en el fondo del relato,
El incal cae más de lleno en el género, aunque con un pie siempre puesto en el surrealismo.
El comienzo de la obra in medias res es puro espectáculo; Jodorowsky no da un respiro al lector y lo mete de lleno en la acción, sin contexto previo al que aferrarse. Ese John Difool siendo arrojado desde el callejón de los suicidios al lago de ácido (qué maravillosos conceptos ambos) es trepidante, y resulta imposible dejar de leer para saber más acerca de los acontecimientos que han llevado al protagonista hasta esa situación. El arte de Moebius hace que puedas estar minutos enteros repasando las viñetas de cada página, apreciando todos esos detalles en los fondos (personajes, escenarios, artefactos) que otorgan riqueza a ese mundo futuro. Sobra la mención a esa splash page de Difool cayendo en picado que todo el mundo conoce y es, con justicia, la imagen por excelencia de
El incal.
La historia va avanzando sin dar apenas tregua. Lo que más me ha gustado es la forma en que los autores nos van introduciendo conceptos absolutamente extravagantes con una naturalidad pasmosa: la existencia de razas zoomórficas o marcianas (Cabeza de perro, los Berg, los mutantes), la clonación del presidente, la ciudad tecnos a la que van a parar todos los cadáveres para su reaprovechamiento... El cómic entero resulta un alarde de creatividad, y aunque algunas ideas podrían considerarse auténticas idas de pinza de Jodo, yo no las veo impostadas, sino que me parecen bien integradas en un relato de esta naturaleza, tan libérrima y sugestiva.
Luego la enésima huida de Difool, para llegar a un tren con un destino peligroso... la sede de los Tecno-tecno-tecnológicamente-técnicos en ese vagón, el Incal se le revelará como algo vivo, y le planteará cuestiones puramente filosóficas, como ese: "¿Quién eres?"... para posteriormente dividirlo en los cuatro elementos; aire, agua, fuego y tierra. Cada uno de estos, los asocia a una parte del cuerpo de Difool ahora dividido, el aire es la cabeza, la parte racional, la más elevada, con capacidad de raciocinio y volar más allá de lo simple y terrenal. El agua es el pecho, que alberga el corazón, por eso no es de extrañar que sea la parte sensible, que como el agua puede ser deformable, fluir, pero también congerlarse y ser partida. La zona de la cadera, con el culo y el pene es el fuego, la parte esencialmente animal, salvaje y decidida. Por último, las piernas y pies son la tierra, que se ve que es de una simpleza extrema, básicamente instintivo, comer, dormir... no le interesa nada más, no hay aspiraciones más allá, y en efecto, es la parte del cuerpo que está en contacto, precisamente con la tierra. Me parece una forma muy acertada de dividir el cuerpo en cuatro partes, y de otorgarle a cada una un elemento (que según la alquimia formaban todo), según el carácter de dicho elemento y la función de cada parte.
Estoy leyendo tus análisis con muchísimo interés, Steven, pero este fragmento me parece especialmente digno de mención. Muy bien diseccionado, la verdad es que has arrojado luz en un pasaje un poco críptico; esa asociación entre el carácter de los elementos y la función de las distintas partes del cuerpo es muy acertada
El proceso de descomposición de los cuerpos humanos de la ciudad tecno es un concepto muy recurrente en la ciencia ficción. En el que la vida humana ha perdido la mayor parte de su valor y pasa a tener más valor el propio cuerpo como materia prima. Y por desgracia en nuestro mundo cada vez ocurren más a menudo ejemplos de esto. Y la superpoblación no hace más que acentuar esta situación.
Teniendo en cuenta que
El incal nace, entre otras causas, del frustrado intento de Jodorowsky de adaptar
Dune al cine, no puedo dejar de ver referencias en el cómic a la excelente novela de Herbert. Este concepto del que habla Grapa me remite sin duda a la costumbre de los fremen (el pueblo que vive en los desiertos de Arrakis) de aprovechar los cuerpos de los recién fallecidos para extraer hasta la última gota de agua, haciendo de los cadáveres una materia prima de valor incalculable. "El cuerpo pertenece a la comunidad y el alma al fallecido", reza la letanía de los fremen. Seguro que Jodo se inspiró de alguna forma en esta idea para narrar cómo en la ciudad tecnos extraen los órganos y otras partes aprovechables de los cadáveres que les llegan.
Por último, no puedo dejar de comentar que la llegada del Metabarón a la sede del Amok es una pasada. Me fascina la escena en la que lo vemos marchar sobre el terrible lago de ácido (en algún lugar de la gran ciudad-pozo), donde el diseño de los escenarios adquiere un aspecto realmente amenazante y decadente. El personaje, por otra parte, tiene pinta de que dará mucho juego en adelante.
De aquí a final de semana me leeré el segundo arco, y espero sacar tiempo para comentarlo, aunque sea el domingo sobre la bocina