Leído el
Apéndice II. La danza de los cazadores de gaviotas (sí, Grapa, en la edición blanca se traduce el título, con nota a pie de página explicando lo intraducible del juego de palabras).
Llegamos al final del viaje con un apéndice que tiene mucho más de documental que de literario (aunque adquiera la forma de un cuentecillo ilustrado). Es verdad que, como dice Grapa, se puede hacer un poco pesado el baile de nombres, tanto de riperólogos como de sus publicaciones, pero merece la pena leerlo hasta el final porque es una síntesis estupenda de cómo ha ido evolucionando el caso de Jack el destripador a lo largo de la historia, desde la discreta repercusión inicial hasta la inacabable avalancha de estudios producidos al calor del centenario de los crímenes.
Me ha hecho gracia cuando el propio Moore se incluye como personaje en esa trayectoria
El final del apéndice queda dedicado a unas últimas reflexiones de Moore sobre la naturaleza de los asesinatos (en general, no específicamente los de JTR), lo inaccesible de
la verdad y las causas por las que producen tanta fascinación en el ser humano. Una coda interesante, aunque no creo que haya mucho que comentar.
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Finalmente, mi evaluación del cómic en su totalidad. Yo creo que estamos ante una obra mayor del noveno arte. Es inquietante, sugerente y totalmente absorbente. A mí no me ha resultado difícil de leer en ningún momento (aunque hay partes que, lógicamente, son densas, como el capítulo IV); siempre me ha apetecido seguir avanzando y desentrañando esta historia tan magníficamente contada y ambientada, cuyos personajes están perfilados con la precisión de un cirujano (nunca mejor dicho) y que contiene numerosas capas de profundidad: los crímenes de Whitechapel como gancho en la superficie, para seguir con el retrato de una época con sus usos y costumbres, el drama personal de cada personaje (desde las prostitutas hasta Abberline hasta Druitt, sin olvidar, por supuesto, al más torturado y retorcido de todos: Gull), el análisis del mundo de la francmasonería y las sociedades secretas, el trasfondo ideológico (las diferencias entre clases, la opresión que el patriarcado ejerce sobre todas las mujeres desde tiempos inmemoriales...), el papel de la realeza (queriendo proyectar siempre una imagen de ejemplaridad donde solo hay turbiedad), la corrupción de los cuerpos de seguridad que deberían protegernos (aun cuando, como en el caso de Abberline, están obligados a callar bajo amenaza de sus superiores), etc. Creo que es una obra inagotable.
En lo que toca al dibujo de Eddie Campbell, al principio puede resultar poco atractivo a la vista, pero rápidamente te haces al estilo y, cuando vas por el segundo capítulo, no te imaginas esta obra dibujada de otra forma. Un estilo seco, feísta y desangelado; ideal para lo que tratan de contarnos.
Mis capítulos favoritos han sido:
#10: El mejor de los sastres, por el tono oscuro y quirúrgico con el que narra el más brutal de los crímenes,
#02:Un estado de oscuridad, por su brillante análisis introspectivo de la mentalidad del asesino, y
#11: El desdichado Sr. Druitt, por lo bien que está articulada la conspiración en contra de Druitt y cómo consigue que empatice totalmente con el personaje.
Todos muy distintos entre sí, pero igualmente maravillosos.
En conclusión, a
From Hell le daría un
9.
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He aprovechado, por cierto, para revisar esta noche la adaptación cinematográfica de Albert & Allen Hughes de 2001 (la tenía lejanísima en el recuerdo). Contra todo pronóstico, no me ha parecido una mala película. Es, desde luego, una adaptación superficial que simplifica en exceso el complejo mundo planteado por Moore, pero tiene sus bondades: una ambientación deliciosa, una gran puesta en escena, una historia principal moderadamente bien escrita y, sobre todo, una interpretación de Ian Holm como Gull que es una auténtica maravilla (imposible imaginar a otro actor haciendo este papel; es que hasta se parece físicamente al del cómic).
En segundo lugar, el controvertido asunto de Marie Kelly, al que Moore da la puntilla en las anotaciones al epílogo. Dice textualmente así:
Ah, y en relación a la escena de la página 23 del capítulo 14... quizá valga la pena mencionar que, según The JTR A-Z, Marie Kelly era conocida por distintos nombres, incluyendo "Pelirroja" y "Hermosa" Emma [en el original: "Ginger" y "Fair" Emma]. Lo digo por si ayuda.
¡Vaya forma de cerrar por todo lo alto!
Esta información nos permite concluir:
1) En primer lugar, que se confirma (diría que de forma bastante definitiva) que la Emma con la que estuvo flirteando Abberline era Marie Kelly. Simplemente, estuvo usando su otro nombre.
2) No veo tan claro, en cambio, qué nos aporta que a Marie Kelly la llamaran "Ginger"; no soy capaz de relacionarlo ni con su historia con Abberline ni con el episodio del asesinato en el que o bien murió ella, o bien murió su amiga Julia.
Sobre los nombres de pila alternativos de Marie Kelly no he sabido encontrar más relación que el quizá intencionado quizá fortuito guiño que comenté en el anterior post entre las parejas Fred Abberline y Ginger Kelly con Fred Astaire y Ginger Rogers.
Lo que sí hay que decir sobre el apodo “pelirroja/ginger” es que Marie Kelly era lógicamente pelirroja y, en la edición recoloreada, Emma es efectivamente también pelirroja.
Ya dije el otro día que, desde mi punto de vista, Moore nos comenta que a Marie Kelly también la llamaban "Fair" Emma para que sepamos que era la Emma con la que se estuvo viendo Abberline.
Lo que me faltaba era encontrar sentido a que Moore nos señale que la llamaran también "Ginger". Y ahora que he aprovechado para revisar la película, me he dado cuenta de una cosa: en ella, Abberline (Johnny Depp) se da cuenta de que el cadáver que encuentran en Miller's Court no es el de Marie Kelly porque encuentra restos de su cabello, y es rubio en lugar de pelirrojo (lo que confirma que no era Marie Kelly, sino su amiga, la que murió asesinada). Lo que me pregunto es: ¿hay algún momento en el cómic en que se nos revele que el cadáver encontrado no era pelirrojo? He repasado el momento en que la policía entra al lugar del crimen, en la mañana siguiente, y no he encontrado ninguna mención. Pero quizá en otro momento...
Si fuese así, ya tendríamos un sentido pleno para la información que ofrece Moore de que la llamaban tanto Emma como Ginger.