DC como buena gente de tradiciones tiene su fórmula perfecta:
Tom King destroza un personaje (Dick Grayson, Wally West) y lo deja en la inmundicia de forma que ningún autor competente quiere acercarse a ellos, por lo que las altas esferas mandan a un tío de la casa como Scott Lobdell a comerse el marrón y que invente lo que pueda.
Así pues ya conocemos el próximo guionista de Batman.