Yo soy bastante talibán antirecoloreado, lo reconozco.
Yo también. De otro modo me pasaría el día en los museos recoloreando el trabajo de otros, total ellos no tenían ni puta idea de lo que estaban haciendo.
Menuda comparación.
Perfectamente válida en relación a lo que supone alterar concepciones originales. Las elecciones que toma un autor o autores están, también, supeditadas a las posibilidades técnicas de la época aunque estéticamente gusten más o menos.
Si los autores de cómic de los 60 hubieran tenido Wacoms de tres mil pavos, paletas de colores infinitas y los medios de reproducción actuales también los habrían usado sin necesidad de tener que estrujarse el cerebro. Para el que simplemente desee la experiencia lectora me parece perfecto que prefiera un recoloreado y hasta un redibujado, para mí, sin importarme los demás es indispensable que se mantenga el original incluso con sus defectos para comprender el proceso creativo, no sólo lo evidente