The Boys empieza siendo una gamberrada descomunal. Muy divertida, eso sí, pero gamberrada sin más.
Lo que pasa es que luego la serie va evolucionando y se convierte en algo mucho más profundo y reflexivo. Sigue teniendo momentos muy bestias, pero cada vez es más interesante. Digamos que es una obra que va claramente de menos a más.
Con Hellblazer me pasa lo contrario. Empieza muy bien y se va desinflando. No llega a ser un mal tebeo, pero me dejó un regusto un tanto amargo. A la hora de decantarme por The Boys también ayuda mucho que Russ Braun acabe dibujando prácticamente la mitad de la serie en un afortunadísimo relevo del mediocre Darrick Robertson.