Traduciendo a
Roy Thomas y
Steve Englehart, al reparar en lo interesante de sus opiniones como archivo histórico y de memoria (protagonistas de una época cada vez más lejana), me ha dado, entre otras cosas, por ver antiguas entrevistas (de Roy), para adquirir más matices a la hora de traducirle, y contextualizar algunas anécdotas vistas desde la perspectiva del tiempo.
Os las dejo por si os interesan:
https://www.youtube.com/watch?v=rOhbtj6_G5Yhttps://www.youtube.com/watch?v=-PM3sOOYMLoEl caso es que sorprende como guionistas como estos dos, por ejemplo, en el caso de Englehart, podían alcanzar a escribir más de cinco cómics al mes (¡5 cómics al mes! Una auténtica locura. Creo que en épocas actuales, solo Bendis y alguno más de ese estilo prolífico se ha acercado a esas cifras), con todos los cruces, continuidad, y lo que conlleva.
Más sorprendente resulta leer la aclaración de Englehart (Thomas siempre ha sido muy partidario de Stan, y no hacía tantas migas con autores como Steve Ditko, al que siempre baja un poquito, quizás, merecidamente), sobre sus conclusiones de la época: si él estaba agobiado, y se quejaba con razón, ¿cómo debió sentirse Stan Lee antes de contratar a Thomas y O'Neill como asistentes? El propio Englehart, intrigado por ello, cuenta cómo una vez le dio por investigar sobre el ritmo Marvel, solo para constatar, que Stan Lee había llegado a escribir hasta
13 series al mes. ¿13 series mensuales? ¿Una sola persona?
Como contaba Roy hace unos días, Stan era un tío que realmente se preocupaba porque los dibujantes tuvieran algo que llevar a la mesa, y que ganaran el máximo dinero posible con su trabajo. Por eso, intentaba tener todas las series en funcionamiento, y el "Método Marvel", era la forma más fiable de hacer esto; de que ningún dibujante tuviera mano sobre mano esperando un guion.
Pero además, evidentemente, resulta obvio que nadie que escriba unas 10-13 series de media al mes, durante años, ¡tiene tiempo para nada más! ¡Es que aunque escribiera en una sevilleta "Hoy, el Rino" y se dedicara a rellenar la mitad de los diálogos, sería un trabajo monumental cada mes que muy pocos guionistas, si es que alguno más, serían capaces de realizar! Máxime, con el nivel de calidad que tenían en aquella época series como 4 Fantásticos o Spider-Man.
Estos datos, que todos sabemos, pero en los que a veces no caemos (sabemos que Lee estaba allí, que hacía de todo, que todo era suyo, pero a veces no te paras a contar para apreciar realmente lo que suponía ese trabajo), me hacen valorar aún más si cabe la figura de Stan como escritor y editor, porque llevaba encima un trabajo absolutamente colosal, y con un ritmo endiablado, algo que no solo mata la creatividad, sino que acaba agotando al escritor más entusiasta. Por supuesto, también hay que destacar a Kirby, que podía cumplir una media de unos 5-7 números al mes, lo que para un dibujante (hablamos de unas 100 páginas mensuales), es una auténtica barbaridad. Pero... ¡13 números! Ser el único guionista de todo (salvo Larry, que entró antes que nadie, y según recuerda Thomas en una entrevista, apenas escribía dos series como máximo al mes) y llevar todo un universo para adelante. ¡Uau!
Simplemente, todo esto me ha hecho darme cuenta como estas etapas en Vengadores, Doctor Extraño, Los Defensores, durante los setenta, podían requerir tantísima dedicación siempre de los mismos dos o tres nombres, que se echaban la editorial a la espalda.