Creo que hay algo de meta-realidad y crítica universal en eso de que Karen Berger, quizás una de las mejores editoras de cómic de la historia y mujer, llevara a Vertigo a lo que es con series de una calidad incontestable durante décadas, y que ahora un hombre, parezca sacrificar la calidad y los grandes nombres por la visibilidad que mujeres como su predecesora nunca necesitaron: les bastaba con el talento.
Parece broza. Y digo parece, porque sin leer me parece una tontería opinar. Pero en cuestión a lo adelantado, portadas y breves resúmenes, no podrían interesarme menos aunque las dibujara ROB! llenas de spándex.
Una auténtica lástima.
Por cierto, matizar que nunca, ninguna obra, fue aclamada honestamente como un referente trascendental porque contuviera o no crítica social o política.
Lo eran por su calidad artística.
A veces parece que se quiera hacer pensar que son equivalentes, y en absoluto.