Rastros de Sangre #2 de Shuzo Oshimi
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Rastros de Sangre #1Aún a riesgo de repetirme, voy a empezar el comentario con algo parecido a lo que me pasó ya con el anterior volumen. Ayer leí antes de comer la primera mitad del tomo y dejé la segunda mitad para más tarde. Al final, se me hizo tarde y estaba reventado, así que decidí intentar leerlo en la cama antes de dormirme, aunque no tenía muchas esperanzas... pero las 100 páginas que me quedaban me absorbieron, y cuando cerré el tomo y apagué la luz... no me podía dormir, y me costó bastante. Y para más inri, no era la primera lectura que hacía del tomo, sino la segunda; era una relectura, sabía lo que iba a pasar desde el principio, y aún así me hizo un guiñapo, me hizo sentir una especie de horror bastante profundo y muy psicológico, y cuando dejé el tomo en la mesita, los protagonistas se reían de mí y me sonreían desde la portada.
No, esto no es un manga de terror al uso, no hay espíritus, asesinos en serie o cosas del estilo... pero Shuzo Oshimi construye la historia y el personaje de Seiko (la madre de Seiichi) de tal forma que, una vez estás dentro de la trama, no puedes evitar sentirte partícipe de lo que está pasando, y totalmente impotente, no puedes hacer nada, empatizas al extremo y eso que lo que pasa aquí está a años luz de cualquier cosa que nos haya podido pasar a nadie, y aún así, te sientes bajo la piel de Seiichi... y es tan perturbador y te hace sentir tan débil, sucio... que acaba provocándote esa especie de horror psicológico que comentaba antes que está por encima de todo el miedo que pueda causarte por ejemplo, Junji Ito. Y repito, no es una historia de terror.
El tomo anterior cerró con un portazo a merced de un suceso que no voy a revelar, pero que cuando uno lo lee por primera vez, le deja sin palabras. Ahora podemos ver las consecuencias que eso ha tenido, la reacción de los personajes y la evolución de las cosas. Los acontecimientos llevan a que Seiichi se quede sólo en casa, y justo en ese momento suena el timbre. Es Fukiishi, la chica que le gusta a Seiichi, y a la que le prometió que llamaría, pero al final no lo hizo. Mientras están solos en casa, la situación es extraña, ya que a Seiichi se le junta el torbellino de sensaciones producido por lo que pasó en el anterior tomo con la timidez y vergüenza que le produce estar a solas con la chica que le gusta.
No quiero contar qué pasa en la segunda mitad del tomo, pero las cosas se desarrollan, y si el final del anterior volumen deja al lector destrozado por la sorpresa y el horror, este volumen, deja esas sensaciones en ridículo, creedme.
Como podréis ver, he dicho muchas cosas, pero a la vez no he dicho nada, especialmente en lo que a argumento se refiere, pero cualquiera que finalmente se decida a probar la serie, me lo agradecerá, porque es complicadísimo hablar de
Rastros de Sangre sin spoilear algo, de hecho, os recomiendo no buscar información por ahí, porque seguro que os destriparán algo, y yo me comprometo a no hacerlo, porque esta serie la tenéis que leer sin saber qué va a pasar.
De este volumen, me gustaría destacar algo, y es, en cierto momento, cómo las onomatopeyas de ruidos, combinadas con lo que está pasando y la cara de Seiichi, le hiela a uno la sangre, y sabiendo qué es lo que está pasando, no terminamos de comprender cómo la reacción de Seiichi es tan exagerada. Por supuesto, el tema de las miradas, sonrisas y expresiones faciales sigue siendo increíble, la cantidad de sensaciones que produce, la certeza de que estamos ante algo perturbador pero ignoramos exactamente qué es... el arte de Oshimi es bestial, y sus capacidades narrativas son tan grandes, que podría ser un manga mudo, y nos enteraríamos de todo.
Me flipan las portadas, son preciosas y malrrolleras, creo que en ellas veremos cómo crece Seiichi, y en varias aparece con Seiko. Además, junto con esas breves páginas del álbum de fotos familiar que tenemos al final de cada tomo, conjugan perfectamente con la historia y hacen un manga redondo, cuidado y peculiar.
De verdad, esta serie puede que no sea para todos los gustos, si eres de los que se ofenden o de los que se horrorizan fácilmente, evita
Rastros de Sangre, pero si no es así, aquí tienes un manga prácticamente único, de gran calidad, y que vas a necesitar leerlo del tirón. Eso sí, se leen bastante rápido.