He leído
Amar es cuando cesa la lluvia, de Jun Mayuzuki, editado en nuestro país por Tomodomo en 10 tomos.
Akira Tachibana es una joven de 17 años que corre en el equipo de atletismo de su instituto. Un día sufre una grave lesión en el tendón de Aquiles y debe abandonar lo que más le gusta hacer en el mundo.
La historia de esta obra comienza meses después, con Akira recuperada parcialmente de la lesión pero sin poder correr. Para cambiar de hábitos e intentar olvidar el atletismo comienza a trabajar en un restaurante como camarera. Es allí donde conoce a Kondo, el encargado, un hombre de 45 años, despistado, desaliñado y un poco torpe.
Tachibana se enamora de Kondo a pesar de la notable diferencia de edad e intentará poco a poco entrar en su vida.
La historia transcurre con una naturalidad sorprendente, pese a ser un tema quizás algo tabú en ningún momento tenemos la sensación de estar viendo algo malo, algo prohibido. Simplemente es una joven cuyo sueño ha sido destrozado que intenta buscar otro rumbo a su vida, cambiar de aires, madurar.
A lo largo de los capítulos iremos conociendo a los dos protagonistas y a muchos otros personajes secundarios, todos ellos genuinamente únicos, no sobra nada en esta obra. Todos evolucionan, maduran y giran en torno a la historia principal dotando a ésta de vida y profundidad.
Puede parecer una historia de amor tópica pero dista mucho de ello. En realidad es una obra sobre la búsqueda de identidad, sobre cómo afrontar la madurez y un canto a la amistad.
El dibujo, también de Mayuzuki, es precioso y delicado, un trazo muy limpio que deja páginas realmente bellas.
En definitiva, yo al menos he disfrutado enormemente con esta lectura, he sido partícipe completamente de la historia y debo reconocer que terminarla me ha dejado algo tocado, como si me faltase algo.
La recomiendo mucho, si conseguís llegar sin los prejuicios que este género puede conllevar no os arrepentiréis.