El leído
El Asombroso Spiderman Nº 139.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Creo que es la primera vez en un tiempo considerable que nos disfrutaba de un número de esta colección. No sé si porque supone un soplo de aire fresco tras la horrible cabecera coprotagonizada on Wade, o simplemente es porque Slott y Cage regresan a las distancias cortas, algo que realmente les ha funcionado mucho mejor que las historias pretenciosas y los grandes eventos. Tres números autoconclusivos, centrados en el nuevo giro de la vida de Peter Parker, muy bien engarzado con la actualidad del Universo Marvel, pero sin excesos, y esa combinación casi perfecta entre la vida privada de Peter y la heroica de Spiderman. Tres números sin demasiadas florituras, con historias más o menos autoconclusivas y con pequeñas subtramas que hacen avanzar la vida del protagonista. El a, b, y c de lo que debería ser Amazing y del que nunca se deberían de separar sus autores, si realmente no van a contar nada interesante o no son capaces de mantenerla esencia del trepamuros. No sé exactamente cuanto nos queda de Slott, pero esto es lo que debería haber hecho en más ocasiones tras Superior y la decadente etapa que nos ha ofrecido.
Aunque debo reconocer que la caída de Industrias Parker era crónica de una muerte anunciada, lo que verdaderamente me parece interesante es el cariz de la situación. Durante años hemos visto a Spiderman como la faceta más odiada de Peter, que ahora se encuentra en una situación totalmente opuesta, lo que le lleva a ser más tiempo Spidey y menos Peter, prácticamente en una reacción de autodefensa. Por otra parte, los autores siguen desarrollando esa relación entre Peter y Bobby, a la que le sigo viendo cierto potencial. Quizá en un principio puede parecer extraña, pero creo que hay cierta química entre los personajes y los guionistas están consiguiendo que funcione. Realiza el papel de MJ en otros tiempos y creo que aporta cierta frescura a su vida privada (o pública, según se mire. Otro aspecto interesante es su regreso al Daily Bugle, pero no como el fotógrafo habitual, sino con un cargo de responsabilidad y explotando de nuevo sus conocimientos científicos. Sé que hay muchos seguidores que ven esta faceta algo sobreexplotada desde que Slott se hizo cargo del personaje, pero yo creo que nunca se ha aprovechado tanto como ahora una de las grandes habilidades del personaje, las cuales no están relacionadas con sus poderes, realzando un poco el papel del hombre bajo la máscara, algo que facilita mucho el desarrollo del personaje a diferentes niveles. De nuevo, Slott tiene una proyección lógica con el desarrollo del personaje en los últimos años, y esta renovada idea puede dar un giro interesante a Peter.
Como aún no he leído Imperio Secreto, quizá se me escapan ciertas referencias, aunque agradezco que por una vez tengamos ese detalle propio de otros tiempos, sin la necesidad de
crossovers ni otras maniobras editoriales. De todo ello, resaltar el giro de la relación entre Norman y Liz, a la que sigo viendo como una villana en la sombra, no sé si algún día llegará a eclosionar esto por algún lado. El episodio en el que se enfrentan Johnny Storm y Spiderman es otro ejemplo de una historia coherente con la evolución de las circunstancias. Se nota que Slott siempre ha sabido muy bien trata la amistad entre ambos héroes y ese innegable nexo de unión emocional con la Primera Familia. Además, aprovecha para recuperar a Clayton, aunque volvemos a tener otro
coitus interruptus y la sensación de que con Slott pocos villanos acaban siendo atrapados, por mucho que aquí hubiese un atenuante de buena conducta.
En definitiva, un buen número, que creo que ya tocaba, y que nos acerca a la fase final de Slott en la colección, que parece que tendrá una pequeña remontada en calidad con respecto a los últimos números. También hay que agradecer el trabajo de Stuart Immonen, que tampoco estuvo muy inspirado en anteriores entregas, pero que parece que regresa sobre sus fueros. ¡Y yo que me alegro! El tomo se rellena con el resto de morralla habitual, de la que solo me ha parecido interesante el artículo de Saavera y el homenaje de Hembeck a John Romita, cuya tira ha sido más amena que en otros números. Por cierto, vaya manera de jugar con las matemáticas la Casa de las Ideas para recuperar la numeración original y vaya líos se montan ellos solos. En fin, esto de las numeraciones en los cómics casi merece un estudio pormenorizado. Y es que está claro que la matemáticas son cosa del demonio.