Grapas, caca. Es un formato casposo y de otro siglo. Tiene sentido en USA, donde se recopila todo en tomos al poco de salir. Aquí es mera costumbre. Que muera y de paso al tomo definitivamente, como se hace con muchísimas series (y aún más si nos salimos de los supers) o como pasa en el manga.
La muerte de la grapa, en el GÉNERO DE SUPERHÉROES, quizás fuera la muerte del género en sí en el país. Un mercado fuerte tiene muchísima grapa, y luego distintas recopilaciones.
Mientras que evidentemente estoy contigo en que en series como Criminal, The Fade Out, Sandman o Paper Girls, el formato tomo puede ser un valor seguro (por obras con principio y final, independientes, que tienen visos de "alta literatura" y lucen y venden mejor en tomo), en el género de superhéroes, donde el lector compra MENSUALMENTE, y sigue las series ad infinitum durante décadas, la desaparición de la grapa por completo sería un síntoma de muy mala salud del mercado español.
Las características del manga son otras. Porque mientras un tomo cualquiera de manga es en tamaño reducido, en blanco y negro, y con peor papel, en el género de superhéroes es formato USA, con papel satinado y a color, te asegura que si mantienes un tomo mensual o bimestral (algo ya casi imposible por el ritmo de producción de Marvel o DC, sería un tomo cada 7 u 8 meses mínimo), estos no bajen de 20€, mientras que el manga puede salir por 7,95€-9,95€ (tomos de unas 200 páginas).
¿Se podría hacer? No lo sé, yo creo que no, y que el mercado daría una vuelta considerable. La gente iría a comprar sus X-Men, Vengadores o Spider-Man una vez cada 6 o 7 meses, y no tendría motivos para volver a pasar por la tienda. Como digo, sería más parecido a un mercado BD, donde el lector especializado compra obras de forma constante pero casual, no metódica, y sin hacer un seguimiento regular y mensual de los personajes y series que siguen, que es la gran baza de este género.
La mayor y mejor característica de este género es la CONTINUIDAD, la regularidad, el formato de culebrón que no acaba. Ni la calidad ni el atractivo, sino la costumbre.
Quitar eso, podría suponer su desaparición tal y como se conoce hasta ahora.