He leído
Mr. Milagro Nº 1-12.
Tengo que reconocer que estamos ante una obra original, interesante y plagada de cierta filosofía existencial. No me extraña que haya causado cierta sensación, se haya llevado algunos premios y que esté tan bien considerada. A mí en líneas generales me ha gustado, aunque también admito que no tengo muy claro a donde nos quiere llevar King con su historia. La serie aborda multitud de temas, tomando como eje central la relación de pareja de Milagro y Big Barda, cuya vida familiar se alterna con sus responsabilidades como Nuevos Dioses en una guerra eterna contra Darkseid. De ese modo, veremos como
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Una guerra que se muestra de forma cruda, pero que a su vez es el contrapunto de la preocupación de unos padres por criar a un hijo que no tenga que sufrir lo mismo que ellos. Es decir, una infancia solitaria y sin su padres. King humaniza a estos dioses preocupados por aspectos mundanos cuando libran una batalla contra el icono del mal que es Darkseid.
A mi modo de ver, este es quizá uno de los aspectos más interesantes, con el que creo que muchos lectores pueden conectar fácilmente. Al fin y al cabo, tener una relación y formar una familia es algo bastante cotidiano. Si bien es cierto que King vuelve a sorprender en su tratamiento de los personajes, con un desdibujado Lightray o un Orión que ejerce el papel de líder tiránico, cuando realmente debería ser algo más afable, en lugar de dejarse llevar por su lado oscuro, también es cierto que todo encaja en la dualidad que fabricó Kirby para sus personajes. Destaca particularmente el retrato del matrimonio de los Free, donde brilla con una luz especial Big Barda, quien prácticamente es el núcleo duro de la relación. El retrato de King creo que es muy acertado, así como todo lo que construye en torno a ambos. Asimismo, ese enfoque tan interesante del propio protagonista, el escapista por excelencia, que llega incluso a intentar su mayor logro: escapar de la muerte; o puede que de la vida, ya que el suicidio no deja de ser una forma de escapar de aquello que nos aflige.
Otro aspecto destacable son los guiños que deja la obra, a veces de manera sutil y otras no tanto. Las referencias al Rey son muchas y muy variadas, desde la utilización del verdadero nombre de Kirby, Jacob Kurtzberg, hasta referencias en los diálogos. También llama la atención las camisetas de Scott, con símbolos de personajes del Universo DC, cada una en un momento determinado de la historia, con un significado concreto y un mensaje subliminal. O la presencia de la simbología de Batman, el personaje favorito del niño de los Free. También tenemos muchas reflexiones existenciales, quizá el plato fuerte de esta maxiserie, que arranca desde la primera página con ese intento de suicido, y que servirá de punto de partida. Hay episodios muy interesantes como el del juicio a Mr Milagro, o temas recurrentes como ver el rostro de dios, en lo que a mí me ha parecido entrever un nuevo guiño a Kirby, pero quizá pudiese tener otra explicación. Asimismo, el arte y la narrativa de Mitch Gerads aportan también cierto grado de sofisticación, aunque me queda la duda de si realmente esto podría ser una especie de alucinación, con esas viñetas que emulan a un televisor con interferencias, o la forma de Mr. Milagro de construir lo que para él sería su vida perfecta, conectando con la escena inicial de la serie. Y es que creo que King intenta jugar con el lector hacia esa posibilidad, aunque también se pueden obtener otras interpretaciones, supongo.
Como decía, me ha gustado esta serie, pero me ha sorprendido ver a un Tom King tan críptico y tan enrevesado. Me cuesta reconocerlo de otras obras suyas que he leído, donde suele ser más directo. Aquí construye una historia muy sofisticada, que se presta a relecturas y que además parece incluir diferentes capas de contenido, con reflexiones incluidas. Desde luego, me parece una apuesta algo arriesgada, pero también muy interesante. Un tebeo extraño, que requiere de cierto esfuerzo al lector, pero que también ofrece una lectura diferente, lo cual es de agradecer, aunque también opino que no es un tebeo para el público generalista.