A mí Vampire Tales me parece una publicación interesante, pero casi tiene más valor histórico que puramente comiquero (a salvo los espectaculares dibujos que se ven frecuentemente). Se ponen muchas cosas en contexto al ser un magazine: los artículos de Claremont con su sesgo intelectualoide y paranormal, la admiración del bullpen por la cantera española de dibujantes (me ha gustado especialmente la imagen de Wolfman, McGregor y otros reunidos con expectación ante el sobre que había llegado a la oficina con los últimos dibujos de Satana de Esteban Maroto), el propio tono autoparódico de algunos artículos, y la mofa con el cine de terror, y vampírico en particular... entre otras cosas.
Yo lo estoy leyendo poco a poco, porque pasa un poco como con los Mortadelos, que empacha un poco si hacemos atracón de lectura. Si se dosifica, se disfruta bastante.