Un día se presentaron mis padres con un 'taco' que me habían comprado al regresar de un viaje... era el 9 de Sargento Furia, titulado 'Ojo por Ojo'... me quedé a cuadros... acto seguido y sin pensármelo dos veces, me fuí al kiosco donde lo habían adquirido y lo cambié por el 10 de Estela Plateada, '¡Venid... brujas!'...
a mi lo que me intriga es que con solo 8 años no solo consiguieses ir hasta donde viajaron tus padres sino además encontraras el kiosko donde te compraron el pobre taco furil
y que con todo ello encima consiguieses que el kioskero te lo cambiase
Efectivamente, el kiosko era el típico de las paradas de autobús, y lo compraron al llegar...
De todas formas, cuando fuí a cambiarlo, me acompañó mi padre... y además YO ERA EL MEJOR CLIENTE DEL KIOSKERO...
y no es coña... al salir de clase, me pasaba por allí en busca de algún tesoro de entre las 'pilas' de tacos atrasados...
Lo que, ni el librero ni yo podíamos imaginar, era que años después, me convertiría en su 'yerno rockero'...