Un 7-8.
No es una obra de arte, no es una película redonda, no busca el arte, pero hace muy bien lo que hace.
Stone y Gosling tienen una química natural (por lo que han hecho ya casi media docena de películas), son dos monstruos de la interpretación, el baile y la canción, algunos números son muy buenos, las canciones están genial, y la película funciona.
El mensaje de City of Stars es válido; hay mucho que rascar en él. Siempre, teniendo en cuenta que son pocos los que llegan y la mayoría quedan destrozados por los dientes de la maquinaria del espectáculo.
Eso sí, lo más coherente
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Sabe reciclar el cine clásico con cierta inteligencia y gusto. Por lo que nunca será lo que se dice que es, pero desde luego, no deja de ser una película con suficientes aciertos como para interesar.