Una miniserie muy hija de su tiempo, tanto en intención como en ejecución. Fiel continuadora de la revisión de Adam Strange realizada por Alan Moore en las páginas de La Cosa del Pantano, el tono grim & gritty alcanzaría a un personaje creado originalmente para contar otro tipo de historias. No obstante, se deja leer con cierto interés y los hermanos Kubert realizan un trabajo inusitadamente notable para ser aún primerizos.
Años más tarde, en las páginas de JLA, Mark Waid retrocontinuaría toda esta historia por sus santos cojones. Es decir, para devolver al pesonaje a su estatus original y no contar nada nuevo.
Un rollete muy bien dibujado cuya única razón de ser es resucitar el por entonces olvidado apartado cósmico DC, incluyendo al propio personaje titular, los Omega Men, los Darkstars, Vril Dox... Acaba en cliffhanger que enlaza directamente con la Guerra Rann-Thanagar, este ya sí un señor coñazo con todas las de la ley.