Mal.
Miller no lo puso todo patas arriba a principios de los ochenta.
Su primer DD es de mis cómics preferidos, muy por encima de cualquiera de Byrne, pero esa afirmación no es cierta.
Porque fue con su DKR cuando lo puso patas arriba, seguido poco después por Año Uno, Born Again e incluso Elektra Assassin; mientras Moore hacía lo propio (Ronin fue un preludio de lo que estaba por venir, pero al igual que el DD de Miller no revolucionó nada).
Fueron estos dos señores los que pusieron el medio patas arriba, en lo que al género superheroico se refiere, a mediados de los ochenta. Antes de esto no hubo revolución.
Bueno...
A principios de 1983, Miller ya había escrito en Daredevil
"Elektra","Devils", "Last hand" o "Roulette". Desde el Daredevil #170, Miller consigue convertir una colección casi cancelada y bimestral, en una de las mejores cabeceras Marvel, con cadencia mensual después de cuatro años de esta tendencia negativa. Según los datos, 1983 sería el año de mejores ventas de Daredevil en toda la historia de la serie. En estos años, solo estaría detrás normalmente de la estrella de la editorial, Uncanny X-Men. El aumento en ventas y favor del público fue creciendo exponencialmente, pero ya en 1981, la serie era todo un éxito y acaparaba todas las miradas.
En este sentido, y aunque sea cierto que Year One y The Dark Knight Returns fueron cómics capitales en la evolución del medio, y sobre todo del género, lo cierto es que la influencia de Frank Miller ya empezaba a empujar con fuerza en el terreno gráfico y narrativo en 1983. De hecho, Frank Miller escribe Year One siendo ya una estrella absoluta, teniendo en cuenta que había terminado Wolverine Vol. 1 en 1982, además de Daredevil, para enseguida ponerse con Ronin. De hecho, antes de Year One y The Dark Knight Returns, Miller es incluido por ejemplo en el cincuenta aniversario de DC, como uno de los creadores más influyentes de la compañía, codeándose con Neal Adams, Bob Kane o Jerry Siegel, por ejemplo.
En cuestión de calidad pura y dura, aparte ya de los aspectos formales de su arte que yo creo ya empiezan a ser visibles para principios y mediados de los 80, nunca he pensado que "Ruleta" o "Elektra" o "La última mano" estén por debajo de "Born Again". De hecho, siempre he pensado que si se da más crédito a esta historia, aparte de por su carácter de icono, es por el excelente trabajo que realiza Mazzucchelli en ella, sin que esto desmerezca en absoluto la calidad continuada de la serie regular en la primera etapa de Miller.
Lo que es más, tiene gracia que menciones a Moore, ya que a principios de 1983, en el
The Daredevils #1, precisamente Alan Moore dedica un extenso artículo al arte de Frank Miller. Este:
Cuesta creer que para entonces, cuando Moore aún no había podido leer la conclusión de esta primera etapa, aún por llegar, un autor como Alan Moore (que justo en estas fechas,1982-1983, iniciaría o culminaría algunas de sus series más conocidas y afamadas), pudiera reparar tantísima atención a un recién llegado que apenas llevaba 4 años trabajando bajo los focos, si este no era ya un referente mundial dentro del mundo del cómic, al menos, de cierta envergadura. Los halagos a la narrativa de Miller, resaltando la influencia de Eisner, me parecen bastante esclarecedores sobre la actualización del arte secuencial que Frank Miller había traído al mundo de la viñeta, con una influencia de los más grandes maestros y sus obras (Lobo y su cachorro, Spirit) tan clara.
Con esto, quiero decir que rara vez la importancia de una época aparece de la noche a la mañana, y que suele haber un recorrido más largo que el que a veces acotamos o recordamos. Con lo cual no desmentiría tan alegremente que Miller empiece a poner el género de supers patas arriba a comienzos de la década de los 80 (1980-1983). O al menos no sería tan tajante y taxativo como para contestar con un simple "mal" a un marco histórico que está tan condensado en el tiempo en apenas un par de años de diferencia (1983-1985).