Leyendo el Omnigold de Puño de Hierro, es increíble ver la evolución de John Byrne de un número para otro.
He pensado incluso que el primer número que dibuja no era él, que estaba mal en los créditos, porque ya al siguiente con el mismo entintador pega un gran salto.
Mejora muchísimo también en guión cuando entra Claremont.